miércoles, 1 de julio de 2015

Así he vivido el 50º Aniversario de la Peregrinación a Santiago de Compostela en Vespa



Bueno...¡ya está!. Ya ha terminado. Esto del 50º Aniversario... ha estado bien, muy bien. Realmente yo tenía pensado destinar el tiempo y la ocasión que me brindaba esta historia en acompañar a algunos amigos a los que hace tiempo que no veía- Meca, Antonio Carrero, etc.- y en ponerle cara a algunas de esas personas que solamente conoces a través de redes sociales y similares, en particular a José Montero al que vengo siguiendo desde hace tiempo en sus andanzas sobre una Vespa. Con esa excusa amplié mi inscripción, inicialmente era para el domingo, para incluir el sábado con su interesante y apetecible excursión a Finisterre. Pero la vida te da a veces sorpresas agradables. Cruzando unos mensajes con mi amigo Filippo, que vive en esa maravillosa isla italiana del Mediterráneo llamada Cerdeña, me suelta a bocajarro ¡que se viene a celebrar este sarao con nosotros a Santiago!. La sorpresa, lógicamente, mayúscula. No voy a entrar ahora en detalles sobre las llamadas y gestiones que hubo que hacer para encajar su llegada y su inscripción pero ¡fueron bastantes...!. Total y para abreviar, el bueno del señor Pantaleo se nos presenta en Vigo el viernes por la mañana en el tren procedente de Barcelona. Calor, mucho calor ( pienso que se ha traído el sol desde su casa por que ¡fue marcharse y empeoró el tiempo! ¡jajaja!) el que nos da este viernes como anticipo de lo que tendríamos todo el fin de semana. Hay que proporcionarle una montura y allá que nos vamos a recoger a mi vieja DN (Filippo está más hecho a las "antiguas" que a las modernas...aunque yo le ofrecí la "moderna"...). Comemos junto a mi hijo Xacobe y a Miguel (Mikelotti) en una comida de esas que se recordarán por mucho tiempo por la grata compañía y por las viandas, ¡claro!. Por la tarde nos vamos a cerrar su inscripción, a recoger las bolsas y todas esas cosas y a tomarnos unas cervezas y cenar con la familia para ponernos al día. ¡Hacía seis años que no nos veíamos, desde la visita que nos hizo con su familia en el 2009!.
Filippo con nuestras dos compañeras de esta aventura

El sábado por la mañana nos levantamos muy temprano y, a eso de las ocho y media de la mañana ya estamos saliendo hacia Santiago. Es muy emocionante rodar en compañía pero en casos como este más todavía ya que hacía la friolera de ¡diez años! ( desde el 2005 en el Eurovespa de Klagenfurt- Austria) que no rodábamos juntos.
...por el Camino de Santiago
En dos horas nos presentamos en el estadio de San Lázaro, sede del Motoclub Compostela, para reunirnos con el resto de participantes en el 50º Aniversario. Hoy no están todos aquí. Realmente el plato fuerte es el domingo pero la excursión a Finisterre no se la quiere perder casi nadie. Muchos compañeros de fuera de Galicia: murcianos, asturianos, valencianos, andaluces, navarros, bilbaínos, etc. ¡Creo que no ha quedado rincón de España sin representación!. De España y de fuera: portugueses e italianos también estuvieron representados, muy bien representados. Salimos a la hora prevista en tres grupos que, a los quince minutos, ya se habían convertido en uno solo...¡Es que somos muy disciplinados!. Cruzamos Santiago y, ya más relajados, por la carretera hacia Noia y Muros, nos damos cuenta de que ¡vamos a tener un día muy, pero que muy, duro de calor!. Los que no conocían Galicia- o los que conociéndola siguen atrapados por los tópicos- están asombrados de varias cosas: el calor, el color del mar, el buen estado de la carretera, el paisaje...
¡Algunos no se creían que esto también es Galicia!
La verdad es que hasta a nosotros nos asombra algo el magnífico clima que estamos teniendo. Quien conoce la zona sabe que es espectacular en cualquier época del año pero es que este fin de semana ¡se veía impresionante!. Filippo va con los ojos muy abiertos, ¡se le ve realmente feliz!.
¡Este hombre va, realmente, feliz!
Paramos a tomar un "pincho" después de Muros. Lo del "pincho" lo escribo así por que al entrar en el restaurante ¡aquello era una "boda"!. Es mediodía y no oigo más que repetir a los asistentes dos cosas: ¡qué pedazo de día nos ha salido! y ¡qué bien lo ha montado esta gente!. Y es verdad.
