domingo, 20 de julio de 2014

Nota preliminar:
Aunque ya he dicho en más de una ocasión que hace mucho que no necesito justificar casi nada de lo que hago, es de justicia pedir disculpas por la alteración del orden de aparición de este relato en el blog, pisándole el puesto a otros que ya estaban anunciados, aunque, como dije en su día, publico cuando y como me apetece. Sé que sabréis disculparme. Gracias.

18º IBEROVESPA

                                          PAMPILHOSA DA SERRA (PORTUGAL) 6 AL 8 DE JUNIO


¿SUCEDÁNEO?

Igual el título que le he puesto a este relato es injusto con el 18º Iberovespa, con los lugares en los que se desarrolló y con los participantes...igual no, seguro!.
De todas formas tiene su explicación. Este es el 2º Ibero al que asisto y se ha celebrado una semana antes que el Eurovespa de Mantua. A Mantua o Mantova o llámale como te dé la gana, tenía que haber ido. Más que tener que haber ido, me habría gustado una barbaridad haber ido. Se cumplen, este año, 10 años de la asistencia a mi primer Eurovespa (Lisboa 2004) y ¿qué mejor celebración que asistir al de este año?. ¿Por qué no he ido?, obviamente por una pura y simple cuestión económica. Me tengo por viajero entusiasta y si la cuenta del banco estuviese saneada...en fin.
En un momento dado pude plantearme este Ibero como un sucedáneo del Eurovespa  de este año, un “no puedo ir al otro, voy a éste” Pero, realmente, no ha sido así, ¡ni mucho menos!.
El anterior Ibero al que asistí (Setúbal 2008) no lo viví con intensidad, no lo aproveché...eran otros tiempos, otras circunstancias. Estaba más preocupado de no poder asistir al Euro de aquel año (Cefalú-Sicilia) que de disfrutar del viaje y de todo lo que nos ofrecieron los amigos del Vespa Clube de Lisboa.
Casi caigo en el mismo error este año... aunque rectifiqué a tiempo y me alegro mucho, muchísimo, de haberlo hecho.
Después de este pequeña introducción voy al grano que es lo que de verdad interesa.
Preparada para la aventura

Descartado el Euro la primera alternativa era la Vespaniada de Gijón. Llegué a inscribirme pero, haciendo números, tuve que descartarla por falta de presupuesto. Ahora, ¡yo no me quedo sin una de las buenas este año!. Y ahí reaparece el Ibero en escena. A considerarlo una alternativa que cumplía todos los requisitos ( más económica que las otras dos y en una zona de Portugal que no conocía) se sumó la circunstancia definitiva y era la de poder pasar un fin de semana con mis fratelli extremeños Rubén y Sonia. Pero, a veces, uno tiene ideas que después agradece haberlas tenido y la de proponerle a mi compañero y amigo del V.C. de Galicia, Miguel (Mikelotti) el acompañarme, fue de las mejores cosas que pude haber hecho.
Nos inscribimos y fiándome de la recomendación hecha en la página web de los organizadores, reservo, con un cierto recelo, 2 habitaciones en la “Casa Velha” de Pampilhosa da Serra. He de reconocer que soy bastante quisquilloso para dormir y para comer...un pelín repugnante vamos!. No me quedaba tranquilo con lo del alojamiento, no me tenía buena pinta al verlo en fotos, pero por dos noches y por ese precio (20 € por noche y, detalle de última hora, aparcamiento cerrado para las Vespas...) no había demasiadas alternativas por la zona. Bueno, si había alternativas pero, cuando decidí buscarlas, ya era tarde para encontrar alguna económica y que no estuviese a más de 20 km del lugar de la concentración.
A la GTS poco le tuve que hacer antes del viaje: reparar un pinchazo de la rueda trasera, rellenar el aceite, limpiar el filtro del aire y más por precaución que por otra cosa, cambié el embrague y los rodillos de variador.
Al haber cambiado mi actitud con respecto al Ibero y no considerarlo ya un sucedáneo, me volvió el día anterior ese conocido y agradable cosquilleo en el estomago a la hora de preparar el equipaje. Aquí cometí un gran error al pecar de exceso de confianza con el equipamiento personal, especialmente en los guantes. Creí que no llovería tanto y solamente llevé unos guantes de “seco”. Ese exceso de confianza me lleva a veces a cargar con cosas innecesarias y olvidar otras esenciales. ¡Reconozco que no estuve muy fino haciendo “las maletas”!, aunque sí que es cierto que preparar equipaje para tiempo templado y húmedo siempre me descoloca. Si cargas impedimenta para lluvia vas ir incómodo por el alto nivel de humedad. Si no lo haces, como fue mi caso, te vas a mojar...
Con una previsión meteorológica muy poco favorable me pongo en marcha el viernes pasadas las 16:00 hacia el puente internacional de Tui, en donde me esperaba Miguel. En la Avenida de Madrid primer contratiempo: se rompe el cable del velocímetro. Bueno, no pasa nada, el pobre tenía más de 55.000 km y llevo el GPS para saber a que velocidad voy...
No llueve pero no está la cosa muy clara...ya veremos!. Tardo bastante más de lo previsto en llegar al puente internacional de Tui debido al tráfico (viernes por la tarde), a los radares y a un asfalto húmedo que no invita a demasiadas alegrías.
Me reúno con Miguel sobre las 16:50 y arrancamos.
Miguel esperándome en el Puente Internacional de Tui

