lunes, 2 de diciembre de 2024

Baches...¡no solo en la carretera!

 Saludos, fieles amigos de 10 Pulgadas

    Llevo más tiempo del que me gustaría sin poder subir nada sustancioso al blog. Realmente no estoy teniendo demasiadas oportunidades para hacer aquello que me gusta...¡que nos gusta!: andar en moto.

    Este año comenzaba con algunas incertidumbres en lo laboral y pocas expectativas en lo referente a hacer algo digno de ser publicado aquí.

    Lo laboral se enderezó allá por el mes de marzo- espero que sea, ya, mi última etapa laboral- y lo personal iba bien hasta el mes de septiembre.

    Justo el día antes de mi cumpleaños recibí una de esas noticias que nadie quiere recibir en una visita rutinaria al médico: tienes que operarte. A quien- gracias a Dios- no ha tenido cositas de salud más allá de visitas al dentista, análisis anuales y alguna afección pasajera, aquellas palabras fueron como un mazo golpeando sobre la cabeza...¡y sin casco!.

    En sí, la operación no era- ni lo ha sido- nada excesivamente grave ni molesto; una intervención de dos horas y un ingreso hospitalario que no llegó a 30 horas (además de una intervención ambulatoria posterior para retirar un catéter).

    Asociada a esta intervención, se descubrió  que lo que la había provocado, también ha causado una dolencia que tengo que vigilar y someter a control periódico. Sin alarmarme pero vigilante. 

    Esto me ha traído de cabeza unas cuantas semanas, la verdad. La posibilidad de sufrir un cambio de hábitos y costumbre de vida radical, me ha hecho reflexionar mucho- ¡demasiado, tal vez!- sobre lo fugaz del tiempo que tenemos asignado en este terruño y empezar a poner en valor aquello que todavía podemos disfrutar; ¡carpe diem!, no a lo loco, pero todo lo intensamente que uno pueda.

    Hasta que me retiraron ese catéter- ciertamente una actuación terrible, casi de curandero medieval-, no me encontraba en perfectas condiciones para subirme sobre la moto.

  Ayer domingo me atreví a hacer uno de esos recorridos habituales de oxigenación tan necesarios: cerca de 130 km pisando el país vecino y regresando en paralelo a nuestro querido Atlántico desde A Guarda hasta Vigo. Suficiente para ir desengrasándome.

    ¿Las sensaciones?: ¡qué te voy a contar!; imagina cómo se siente alguien perdido desde hace una semana casi sin agua en un desierto al llegar a un oasis y poder beber...¡lo mismo!.

    Fantástico y eso que el día no acompañaba demasiado. He bajado bastante de peso debido a que he tenido que retirar unas cuantas cosas de mi dieta, lo que ha provocado que me sienta más flexible, elástico e, incluso, cómodo sobre la moto. ¿La moto?, el parón obligatorio de algo más de un mes, parece que le ha servido, también, para descansar y reponer fuerzas. 

    Os dejo un par de fotos hechas en el mirador de la EDAR de Cabo Silleiro (PO-552)

¡Cada día me gusta más!

...¡y esto también!


    Aprovechad cada momento de la vida, ¡esto se puede torcer cuando menos lo esperáis!. Baches hay en las carreteras y en la vida.

    ¡Cuidaos y cuidad de vuestras monturas!

    V,s y saludos

    César

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