Paramos a tomar un "pincho" que ¡parecía una boda!
Salimos del "pincho" más bien tarde...muy tarde. Entramos en tropel en una gasolinera. Partimos hacia la cascada de Ézaro ( esa que técnicamente es la única de Europa que cae en el mar) a la que llegamos con más calor todavía y un retraso considerable.
La cascada de Ézaro
Fotos, caras de asombro ante el espectáculo, fotos y más fotos y, los más osados ¡jajaja!, subimos hasta el mirador. Realmente el espectáculo, salvo por la foresta totalmente quemada..., es impresionante. Bajamos y no se sabe muy bien por qué, nos demoramos demasiado en arrancar hacia el restaurante en Finisterre. Llegamos a comer pasadas las cuatro y media de la tarde... ( para mí el único punto negro de todo el fin de semana). La comida, como era de esperar, se convirtió en una especie de algarabía alegre en la que oías hablar de Vespas, de viajes, de personas conocidas de unos y de otros... Terminada la comida, tarde, ¡tardísimo!, nos vamos a la última visita del día: Finisterre y su Faro.
¡Lo has conseguido amigo!
Comprendo la emoción de muchos asistentes al llegar a ese lugar. Muchos de ellos ( había, además de Filippo, otros 3 italianos) habían hecho unas cuantas jornadas de viaje para llegar hasta Compostela y el Finis Terrae. Hubo, al igual que en la Plaza del Obradoiro, momentos de recogimiento, de abrazos, de emoción y hasta alguna lágrima que afloraba sin poder ser contenida. Perfectamente comprensible. Cada uno vivió aquel momento de una manera diferente e intensa, muchos, al igual que los peregrinos llegados a pie o en bicicleta, se despojaron de aquello que les sobraba o que les "pesaba" demasiado... esto ya pertenece al universo íntimo y personal de cada uno. Cerremos un momento la puerta para no molestar.
¡Hemos llegado al fin de la Tierra!
 Toca organizar el regreso. Después de las fotos de grupo se organiza la caravana que regresa a Santiago. Filippo y yo nos volvemos a Vigo. Realmente hicimos un retorno bueno, un poco largo y algo cansado- después del día que llevábamos- pero interesante. Cruzamos la Sierra de Outes, y llegamos a Padrón por carreteras secundarias de esas en las que las Vespas se encuentran tan a gusto. Llegamos a casa sobre las once y cuarto de la noche, después de más de cuatrocientos diez (410) kilómetros hechos ese día. Estamos agotados pero, aún así, nos sentamos a cenar con la familia para compartir las vivencias de ese día. ¡Esto, al final, me está sonando, casi, a relato de Eurovespa!. Al día siguiente, domingo, día grande. Entre el cansancio natural de los dos días anteriores y el apalancamiento que me está produciendo una fuerte faringitis y los antibióticos para tratarla que me ha recetado el médico, decido que no seremos capaces de salir a la misma hora que el resto de compañeros del Vespa Club de Galicia desde Vigo. Nos levantamos un poco más tarde de lo que teníamos previsto y partimos, Filippo, Xacobe, Miguel y un servidor, en una luminosa mañana de recién estrenado verano a "peregrinar" a Santiago de Compostela sobre nuestras queridas e inseparables monturas. En Pontevedra se nos une un trío de amigos ( Juan, Al y compañia) y con un rodar ligero y animado nos plantamos en San Lázaro en un "plis plas".
Con los amigos pontevedreses
Hoy si que ya estamos todos. Bueno, casi todos ya que hay alguno que, desgraciadamente, ha tenido alguna avería - nada grave- que lo ha retrasado. A la hora indicada por el programa del Vespa Club de Galicia, arrancamos hacia la Plaza del Obradoiro. Es un recorrido breve pero intenso cuyo momento más emocionante es la entrada de las doscientas y pico Vespas en la Plaza bajo la sorprendida mirada de los cientos de seres humanos que por allí pululan.
Llegando al Obradoiro
Aparcamos, nos hacemos cientos de fotos, se repiten las escenas emocionantes del día anterior en Finisterre.
Ambientazo Vespista en el Obradoiro
Repito que, para muchos, esto ha sido una auténtica peregrinación, de tanto valor como las que se hacen a pie o en bicicleta.