 Como no queremos que se nos haga de noche, sobre todo en el último tramo del camino, pasado Valença y como teníamos previsto, nos metemos en la A3 y tiramos ligeritos hacia Oporto. Comienza a llover de tal modo que el spray que levantan los coches por la autopista dificulta mucho la visibilidad. Pasamos Oporto y segundo y tercer contratiempos: Miguel funde la luz corta y mi GPS deja de funcionar...Primero se dividió la pantalla en dos. Toda la información de la mitad superior pasó a la parte derecha y la de la inferior a la izquierda y, justo antes de fenecer, tomó el aspecto de un código de barras.
Paramos a repostar después de 188 km. Entran, en cada una de las GTS, 7 litros de gasolina, por lo que, teóricamente, nos quedaban 2,2 litros resultando un consumo medio de unos ridículos 3,72 litros/100 km...por autopista a una media real cercana a los 100 km/h y viento en contra!. Fantástico!. ¿Hay que recordar que estamos hablando de Vespas?.
Intento reanimar a mi GPS y no hay manera. Arrancamos en dirección a Coimbra por la A1 y al cabo de unos quince minutos, como por arte de magia, vuelvo a tener navegador!!!.
Lo malo de la autopista es que es aburrida pero, en contrapartida, se avanza mucho. Hasta Coimbra lo hacemos muy bien de tiempo. A partir de aquí hay que abandonar necesariamente la autopista y tomar la A13 hasta Lamas. El trazado y el firme de este tramo no son malos del todo, pero es que el clima no ayudaba nada con una niebla, una temperatura y una llovizna que restaban disfrute a la conducción...aunque lo peor estaba por llegar!.
Por este tramo la velocidad media baja estrepitosamente, ayudada por las condiciones climatológicas.
Llegamos al pueblo de Lamas y abandonamos la A13 para...entrar en la antesala del infierno. El tramo de la N342 entre Lamas y Gois es una delicia...haciéndolo en seco y con buena visibilidad. Tal y como íbamos nosotros no era, en absoluto, nada agradable. Es una carretera revirada y estrecha, aunque con un excelente firme, en la que te puedes encontrar, como le sucedió a Miguel, un autobús de línea invadiendo tu carril en un puentecillo en plena curva...y el tío que no quería dar marcha atrás y arrimarse!. La conducción en estas condiciones desgasta física y mentalmente. Es una tensión constante, agravada por la rapidísima reducción de visibilidad. Vamos, que entre la niebla, la lluvia y la vegetación cerrada a los lados de la carretera, no se veía más allá de diez palmos!. Pero todavía íbamos bien...
Un poco antes del pueblo de Gois hay que dejar la N342 y tomar la  N2 hasta pasado Amieiros. Paramos a repostar, por si acaso y nos dicen que todavía nos quedan 32 km hasta Pampilhosa. Este tramo y el siguiente si se hacen en seco y con buena luz son de los de repetir y repetir hasta cansarse. Es una carretera de serranía, con curvas bastante amplias y continuadas, con un firme abrasivo, por lo tanto con muy buen agarre como debería corresponder a una carretera de montaña y con un tráfico prácticamente inexistente.Lo malo es que si en el tramo anterior no veíamos más allá de diez palmos, ahora no vemos más allá de cinco!!!. Y Miguel alumbrándose con la de posición o, a ratos con la larga!!!.
Resumen de los últimos 30 km...¿te haces una idea?...no, no eres capaz!!!
Dejamos la N2 y enganchamos con la N112 al pasar el pueblo de Amieiros. Seguimos en la misma tónica: firme excelente, trazado magnífico pero ahora sí que la niebla es cerrada a más no poder, ha bajado bastante la temperatura y sigue lloviendo. La noche se nos ha echado encima y estos últimos 64 km nos han desgastado mucho. Llegamos a Pampilhosa da Serra a las 21:00 lo que no está nada mal teniendo, repito una vez más, las condiciones adversas que habíamos tenido, eso sí, teníamos dos aliadas que nos ayudaron mucho a llegar sanos y salvos. Estas GTS van de fábula, cada día mejor!.
Llegamos!.
Nuestras dos aliadas
Encontrar la pensión fue una tarea de lo más sencillo. Al verla por fuera no transmitía nada bueno pero, una vez dentro, era un alojamiento de lo más digno y, sobre todo, aceptablemente limpio y con un encantador trato.
Dejamos los bártulos y mojados y cansados como estábamos, arrancamos de nuevo para adentrarnos en la niebla y en la más oscura de las noches camino de Janeiro de Baixo, a unos 17 km, centro neurálgico del Ibero de este año.
Unos 2 km antes de llegar a Janeiro de Baixo pierdo a Miguel. Me detengo y retrocedo en su búsqueda. Algo de humedad se le ha filtrado por algún contacto y le ha hecho fallar el motor. He de reconocer que le pregunté, egoístamente, si quería que nos volviésemos a la pensión y me contestó con un firme NO!. Para entender el auténtico valor de esa negación hay que recapitular y recordar que: son las 21:30, llevamos desde las 17:00 conduciendo bajo la lluvia, con niebla, frío, poca visibilidad, carreteras reviradas, cansados, mojados, sin luz de cruce y un fallo eléctrico. Esa negación de Miguel tiene un altísimo valor. Llegamos a Janeiro de Baixo. El Vespa Club de Lisboa había organizado el village en el bonito parque fluvial de esta pequeña localidad. Intentamos encontrar a Rubén y a Sonia ya que ellos tienen nuestras acreditaciones. Me encuentro con amigos de otros años y otros eventos: Vicente, Fátima, Damián, Meca... nos tomamos un caldo verde, un bocadillo y un par de cervezas ( sin alcohol...me hago mayor...o prudente!) y, en este tiempo aparecen los extremeños. Besos, abrazos, el reencuentro después de mucho tiempo!!!. Ya ha valido la pena llegar hasta aquí!!!.
Milagrosamente...deja de llover!!!. Sobre la 23:00 la lluvia decidió que ya nos había importunado bastante y dio paso a una noche despejada, fría y húmeda, pero despejada.
Regresamos a Pampilhosa a dormir. Otros 17 km aunque ahora se hacen de una forma algo más relajada. Quedan algunos jirones de niebla agarrados al asfalto pero ha mejorado mucho. Con sorpresa, la dueña de la pensión nos ofrece guardar las Vespas en un aparcamiento cerrado sin coste ( la pobre mujer se pasaba la noche calle arriba calle abajo para abrir y cerrar cada vez que llegaba alguno de nosotros!!!).
A dormir que mañana tenemos un programa completito.
Como es habitual en mi cuando duermo fuera de casa, pasé una noche fatal. Prácticamente no pegué ojo y, después de un malentendido con los horarios, a eso de las 10:00 estábamos desayunando y casi listos para arrancar, de nuevo, en dirección a Janeiro de Baixo. ¡Qué diferencia!. La carretera que nos parecía el corredor del Infierno la noche anterior, se había convertido, gracias a un magnífico sol y una amable temperatura, en una sinuosa provocación de magnífico asfalto que incitaba a igualar los laterales de los neumáticos!.
Llegamos a Janeiro de Baixo y, ahora sí, con mejor semblante y disposición que la noche anterior, nos disponemos a integrarnos en las actividades que estos chicos tengan preparadas. Lo primero es hacernos una foto delante del cartel del evento.
¡Ya hemos llegado!
A partir de ahí vamos encontrándonos con conocidos, echando un vistazo a las Vespas aparcadas, etc. Con una puntualidad de agradecer arranca la siempre humeante y petardeante caravana en dirección a Pampilhosa da Serra para la foto oficial delante de la Cámara Municipal.
Esperando para la foto oficial delante de la Cámara Municipal de Pampihosa da Serra
Hay tiempo para que los que lo necesiten reposten, a los que le apetezca se tomen una cervecita y, después de inmortalizarnos, arrancamos hacia la localidad de Soeirinho en dónde nos tenían preparado un refrigerio.
Rubén y Sonia y una de sus ET4 de Vespaterapia
Me gustaría insistir en el brutal cambio de carácter de estas carreteras en función de la climatología. Son como Jekill y Hide. No cabía esperar en este Ibero grandes monumentos, edificios históricos o de alto valor artístico. Este Ibero era naturaleza, sierra, sencillez y espacios abiertos... y, para mí, no defraudó.
Parte de la Organización en Soeirinho
De Soeirinho nos dirigimos al bonito pueblo de Fajão. Tiene, escasamente, 300 habitantes y es una de las aldeias do xisto, esa laja de pizarra típica de la construcción serrana de algunas zonas del noroeste peninsular con la que están construidas sus casas (aunque muchas, desgraciadamente, se han revestido...).
Fajão
Toca la hora del rancho. Los portugueses del V.C. de Lisboa montan en 5 minutos un almoço volante compuesto por una ensalada de pasta con atún, una manzana, pan y bebida.
La hora del "rancho" en Fajão...
Comemos agradablemente sentados en la escalinata de una minúscula placita amenizados por las historias que nos cuenta un serrano lugareño de noventa y muchos años.
...amenizada por este fenómeno del hombre!!!
Después de comer nos ponemos de nuevo en marcha, esta vez, hacia el Barragem de Santa Luzia, presa de los años 40 que abastece de electricidad a la zona y, aprovechando el embalse, ofrece actividades acuáticas (piscinas, canoas, etc.).
Barragem de Santa Luzía
Después de esperar turno para subir al mirador del picacho y fotografiar todo lo fotografiable, nos preparamos para reanudar la marcha.
Para la fotografía anterior había que hacer cola!!!
Intercambio montura con Rubén (a la salida de Fajão él lo había hecho con Miguel...Rubén, ¡el que las prueba suele envenenarse!) y sobre la ligera ET4 de Vespaterapia me dirijo con el resto del grupo a curvear por un bonito trazado hacia nuestra base en Janeiro de Baixo.
Llegamos a eso de media tarde al camping fluvial y tenemos tiempo libre y actividades típicas ( carrera de lentos, pruebas de habilidad, etc.) hasta la hora de cenar.
Diversión asegurada en la carrera de lentos
¿Puede haber algo mejor que estar sentados en la hierba, bajo los pinos con una temperatura de 22ºC tomando una cerveza y de cháchara con los amigos?. Mejor no creo, comparable sí. Nos da tiempo de sobra para ponernos al día en cuestiones de familia, trabajo, conocidos, etc y, a su hora, dan aviso de ponernos en marcha hacia el pueblo de Brejos de Baixo, en donde se celebraría la cena.
Voy a intentar buscar alguna pega a la organización (lo tengo difícil...) pero, por buscar alguna, decir que el local acondicionado para la cena era un poco justo. Nada que molestase en exceso. La cena fue magnifica. Todo esto, evidentemente, son opiniones totalmente subjetivas, habrá gente que opine lo contrario sobre cuestiones que he tratado aquí. Lo que estoy contando es totalmente sincero y sin ningún tipo de influencia ni de compromiso con nadie. Si las cosas me gustan digo que están bien. Y esta cena, igual que el resto del Ibero han estado magníficos. Retomo la cena. Comimos, repetimos, bebimos, tomamos postre, nos dieron recuerdos, nos hicimos fotos, reímos...¿necesitas algo más?. Yo no.
El ambiente en la cena...fantástico!!!
Terminada la cena regresamos al village en el que se llevó a cabo el típico sorteo de regalos cedidos por diversos patrocinadores. Ni a Miguel ni a mi nos tocó nada!. Ya sería la guinda para el pastel!!!.
Después del sorteo estuvimos un ratillo de cháchara y justo cuando comenzaba el concierto ( Funil & Abelhinha) decidimos marcharnos, básicamente por estar agotados. Nos despedimos de los viejos y de los nuevos amigos. Siempre te queda ese puntito de pena por marcharte, pero... es lo que hay!!!. Lo bueno es poder encontrarse dentro de poco en otra de estas!!!. Ha sido un día intenso, muy intenso, cargado de buenas sensaciones, de esas que te permitirán, en momentos oscuros, poner algo de luz en tu ánimo.
Regresamos a Pampilhosa y a dormir.
Conseguí dormir bastante más y algo mejor.
Suena el despertador, ducha, recogida de equipaje con la historia de siempre: ¿cómo rayos metí todo esto el día que salí de casa?.
Parte del equipaje...no queda sitio ni para las zapatillas!!!
Nos vamos a desayunar con calma. Regresamos a la pensión, recogemos las Vespas, cargamos el equipaje, pagamos (40,00 € por barba no está nada mal), nos despedimos de la buena de la señora y partimos. La idea era regresar a Vigo por carretera general, evitando autopistas. No teníamos demasiada prisa y sí ganas de disfrutar relajadamente del viaje de vuelta. Yo había comentado de parar en Braga a tomar café en el restaurante en donde se celebraría la comida de la concentración del Vespa Clube Minho y, de ahí tirar directos para Vigo. Miguel me propone pasar por Buçaco. Reprogramamos los aparatitos para evitar autopistas...y vaya si las evitaron!. Realmente fue un recorrido agradable, magnífico, relajado y relajante, con buena temperatura, cielo despejado, estupenda carretera (bueno algunos tramos no tanto, jejeje!!!).
Después de perdernos por el Portugal más profundo, aparecimos, a una hora más que prudencial, en el bosque de Buçaco. Miguel intenta negociar con la muchacha de la garita para no tener que pagar los 2 euritos por cabeza pero esta, inflexible, dice que, si somos dos, son 4 euros. Pagamos y entramos. Realmente es espectacular, con una vegetación exuberante, silencio, luz tamizada por las hojas, paz. Llegamos a la parte alta para echar un vistazo al “palacio”, hoy hotel. Nos hacemos las fotos de rigor, llamamos a casa para dar novedades y decidimos comer en Luso, el pueblo que está al lado de Buçaco.
Miguel en Buçaco...gracias compañero!!!
Un servidor en Buçaco
Encontramos una pastelería-pizzería-cafetería y allí nos asentamos. La comida dio para hablar largo y tendido sobre muchas cosas, recordar anécdotas de otros viajes. Arrancamos, todavía, con la idea de llegar a Braga a tomar el café.
Esto es parte de Buçaco...valió la pena!!!
Continuamos por carretera general hasta la entrada en Oporto. Aquí , por hacerle caso a mi navegador, me meto por la autopista seguido de Miguel. Salimos en cuanto podemos para, en primer lugar, escapar de esos malditos pórticos con cámaras y, en segundo lugar, para repostar ya que llevábamos más de 200 km hechos!!!.
Paramos en una gasolinera en Seroa, cerca de Paços de Ferreira. Allí comprobamos que entran, escasamente 7 litros en el depósito ( en el mío 6,85 litros) lo que nos da un consumo que ronda los 3,5 litros a los 100 km!!!. Y no hemos tenido miramientos con el puño del acelerador en todo el día!!!. Fantásticas, estas GTS son fantásticas!!!.
Dada la hora que es, decidimos no parar en Braga. Realmente no teníamos compromiso ni habíamos avisado de que iríamos por lo que nadie nos esperaba.
Sencillamente se nos hizo tarde y yo preferí una visita a Buçaco.
Reemprendemos la marcha y, ya que nos han hecho unas cuantas fotos por la autopista...que nos sigan haciendo. Continuamos por la A41 y por la A28. Al cuarto de hora de marcha...tatatachán!!! sorpresa!!!. Estaba saliendo todo demasiado perfecto. En un momento dado y circulando a unos 120 km/h reales, oigo un tremendo bufido proveniente del motor, igual que si me estuviese pasando por encima un avión a reacción, seguido de un fuerte ruido seco y un petardeo insoportable. Inmediatamente me arrimo al arcén, seguido de Miguel y paro el motor. Primer momento de pánico. No quiero ni atreverme a echar un vistazo por la cantera que puede haber ahí. Estamos a 120 km de casa y esto, aparentemente, acaba de decir basta!!!. Me agacho y lo primero que veo, colgando de su cable, es la sonda lambda. Busco con la mirada el lugar en el que tenía que estar y lo que veo es un enorme agujero en el colector del tubo de escape. Ha reventado el metal alrededor de la soldadura que sujeta la pieza roscada en la que se acopla la sonda. El escape es nuevo, tiene 3 meses escasos. Pruebo a arrancar el motor y lo hace sin problemas. Ahora, el sonido...o el ruido...no sé realmente cuando el sonido se convierte en ruido, era de escándalo. Esto era ruido. Desengancho la conexión eléctrica de la sonda, la guardo y continuamos. Con el cabreo ni siquiera me acuerdo de inmortalizar el desaguisado. Al acelerar para coger velocidad el estruendo es insoportable. Mientras puedo mantener una velocidad estable y no abro o cierro el gas, se aguanta. Ahora, cuando tengo que cortar gas y volver a acelerar... mamma mìa!!!. No quiero, por si acaso, pasar de 80 km/h y, poco a poco nos vamos acercando a la frontera. El paso por Valença fue algo más que memorable... Entro en la A55 y derechito y sin hacer ruido, jajaja!!!, para casa. Miguel se queda contestando una llamada en Valença y yo sigo. Entré en Vigo con el casco cerrado y lo más rápido posible. Llego al garaje y lanzo un largo y profundo suspiro. Después de todo no ha estado mal!!!. El escape roto fue entregado al día siguiente en el lugar en el que lo compré y desde ese día voy con el de serie más contento que un ocho ( hasta he recuperado el tirón a bajo régimen que había perdido con el escape “molón”).
No sé, hipotético lector/a, si te ha gustado esta historia. A mi muchísimo. Me ha gustado el viaje, he tenido un compañero de viaje impecable y elegante como es siempre él. Me he reencontrado con viejos amigos. He hecho alguno nuevo. He conocido una zona de Portugal que no conocía. Me lo he pasado genial. ¿Realmente este Ibero podría haber sido un sucedáneo o un sustituto del Eurovespa de Mantova?. No. El Ibero tiene su propia identidad, mayoría de edad y calidad incuestionable. Tanto es así que Miguel me comentaba que el año que viene le gustaría repetir. Esta mañana le he enviado un correo proponiéndole para el 2015 Iberovespa (en dónde sea) y para 2016 Vespa World Days en Arcachón (Francia). No es mal plan ¿verdad?.
Salud!!!