En la Plaza del Obradoiro, de izqda. a dcha.: Miguel, un servidor, Xacobe y Filippo
Estamos invitados a participar en la Misa del Peregrino de mediodía. La gran mayoría lo hacemos, seamos o no creyentes. No se trata de una cuestión meramente religiosa. Es un acto de camaradería el que hacen muchos compañeros que no son creyentes, al acompañar a sus amigos que sí lo son. Durante el acto religioso, el Presidente del Vespa Club de Galicia, Antonio, hizo la ofrenda al Apostol en nombre del Vespa Club y de todos los asistentes al 50º Aniversario. Esta ofrenda consistió en unas buenas cajas- ¡aunque siempre se desea que sea más cantidad!- de alimentos destinados a los más necesitados que se han entregado a la Cocina Económica de Santiago. Acciones prácticas y útiles. Terminado el acto religioso se procedió, por parte de un representante del Cabildo, a la bendición de las Vespas en la Plaza del Obradoiro. Fotos de familia, calor, mucho calor. Nos tomamos un refrigerio hasta la hora de la comida. Hoy sí que los horarios se están cumpliendo al minuto...se nota el buen trabajo de la Directiva del Vespa Club.
Nos llevan a comer a la hospedería de San Martín Pinario, al lado de la Catedral. Las Vespas se quedan en la Plaza.
Durante la comida en S. Martín Pinario
La comida...¡espectacular!, ¡un escenario perfecto, unos compañeros de mantel inmejorables!. Comida memorable. Se entregan trofeos y recuerdos a los Clubes y a los amigos asistentes.
Entrega de trofeos. José Montero a la izquierda con la Directiva del V.C. de Galicia (Gerardo, Juan y Antonio)
Se hace sobremesa y llega el momento de las despedidas. Ha sido un fin de semana intenso y emocionante. Es difícil despedirse de algunos compañeros pero no queda más remedio. Emprendemos la marcha bajo un sol de justicia hacia Vigo. Un par de amigos valencianos se nos unen ya que van a dormir a nuestra ciudad. Sé que Filippo va grabando en la memoria y en las retinas todo lo que puede. Está realmente satisfecho y contento de haber venido y vivido todo esto.Yo también. Llegamos a Vigo, acompañamos a los valencianos a su destino, Miguel se despide de nosotros. Llegamos a casa después de dejar a buen recaudo la DN para que descanse. Ya son treinta años con su motor original y la pobre, a veces, ¡se fatiga un poco!. ¡Qué bien ha cumplido todo el fin de semana!. Hoy han caído cerca de doscientos cuarenta (240) kilómetros. El fin de semana se alargó un poco más para nosotros, pero eso ya es parte de nuestra historia familiar. Me sentí muy a gusto todo el fin de semana ( ¡excepto por la dichosa faringitis y los antibióticos!). Muy a gusto con mis amigos, con mi familia, con todos los asistentes al 50º Aniversario. Orgulloso de mi Vespa Club y de mi tierra. Dichoso por haber podido vivir una experiencia como esta. Feliz por que a todos los que venían de fuera les gustó nuestra "esquina", nuestra gastronomía, nuestra gente, nuestro paisaje...Dar las gracias y hacerles llegar mi admiración a todos aquellos que con encomiable empeño, tenacidad, sacrificio y pasión por las Vespas y los viajes han llegado hasta Santiago: esos tres compañeros italianos y a mi ahora sí conocido amigo José Montero que se hizo con una 125 el viaje ¡desde Milán siguiendo el Camino de los Viejos Tercios españoles hasta Santiago vía Países Bajos! ¡y en general a todos con muchos o pocos kilómetros a cuestas!.  Cómo no, dejar para el final a todos aquellos que bregaron en la organización de este 50º Aniversario durante meses, con arduo esfuerzo y durante todo el fin de semana, para conseguir que todos los que asistimos nos sintiésemos a gusto y solamente lamentásemos no poder estar dentro de otros cincuenta años en Santiago sobre nuestras Vespas. Como mención especial quisiera nombrar a dos hombres allí presentes: al que lo organizó todo hace cincuenta años, D. Jorge Negreira y al que, también hace cincuenta años, introdujo en la Catedral una Vespa para su ofrenda/ bendición, D. Manuel Adán. ¡Hasta la próxima!
P.D. en el FB del Vespa Club de Galicia tenéis infinidad de fotografías de este 50º Aniversario.
En este enlace tenéis las pocas que he podido hacer. ¡Me he dedicado más a disfrutar que a fotografiar!:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=805281292919112&set=pcb.805282086252366&type=1&theater

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