lunes, 14 de julio de 2014

COSAS PARA EL VIAJE 4: ¿ORGANIZAMOS O DEJAMOS QUE LAS COSAS VENGAN "PER SE"?

Estimados y escasos, aunque de calidad, lectores de 10 Pulgadas, ¡os saludo!.
Antes de nada, espero que os encontréis bien de salud- menudo año, ¿eh?- al igual que vuestras monturas.
Hace unas semanas andaba trasteando entre papeles, carpetas, cedés y otras cosas que comienzan a parecerse al contenido del baúl de "la Piquer" y me encontré un documento, pulcramente preparado 😂, que confeccioné para repartir entre aquellos que iban, al igual que yo, a asistir desde Vigo al Eurovespa de 2009 en Zell am See (Austria).
Éramos unos cuantos. Las Vespas, diversas: DN, TX, PX, Iris, GTS...y una X9 (ya sabéis que al señor Jerónimo le gusta viajar cómodamente...¡cuánto echo de menos reunirme con él y con unos tres o cuatro más!).
Y, ¿de qué iba el tal documento?; pues eran una serie de recomendaciones (que ya sabéis que consejos no doy...) basadas en mis experiencias anteriores, relativas a aquellas cosas que te pueden hacer muy agradable un viaje o no querer repetir nunca más.
El "documento"

El caso es que me senté a leerlo- sigo con mucho tiempo libre, por decirlo de una forma educada- y, página a página me iba dando cuenta de la ilusión con la que me acercaba a aquellos viajes, la minuciosidad con la que los preparaba y un cierto tufillo castrense sobrevolando todo el planteamiento del viaje. Es algo grabado a fuego desde mi tardo-adolescencia que perdura y, a estas alturas, no creo que desaparezca.
Pero ese cierto rigor y disciplina, cuando estamos hablando de un grupo de personas que se disponen a realizar una tarea en común (en este caso un viaje), no solamente lo considero aconsejable, sino que lo considero, pienso que igual que cualquier persona mínimamente sensata, necesario. A ver, sin pasarse, pero un cierto orden tiene que haber.
Si viajo solo, me da exactamente igual parar en un sitio o en otro, variar la ruta sobre la marcha, etc. No me afectan más que a mí mis despistes, errores y/o decisiones. 
Pero cuando viajas formando parte de un grupo, las cosas no pueden ni deben suceder cómo a uno le viene en gana. ¿Por qué?, es obvio; tus actos pueden afectar a los demás. Si es de forma positiva, estupendo. Si es negativamente...¡va a ser que no, amigo mío!.
Como ya no tengo en formato digital el documento, os lo voy a ir comentando e ilustrando con fotografías hechas con el teléfono móvil. Disculpad, por favor, su mala calidad, encuadre...aunque le añade un cierto gusto a buenos tiempos pasados.
Hay algunas anotaciones y correcciones, también alguna falta de acentuación, que hice a mano en su día, por lo que es este un ejemplar "pieza de autor". ¡Ojo, puede valer millones el día en que yo ya no esté!...😎.
Voy a ir título a título, comentándolo (es que no tengo ningún viaje en moto, reciente o pasado, no contado ya en el blog y me apetece contaros cosas).

GENERALIDADES DEL VIAJE
El primer punto eran una serie líneas generales basadas en la experiencia adquirida en mis viajes anteriores.
Lo de viajar por vías de tipo nacional o secundarias puede tener algo de miga.
A ver, vamos por partes.
¿De qué tipo de viaje estamos hablando?: "el viaje de mi vida", "venga, uno más"...
¿A dónde vas?: "ahí al lado", "a dar la vuelta al mundo"...
¿A qué vas?: "a nada en concreto" (sí, me gusta viajar por viajar), "a una concentración", "a visitar una ciudad / región / pueblo", "de vacaciones", "a visitar a unos amigos"...
¿Vas solo o en grupo?: "voy yo solo", "voy con mi pareja", "voy con un amigo", "voy con un grupo"...
¿Cuál es tu presupuesto?: "voy sobrado", "voy justito", "pse, así así"...
¿De cuánto tiempo dispones?: "¡uf, tengo que estar el lunes de regreso!", "tengo un cierto tiempo", "tengo tiempo, pero un poco justo", "tengo todo el tiempo del mundo"...
¿Qué moto tienes?: "una Vespa clásica de los '50/'60", "una Vespa de los '80/'90", "una Vespa moderna", "una Gold Wing", "una Trail asfáltica", "una custom", "una R", "un megascooter", "un ciclomotor" (sí, ¿por qué no?)...
¿Cómo conduces?: "Solamente paro para hacer pis y repostar", "Voy parando en cada pueblecito a comprar recuerdos", "soy un abuelete que no pasa de 80 por hora", "soy un quemado que voy haciendo vuelta rápida constantemente"...
¿Cuáles son tus aficiones/ intereses que puedan afectar al viaje?: "me paro a hacer fotos de cualquier cosa interesante que veo por el camino", "visito cuanto monasterio / iglesia / monumento me encuentro", "soy más de bares y de ir catando las cervezas del lugar"...
En fin, ya veis que hay un mundo de posibilidades que influyen en la forma en que te planteas el viaje.
En este caso, había una cierta igualdad mecánica...bueno, hasta cierto punto. Digamos que el 80% iban igualados mecánicamente hablando, aunque el 20% restante se podían adaptar sin mucho problema.
Evidentemente una Vespa, digamos una del tipo de la mayoría de las que participaban del viaje, se encuentra más cómoda en carretera nacional / secundaria que en una autovía/autopista. Es un pura y simple cuestión de velocidad de crucero y de seguridad mecánica derivada de mantener largo tiempo el motor a alto régimen, vamos que puede gripar con una cierta facilidad. Son motores de cilindrada contenida (198 c.c.), ciclo de 2T, refrigeración por aire forzado (...bueno, lo de refrigeración es algo casi paradójico dada la disposición de la entrada de aire al ventilador).
Desgraciadamente, hoy en día hay tramos que casi no queda más remedio que hacerlos por una vía de velocidad alta a riesgo de tardar un día entero en recorrer, digamos, 300 km. No, no es nada exagerado.
Las autopistas intentaba, salvo un error de "navegación", evitarlas. Pagar por ir a 90 km/h con una Vespa 200 no tiene mucho sentido salvo eso, un error de "navegación" o que la única alternativa sea una insufrible carretera nacional portuguesa (lo sabemos muchos de asistir a algún que otro Iberovespa en el país vecino) en la que, efectivamente, puedes tardar un día entero en recorrer la distancia que, pagando, podrías recorrer en unas ¿4 horas?.
El asunto de utilizar medios marítimos tenía su sentido. 
La alternativa para llegar a Italia desde Vigo por carretera pasaba, sí o sí, por cruzar toda la Península y todo el sur de Francia. España...bueno, por nacionales todavía te la puedes plantear, aunque cada día es más agobiante si tienes algo de prisa. Francia...¡olvídate!. Si te gustan las rotondas, tienes mucho, pero mucho tiempo y, sobre todo, paciencia, vale, cruza Francia por nacionales. Yo ya te he avisado, ¡después no quiero reclamaciones!.
A ver, teníamos 10 días para ir-estar-regresar.
Yo el sur de Francia por nacionales ya lo había sufrido-disfrutado (hombre, hay que reconocer que tiene su punto y recorridos espectaculares no, ¡lo siguiente!) en el 2006 camino de Turín con Sonia, Rubén y Jerónimo. 
A los que me acompañarían en éste viaje creí que les haría más ilusión esa mezcla de carretera-mar, que todo carretera. Además, en términos puramente lógicos, era más aconsejable no castigar las mecánicas que podían ir más justas (las 200) con kilómetros innecesarios, no aumentar el cansancio físico de los pilotos, evitar un mayor gasto económico (gasolina, aceite, alojamiento y manutención y algún eventual peaje) que en barco y reducir la duración del viaje, amén de que, todo por carretera, llegaríamos a la zona interesante- Italia-Alpes-Austria- más cansados y con menos capacidad de disfrute. Carretera y barco, en este caso.

VIAJE EN GRUPO
Vale, soy un poco raro. Reconozco que tengo unos planteamientos, a veces, excesivamente rigurosos, diferentes, propios...Bueno, soy así. Como decía Ortega y Gasset, "yo soy yo y mi circunstancia".
En el párrafo anterior ya os comenté que mi educación-formación, en esa difusa franja entre la adolescencia y el comienzo de la edad adulta, forjó en mí un carácter, no voy a decir prusiano, pero sí recto en lo que se refiere a los viajes- hombre, sin impedir que el viaje se desenvuelva por sí mismo la mayoría de las veces-, sobre todo en lo referente a su logística. Por eso ahora prefiero viajar, en moto me refiero, yo solo o con amigos muy elegidos con los que sé que todo se desarrollará (fluirá, dice ahora la gente esnob y moderna) muy, pero que muy bien, sin roces ni malos entendidos. 
En este segundo punto del documento, barruntando que lo anterior podía hacerse presente, aún siendo todos, cómo mínimo, conocidos de mucho tiempo atrás, propuse una serie de directrices o recomendaciones para que el viaje se desarrollase de la forma, eso entendí y todavía hoy lo sigo viendo así, más placentera, distendida y relajada para todos. Hay, se pueden ver restos en la foto superior, una anotación hecha por mí a la vuelta del viaje relativa al resultado de esta propuesta. He preferido no hacerla visible...estaba yo bastante cabreado cuando la escribí 😂.
Y, ¿ cuál era la propuesta?.
Pues, básicamente, que cada uno viajase a su bola, disfrutando de su viaje, pero teniendo siempre la seguridad de saber hasta dónde se rodaría ese día, por qué carretera/s se suponía que irían la mayoría de los integrantes de ese "grupo no agrupado", teniendo a mano sus números de teléfono, pudiendo ser asistido por alguno/s en un momento de crisis mecánica o personal. 
Teniendo en cuenta la igualdad mecánica de la mayoría de las Vespas, era de esperar que no hubiese grandes diferencias en velocidad, distancia recorrida, separación entre unos y otros etc. Yo, evidentemente, lo sabía. 
El propósito era otro. 
Gracias a Dios he podido viajar bastante- aunque nunca es suficiente 😃- para saber que un grupo en el que un solo miembro no se sienta seguro, no tenga experiencia suficiente o no confíe en su máquina, puede hacer que el resto del grupo se vea, no voy a decir frenado, pero sí algo retenido.
El "grupo no agrupado" evita, precisamente, este tipo de circunstancias. El que no tiene soltura, experiencia o, simplemente, le gusta ir más despacio, prefiere otro ritmo, etc, puede hacerlo a su gusto sabiendo que, en todo momento, está unido por un hilo invisible con el resto del grupo, sabe en dónde se dormirá ese día, a qué hora, más o menos, se llegará a destino y por dónde.
Creo, aún a día de hoy, que es un sistema idóneo cuando son más de dos los componentes del grupo de viaje. Se evitan tensiones innecesarias que pueden desembocar en situaciones algo desagradables...como así, lamentablemente, sucedió en un par de ocasiones. No se puede descargar toda la responsabilidad en una única persona, salvo que así se decida. Y este fue el caso, se dio por sentado que uno era el que llevaba el peso del viaje (igual no tenía que haber compuesto este documento nunca...)
Se hacía alusión, incluso, a la ventaja que presenta este sistema cuando se trata de vehículos con una velocidad de crucero baja, para hoy en día, como pueden ser los 80/90 km/h de una Vespa 200 de serie, en lo relativo a la seguridad general de la circulación. El no formar un grupo compacto (una hilera de vehículos de velocidad reducida para la media actual) permite que el resto de los vehículos que circulan por la misma vía puedan ir superándolos con facilidad y seguridad al haber suficiente separación- incluso kilómetros- entre ellos. Reducción de riesgo propio y ajeno, que ya sabemos cómo se pone algún automovilista cuando no puede adelantar "ya" a un grupo de ciclistas, a motos/ vehículos clásicos, a un tractor, etc.
Esa era la idea. Eso era el "grupo no agrupado".
Al final...¡nada!.
Hay una última recomendación al final de este punto y es la relativa a embarcar con el depósito lleno. ¿La razón?, obvia: no sabes si al salir del barco vas a encontrar una gasolinera abierta cerca. De esta forma tienes asegurados, cómo mínimo, unos 170 km para una Vespa 200...¡malo será que no encuentres una estación de servicio en esa distancia!. En cambio, si embarcas con el depósito mediado o incluso en reserva, ¡cómo me sucedió una vez! (de ahí la recomendación), te puedes encontrar con una situación un poco inquietante si el barco tiene una hora de llegada tardía o se retrasa y no encuentras una gasolinera cerca o abierta (hay que tener en cuenta, siempre, los horarios, usos y costumbres de los países en los que harás escala o que recorrerás).
Lo aconsejable es embarcar con el depósito lleno o tener la precaución de llevar una petaca, por ejemplo, de 2 litros- compacta y fácilmente transportable, aunque ¡ojo con su homologación! (*)- para situaciones de este tipo. Con esos 2 litros, una de aquellas Vespas 200 podía recorrer unos 40/ 50 km. Hombre, raro será que en esa distancia no encuentres una gasolinera...
Yo la llevo después de aquel 2007 hacia el Eurovespa de San Marino en el que embarqué en Barcelona con el depósito en reserva. Una y no más.
(*) Los recipientes para transporte de combustible por carretera tienen que cumplir una serie de condiciones que están recogidas en la norma ADR 2019 y llevar grabado el símbolo "u/n" 3H1/Y/150/12... de Naciones Unidas con su código de homologación...y no tener más de 5 años (sí, hay que cambiarlos cada 5 años o te pueden multar ¡HASTA CON 4001 €!)

CONSIDERACIONES ADMINISTRATIVAS Y LEGALES
Los españoles, nos guste o no, somos muy de ¡qué me van a decir a mí estos!.
Reconozcámoslo, somos muy altaneros, algo chulescos y las bravuconadas estuvieron muy bien en el s. XIX para largar a los gabachos de nuestro suelo, pero hoy en día no tienen cabida en algunos aspectos de la vida. 
Las leyes podemos considerarlas justas o no, pero están ahí y hay que cumplirlas. No me lío más que ya sería entrar en un terreno resbaladizo y peligroso y aquí estamos para hablar de motos y de viajes.
El caso es que desde el momento en que eres propietario de un vehículo a motor adquieres, sí o sí, unas serie de obligaciones legales que tienes que cumplir. 
Que el vehículo esté siempre en perfectas condiciones de circulación por vía pública, es decir que aparte de lo legal del vehículo (permiso de circulación y tarjeta de inspección técnica de vehículos con I.T.V. "favorable sin deficiencias" vigente y con su pegatina en sitio visible, sí, en la moto también), y del conductor/piloto (permiso de conducir para el tipo de vehículo que se conduce y seguro obligatorio, los dos en vigor), también lo esté mecánicamente: luces, frenos, suspensiones, neumáticos, soportes de equipaje bien anclados, tornillería repasada, cables y accionamientos bien engrasados, puesta a punto de motor con cambio de aceite, bujía, filtro de aire, limpieza de carburador, repuesto de bombillas, etc. Vamos, que salvo que la mecánica falle porque se le ha exigido aquello para lo que no está diseñada, no debería de haber ningún problema por ese lado.
De la documentación es importante saber que tiene que ser la original o, en su defecto, fotocopias compulsadas. No hay otra.
Ya no de Pirineos para arriba, por suerte hace años que en España se transige poco o nada con estas cosas. A veces no somos conscientes de que un vehículo no revisado, o con elementos mal acoplados/instalados/mantenidos, puede suponer un peligro para nuestra integridad y, lo que es peor, para la de los demás.
Insistía en este punto en la necesidad de observar, estrictamente, las normas de circulación fuera de nuestra frontera. Ese "una inmovilización del vehículo a 100 km de casa no supone demasiado trastorno. A 2000 km se puede convertir en una pesadilla y arruinar un viaje", lo resume todo, creo, y deberíamos grabárnoslo a fuego para que cada vez que salimos con un vehículo a una vía pública vayamos, por lo menos, de forma absolutamente legal.
Lo del recibo del seguro y la carta verde ya no era obligatorio llevarlo...en España. Por si acaso, aconsejaba llevarlo (la Carta Verde se solicitaba o solicita a la compañía aseguradora y el recibo en tu banco si lo tienes domiciliado o te lo imprimes desde la aplicación del mismo). Por ahí afuera actúan, a veces, con excesivo celo, aunque nunca he tenido ni el más mínimo problema en ninguno de los viajes. 
Lo de la Tarjeta Sanitaria Europea...¡uf!, solicítala y llévala. O hazte un seguro de viaje para los días que vas a estar fuera.
La historia es bien simple: si enfermas, tienes un accidente o, simplemente te has hecho un tajo con una navaja pelando un cable y necesitas que te den un par de puntos, tendrás que ir a un centro médico. Te van a atender, por supuesto, por lo menos dentro de la Unión Europea, pero incluso con la Tarjeta Sanitaria Europea puede que te cobren la asistencia y, después, ya reclamarás tú a la Seguridad Social. Conozco algún caso, aunque lo normal es que no te pongan ninguna pega en ser atendido presentándola.
Recuerdo un viaje  de trabajo a Ciudad de México a finales de 2018 en el que me encontré mal. Seguramente debido a los más de 2000 metros sobre el nivel del mar de la ciudad, comencé a tener mareos y un par de amagos de desvanecimiento. Llevaba un seguro de viaje/asistencia médica y, después de comunicar a la compañía de seguros la situación, me presenté en el hospital que me indicaron desde Madrid. Cuando llegué al hospital (uno de esos privados de alto nivel), ya había llegado por fax la autorización y toda la documentación necesaria desde Madrid para que me atendiesen. ¡Aún así me querían cobrar 600 $ (¡dólares USA, no pesos MX!) de fianza!. Al final, después de un par de llamadas Madrid-CDMX, quedó resuelto el intento de soborno y me atendieron de maravilla. ¡Hasta querían que me quedase un par de días en observación!. Iba a ser que no, ¡en menos de 48 horas tenía billete para el avión de regreso!. 
Es importante, muy importante, de verdad, que toda tu documentación- personal y del vehículo-, esté perfectamente en orden y un seguro de viaje para unos 10 días tiene un precio ridículo y te da una tranquilidad enorme.

COMODIDAD EN EL VIAJE
La primera frase de este apartado creo que condensa, de manera fehaciente, la ilusión, las ganas y uno de los propósitos de este viaje: ¡DISFRUTE!.
Cuando escribí la crónica correspondiente a este Eurovespa de 2009, creo recordar que escribí algo así como que esperaba que fuese un viaje perfecto (vale, la perfección no existe, ¿o sí?). Intuía yo que posiblemente sería uno de los últimos grandes viajes en moto que haría- parece que, en efecto, así ha sido- y, por lo tanto, no quería que quedase ningún hilo suelto, algo no previsto que pudiese arruinar o malograr, salvo causas que quedasen fuera de mi capacidad de previsión, esta experiencia para la que me había preparado a conciencia. Tan a conciencia que hasta me había procurado lo mejor de lo mejor que mis medios me permitían: una magnífica y novísima en el mercado Vespa GTS 300 i.e. Súper ( monocilíndrica de 4T, 4 válvulas, inyección electrónica, refrigeración líquida, frenos de disco, transmisión automática, etc...), negra, imponente (para ser una Vespa), potente, cómoda, rápida, segura, recién matriculada y con el rodaje recién terminado y un equipamiento -desde el casco al calzado, pasando por chaqueta, guantes, sotocasco, traje de agua, ropa térmica, bolsas de equipaje, etc- adquirido ex profeso para la ocasión.
Al final toda aquella ilusión, preparación y esfuerzo económico no dieron el resultado ideal que yo había soñado. Creo que ese fue el principio del fin de muchas cosas.
Al grano con este apartado.
Ir cómodo es muy agradable...es evidente. En el día a día lo es (yo, conforme voy cumpliendo años, voy escapando más de la ropa de vestir y utilizando más la ropa informal). Si en el día a día es importante, en un viaje mucho más; ¡y todavía más en un viaje en moto!.
¿Te imaginas, estimado lector, que te has inscrito en una maratón y esperas justo a ese día para estrenar unas zapatillas, un pantalón y una camiseta sin haberlos probado antes?. Te puedes encontrar con que las zapatillas te aprietan- o no te sujetan bien el pie-, que el pantalón te roza en la entrepierna y que la camiseta no permite una buena transpiración.
Hombre, cómo mínimo, uno debería tener la precaución de probar con suficiente antelación aquellos elementos que va a utilizar en algo tan importante como lo es un viaje. Y en moto más.
Cuando viajas en coche, por ejemplo, el llevar una ropa de mucho abrigo se puede solucionar, si lo tienes, poniendo un ratito el aire acondicionado o la calefacción si te has equivocado y vas con ropa más ligera.
En moto la cosa cambia.
Si te has equivocado y no has probado todo lo que vas a utilizar, puedes pasarlo mal, ¡muy mal!
Todo aquello que vas a llevar encima tiene que estar hecho a ti, tiene que tener tu forma, estar adaptado perfectamente para que no existan pliegues, roces, flaneos en marcha, etc.
En un viaje como este, sobre todo como era mi caso, en el que estrenaba prácticamente todo, se hacía necesario probarlo con suficiente antelación para saber si iba a dar problemas o podía arrancar con total tranquilidad. Y así lo hice.
Las condiciones climatológicas cambian, a veces, a una velocidad increíble. Puedes pasar, en este viaje sucedió, de estar a unos 20/22ºC con el cielo totalmente despejado en Prato alla Drava- en la frontera ítalo-austríaca- a unos 5/6ºC media hora después negociando curvas en un puerto de montaña hacia Mittersill con el pavimento mojado provocado por un reciente chaparrón. Hay que estar preparados para situaciones de este tipo. De ahí la recomendación de vestirse como una cebolla, por capas. 
Pienso que leyendo lo escrito en la imagen, queda muy claro el concepto. Conforme la temperatura va subiendo vas retirando capas intermedias exteriores y cuando va bajando las vas añadiendo...con el traje de agua siempre a mano, al igual que unos guantes y muda de repuesto en un sitio calentito y seco...a ser posible.
Cuando viajas a una temperatura corporal confortable, no vas empapado por la lluvia, llevas los pies, la cabeza y las manos (los 3 puntos principales de pérdida de calor del cuerpo) secos y a buena temperatura y una vestimenta bien adaptada a tu cuerpo, entonces te puedes concentrar al 100% en disfrutar del viaje y realizar un pilotaje seguro...importante, ¿no crees?.
El siguiente párrafo lo dedicaba a algo que se nos olvida con demasiada frecuencia y es proveernos de algo que nos permita limpiar la pantalla o pantallas del casco conforme se van ensuciando, aprovechando, por ejemplo, las paradas para repostar. Líquido limpiacristales en un pequeño pulverizador, líquido de limpieza de óptica o específico para pantallas, cualquiera de los tres sirve...o agua y un paño limpio, sin más aprovechando una parada en una gasolinera o una parada de café.
Terminaba este párrafo con la importancia, tremenda, de la colocación del equipaje. En el blog hay toda una entrada dedicada al tema. Equipaje justo, bien colocado y asegurado, aparte de cómodo, es un elemento más de seguridad.
En dónde colocar el equipaje, qué llevar en cada bolsa, su facilidad para colocarlo- retirarlo, saber en qué parte de cada bolsa está cada cosa...Puede parecer que lleva mucho tiempo, que son muchas cosas a controlar. No, en cuanto te acostumbras, muy rápido, verás que haciendo las cosas bien, ahorras mucho tiempo, vas cómodo y, sobre todo, seguro, sin bolsas colgando, descentradas, sobrecargadas, etc.
El parabrisas, elemento para mí fundamental en una moto destinada a viajar, repito, para mí, es aconsejable que sea un modelo específico para esa moto o universal que asegure su correcta colocación; no puede ir con tembleque a velocidad. 
Te ofrece un altísimo nivel de protección contra los elementos atmosféricos (lluvia, frío, etc), así como contra objetos proyectados por vehículos que nos preceden, etc.
Y las gafas de sol, pantallas ahumadas, etc., todo aumenta el confort y, en consecuencia la seguridad y el disfrute del viaje. 
Ojo con las pantallas ahumadas. En un día soleado, luminoso y de cielo límpido, son fantásticas para conducir...hasta que entras en algún túnel sin iluminación o empieza a anochecer. Siempre es mejor llevar una pantalla clara y unas gafas de sol (aunque en los túneles sin iluminar tienes el mismo problema de antes...) que puedes quitarte cuando empieza a anochecer. ¿Lo ideal?, un casco con pantalla clara y pantalla solar escamoteable. Hace años eran una rareza; hoy en día hay multitud de modelos que la incorporan. Tienen la gran ventaja de que se recogen en un suspiro con solo accionar el deslizador y, una vez restablecidas las condiciones luminosas (al salir del túnel, por ejemplo), volver a bajarla y ¡seguir tan ricamente!. Son todo ventajas, créeme.
Sobre todo esto, te vuelvo a recordar amigo lector, creo recordar que hay algo bastante extenso en alguna entrada del blog, ¡tú busca que encontrarás!.



¡UY!, ¿PREPARACIÓN FÍSICA? 😮
Sí, ¿te sorprendes, apreciado amigo?. ¿Cuántas horas conduces al día durante un viaje de 10 días?, ¿3?, ¿4?... no avanzarás mucho, ¡créeme! (salvo que el planteamiento del viaje sea ese, avanzar poco y ver mucho...este no era el caso).
Aquí estábamos hablando de jornadas de 10 horas al manillar de una Vespa...que, en contra de la creencia popular, deja de ser cómoda después de la primera hora, hora y media de marcha. Sí, de verdad. Para ir a la playa, al trabajo, al súper o darte un paseo, vas comodísimo; ahora, plantéate 10 horitas, una tras otra a 80/90 km/h, con paradas cada dos horas para repostar.
Ergonómicamente, el triángulo manos-culo-pies de la avispa fue pensado por un señor, maravilloso ingeniero D'Ascanio, al que no le gustaban las motos y el vehículo fue diseñado para el transporte de corto alcance (ciudad-trabajo-compra-playa)...,eso es historia verificable de la Vespa.
Conforme van pasando los kilómetros y las horas, vas encorvando la espalda...sin darte cuenta, hasta que en el tercer repostaje, ¡clamas al cielo al intentar enderezarte para bajar de la moto y que la zona lumbar responda y regrese al mundo de los vivos! 😂.
A eso, súmale el hormigueo, por lo menos en mi caso que tengo un problema en dos vértebras cervicales, en las manos por las vibraciones del piccolo due tempi raffreddato ad aria, y tienes un cóctel de dolores varios al tercer día de viaje que recordarás durante mucho tiempo. Eso sí, te lo habrás pasado maravillosamente; ¡todo tiene su precio!.
Ejercicios de estiramiento sencillos, hacer rutas de un par de horas unas semanas antes- para los que no tengan costumbre de hacer largas cabalgadas-, o recurrir a un fisioterapeuta antes de partir para que te ponga a punto, no es nada descabellado. Yo lo tuve que hacer antes de la única Travespera a la que he podido asistir-¡qué maravilla de experiencia, a la Travespera me refiero, no a las torturas del fisio- y me salvó el viaje.
...¡y la faja!. Elemento imprescindible. Faja simple o espaldera que incluya faja. Tengo de las dos y van estupendamente. Para este viaje a Zell llevé la faja de Levior- esta ya la tenía de antes- y te reduce muchísimo las molestias lumbares.
Y, CLARO, EL VEHÍCULO
Una Vespa de las de toda la vida tiene muy poco que revisar...¡pero tiene por delante una dura tarea!. Cuatro cositas y ¡a tirar millas!. Pero hay que revisarlas...que alguno olvidó alguna recomendación acerca de poner un chiclé de alta un poco más grande para darle más chicha al motor y le costó un gripaje rodeando Venecia 😌. A ver hombre, que un chiclé de una Vespa se cambia en 10 minutos (retirar el cófano derecho, retirar los dos tornillos de la tapa del carburador, retirar el tornillo del filtro de aire...que aprovechas para limpiar, desenroscar el chiclé, colocar el nuevo y deshacer las otras operaciones) y cuesta, ¿cuánto?, ¿6 €?; que, además lo puedes cambiar tú en casa.
Las otras Vespas, bueno, ya tienen algo más de complicación. Puedes tener que hacer un reglaje un válvulas, si te toca...y eso ya es algo más complicado que cambiar un chiclé. Cambiar variador o rodillos/ correa ya tienes que tener algo de maña, herramienta y sitio para hacerlo. El resto es aceite, bujía, neumáticos, refrigerante, frenos...¡uy, las Vespas modernas! 😂.
Revisa bien tu moto antes de un viaje, esto sí es un consejo; de los pocos o casi ninguno que doy. Te puede ir mucho en ello.
Y, lávala...sí, lávala. Primero, no irás pregonando por ahí que eres, con perdón, un cochino. Segundo, después de un buen lavado puedes descubrir cositas: una soldadura en mal estado de un porta-paquetes que estaba tapada por la mugre o, simplemente, una fuga de aceite, de refrigerante o de líquido de frenos. Es muy posible que la mezcla de fluido y roña no te permitiesen verlas antes.
SÍ, CLARO QUE LAS COSAS SE ROMPEN...¡INCLUSO TÚ, AMIGO MÍO!
Nadie está libre, ¡a mi me ha pasado en el coche esta semana después de 30 años!, del pinchazo de una rueda. 
Quien dice una rueda, dice una bombilla fundida, un cable de embrague o de acelerador que no has tenido la precaución de cambiar y engrasar bien antes del viaje 😒 y se rompen...siempre en el peor momento: de noche, lloviendo, ¡o de noche y lloviendo...!
Tú también te puedes romper. Estamos hablando, lógicamente con nuestros medios y salvo que seas personal médico-sanitario, de pequeños problemas que se pueden presentar durante el viaje: una quemadura, una alergia, una herida, un simple dolor de cabeza...
Siempre es aconsejable llevar una bolsita con herramientas, las que necesite tu moto (no lleves una pesada llave fija de 30 si tu moto no tiene ninguna tuerca de esa medida, ¡claro!...salvo para defensa personal 😂) y un pequeño botiquín con lo básico (norma DIN 13167...vivimos cada vez más en un mundo normalizado 😡), más aquellas cosas que tú consideres necesario llevar en función de tus necesidades sanitarias y/o farmacológicas. Esa norma DIN no obliga a llevar, por ejemplo, un colirio o lágrima artificial, pero puede que te sea muy útil después de unas horas conduciendo con el sol de frente, el humo de los camiones, el polvo, o una mascarilla, desgraciadamente tan vigente hoy en día, etc.
Lleva, en cuestión de botiquín, lo que dicta la Norma (además es obligatorio en muchos países) y añade aquello que consideres oportuno. 
Viaje planificado, vehículo en regla y revisado, indumentaria adecuada, equipaje correcto, herramienta para imprevistos y botiquín para apuros= ¡viaje ok!...hombre, siempre hay imprevistos, pero ya no serán por falta de planificación por tu parte.

¿VAMOS FASHION O NO?
Conozco a uno que con un calzoncillo pasaba cuatro días...dándole las vueltas pertinentes y al final parecía el papel de una magdalena 😂 .
Creo que el primer párrafo de este punto es muy claro: "Cada uno es dueño de lo que lleva".
Exacto, ¡pero ten piedad del olfato de los demás, por favor!😂.
La ropa, en efecto, ocupa mucho volumen. He tenido un compañero de viaje que usaba un sistema de muda completa diaria envasada al vacío. Me parece un sistema estupendo si tienes la posibilidad de tener en casa una maquinita de esas que hacen vacío en una bolsa.
Salvo que seas una persona excesivamente exquisita con tus hábitos, nunca mejor dicho, la ropa para un viaje de este tipo a mi me ocupaba, llevando repuesto para un día extra por si acaso, una bolsa de, creo recordar, 25 litros que colocaba en la parte trasera del asiento y la mitad de la bolsa de túnel de 15 litros. Jerónimo, por ejemplo siempre lleva ropa de vestir para la cena de gala de los Eurovespas (blazier, pantalón, camisa, corbata y zapatos de calle)...y me parece fantástico ("Cada uno es dueño de lo que lleva", ¿recuerdas?)
La bolsa para la ropa sucia, muy importante, de tela. El plástico condensa los olores de una forma bastante desagradable.
Si te vas a alojar bajo techo rígido (hotel, hostal, pensión, etc.), no cargues con toallas, saco de dormir y alguna que otra cosa...(suelen tener toallas, camas y demás 😂). Bueno, una toalla pequeñita o un paquete de toallitas húmedas no está de más para poder secarte las manos o el sudor de la cara en un momento dado.
Si el alojamiento es campestre, el tema cambia. Tienes que pensar en tienda de campaña, saco de dormir, toallas, hornillo, menaje para cocinar, etc...Tiene su encanto, en serio.
En este caso, íbamos a alojarnos en hoteles y hostales.
En todo caso, que la ropa sea cómoda. Unos vaqueros, una camiseta o un polo y unas zapatillas para cuando no estés sobre la moto- ir de visita turística, a cenar, etc- son perfectos. Bueno, lleva lo que quieras, ¡que esto no es el Vogue 😎!.

Y, POR FIN...¡EL VIAJE!
¡Mira que llevaba hechas cosas antes de que llegara el gran día!
A ti, estimado y sufrido lector, realmente te llevará mucho menos tiempo del que crees si te planificas bien.
En el apartado del viaje de ida, les planteaba hacerlo en una serie de etapas con unas consideraciones sobre algunos tramos específicos del viaje. La experiencia es un grado, ¿verdad?.
Aquí sí que, gracias a las particularidades y bondades de los automovilistas italianos, les proponía rodar en grupo con algo que nos hiciese bien visibles: chaleco reflectante para los que abrían y cerraban el grupo. Quienes hayan conducido por Italia, entenderán esto perfectamente 😎😂.
A continuación os voy a adjuntar las hojas relativas al viaje de ida, etapa por etapa. En cada hoja se mostraba el recorrido general del día, el alojamiento, reservado o no y aquellos detalles a tener en cuenta en el discurrir de esa jornada: localidades de paso, hora de partida y de llegada (aproximada, claro), kilometraje, precauciones como la de la 2ª etapa en lo relativo a los grupos de camiones en la N-II entre Zaragoza y Barcelona y, en esa misma jornada algunos detalles relativos al embarque en Barcelona. ¡Ahí os van!





¡VAMOS PARA ALLÁ!. EL VIAJE DE IDA
Llegados a este punto y, si todo había ido según lo previsto y planificado, nos encontraríamos, felices, sucios, agotados, con mucha gasolina y aceite quemados y goma de neumático dejada por esas carreteras de Dios.
Pues fue así...y no. 
Me explico. Llegamos, eso sí, tal y cómo os describo unas líneas más arriba. Pero no por el itinerario planeado. No voy a entrar ahora en detalles desagradables que sucedieron durante el viaje, no ganaría nada volviendo a hurgar en cosas sucedidas hace...¡11 años ya! (si os leéis la crónica del viaje, aquí en el blog, podéis intuir cositas que guardo para mí). 
El caso es que durante la travesía se decidió tirar por la borda, nunca mejor dicho, todo el trabajo hecho en este dossier e ir por otro lado. Bueno, lo dejo ahí 😔.
Una vez allí había todo un mundo de cosas por hacer. Podías seguir el programa oficial de la organización...ya sabéis, muy germánico todo, aunque se te desmontan mitos sobre su eficiencia 😁 o bien optar por hacer un mixto: lo que interesase de la organización y cosas por nuestra cuenta. Eso propuse ya que teníamos Salzburgo a tiro de piedra.
Yo ahora tengo una Moto Guzzi, ya lo sabéis. El próximo año, 2021, se celebra el centenario de la marca, sí, ¡100 años fabricando Moto Guzzis!. Habrá, si el maldito virus chino no lo impide, algo gordo preparado en la fábrica de Mandello del Lario. Me gustaría poder asistir y hacerlo con la información más completa posible sobre la marca, sus particularidades y sus curiosidades...lógico, ¿no?.

RESEÑA HISTÓRICA Y PROGRAMA. ¡QUÉ COSAS, TÚ!
Bueno, aparte del viaje en sí mismo- la parte de asfalto y kilómetros- también preparé una reseña sobre los Eurovespa (en ese año ya se llamaban Vespa World Days 😓), su origen, sus curiosidades, la Vespa y sus peculiaridades, los Rallyes, etc. ¿Alguien se lo leyó?, "¡ding dong 🔔!"...¿hay alguien? 😴.
Era esto que te pongo, querido y sufrido lector, a continuación, incluido el programa con la sugerencia de visitar Salzburgo



Y...VENGA YA ESTÁ BIEN, ¡PASA PARA CASA!
No te voy a cansar más estoico lector. Ya has soportado incólume todo este soporífero desarrollo de ideas y de planteamientos con los que puedes comulgar o no. Entenderé perfectamente que no lo hagas.
El regreso fue la ida pero deshaciendo el camino. Punto, sin más. Bueno, me dio un cólico nefrítico cerca de Zaragoza...¡qué dolor! 😂.
Contenía el dossier los mapas generales del regreso más una adenda en la que cualquiera de los integrantes del grupo podía, si era necesario, acceder al número de teléfono móvil del resto, a sus datos, matrícula de la Vespa, etc. Por razones de confidencialidad he ocultado nombres, números de teléfono, de D.N.I. y matrículas. Los modelos de las Vespas...y de la Piaggio no, ya que no identifican a nadie. Además puede ser muy útil y necesario que, en determinadas ocasiones, todos los miembros del grupo conozcan los datos básicos de algún miembro del grupo y de su moto ( un accidente, alguien que se pierde...). Incluía, además, los teléfonos de las embajadas españolas en los dos países en los que estaríamos...¡nunca se sabe!.
Ahí va otra tanda de imágenes 





EL LIBRO DE RUTA...¡PARA MÁS INRI!
No nos pongamos nerviosos..si alguien se perdía a estas alturas o no sabía por dónde tirar, mejor que se quedase en casa, ¿no?.
Había, aparte del G.P.S. que yo llevaba con toda la ruta grabada- etapa por etapa-, un libro de ruta de ¡31 páginas! con mapas detallados de cada zona, paso por ciudades o detalles ampliados de zonas de ciudad en la que se pernoctaría, etc.
...¡cómo para perderse!
Una pequeña muestra

¡POR FIN!, CONCLUSIÓN
Bien mi querido amigo, eres valiente, paciente y te mereces todo mi respeto por haber llegado hasta aquí. ¡Bravo!
Qué conclusiones saqué de todo esto. A ver:
1º) Que, cómo ya te conté muchos párrafos arriba, no volveré a viajar en un grupo. Con uno o dos amigos seleccionados, sí.
2º) Que el esfuerzo, tantas y tantas veces, no se reconoce. No se trata de que te dediquen loas, bustos en parques públicos o reseñas magníficas en la prensa local. No; simplemente con no desmontar, ignorar, trabar o minusvalorar el trabajo de uno, ya se puede considerar un agradecimiento; yo, por lo menos, lo entiendo así.
3º) Que, si no reservé hoteles en varias etapas fue, simplemente, porque había que adelantar el pago. No digo más.
4º) Que cuando uno no es nombrado oficialmente y acepta, la responsabilidad de dirigir un grupo, no se le pueden exigir explicaciones cuando un G.P.S. se equivoca- sí, se equivocaban a veces- y no sabes por dónde tirar.
5º) Que los viajes en moto, ahora que son cortos y a sitios muy próximos, los planifico mínimamente, o, directamente, no planifico nada... dejo que se desarrollen "per se".
6º) Ahora que has leído todo esto que te he contado, sumado a tu experiencia, igual puedes decidir algo mejor. Si esto te llega a ayudar a que tus viajes sean más completos y placenteros, ¡me daré por totalmente satisfecho!.
...Y TERMINO, ¡AHORA SÍ!
He encontrado, admirado lector, una fotografía correspondiente a ese viaje con una carga tremenda. Muchas veces no sabemos las situaciones por las que están pasando, en un momento dado, nuestros semejantes, incluso los más próximos.
En esta fotografía, el que va delante de ese grupo echándose la mano izquierda al casco, es un servidor. Nadie supo, ni ha sabido hasta ahora, que en ese preciso momento el GPS llevaba más de media hora perdido (¡unos 30 km!) y yo iba totalmente a ciegas...por una carretera que el navegador no tenía en su memoria y sin saber, exactamente por dónde había que ir, ya que por las dos direcciones posibles del letrero se podía llegar a destino, ¡pero no recordaba por cuál había propuesto!. Tenía segundos para decidir. Los que venían detrás no sabían nada de eso, no conocían la situación. No fue una situación agradable para quien esto escribe- se repitieron unas cuantas durante este y otros viajes-, y me ha reafirmado en que hay que tener mucha más empatía, ser más educado, más tolerante, colaborativo y, sobre todo...respetuoso con los demás. 
¡Que tengas unos magníficos viajes amigo lector!

P.D. Como dato curioso- es una rara afición que tengo esa de tratar de localizar lugares exactos a partir de una fotografía-, he localizado el sitio exacto en el que se realizó esta instantánea: Via Venezia (SS 13), San Vendemiano (Véneto). Aquí está la foto y la localización en Google Maps 😂.