lunes, 23 de enero de 2017

SOPLAN VIENTOS DE CAMBIO

Queridos y estimados lectores de 10 Pulgadas, os saludo.
Esta entrada no tendrá fotografías, no será estéticamente "resultona", incluso sospecho que será hasta triste o poco agradable. Polémica para alguno de mis amigos.
Bien sabéis, los que tenéis la amabilidad de pasaros por aquí de vez en cuando a leer, que acabo de vender una de las dos Vespas que poseía. La "vieja" DN. No voy a contar nada más sobre ella que no hubiese contado ya. Hace unos días estuve con su nuevo propietario para firmar el contrato de compra-venta y darle el último repuesto nuevo que encontré por casa- un flotador del carburador SI 24- y me comentó que la tenía en un taller, el del buen Gerardo Celaya (Dimaxe Brico), para una puesta a punto general. Él sabe lo que compró y el estado en que la compró. Primero, porque en el anuncio que publiqué especificaba muy claramente su estado y, segundo, porque pudo probarla libremente y la estuvo examinando detenidamente. Por ese lado no ha habido ninguna queja. Si hay algún problema oculto ni él ni yo somos ni hemos sido conscientes de ello. Pero no van por ahí los tiros de esta entrada.
Me he quedado solamente con la GTS 300. A priori, una "máquina" moderna, más segura, con una tecnología muy superior, más económica- de consumo de combustible- con más prestaciones...pero también con más problemas. Por lo menos la mía.
Antes de nada y en contra de lo que piensan los más "puristas", es una Vespa. Es tan Vespa cómo una "de las de toda la vida". Ya he dicho muchísimas veces y no me cansaré de repetirlo, que si D'Ascanio- el genial diseñador de la Vespa- hubiese dispuesto de más medios, Italia no se encontrase en la calamitosa situación en que se encontraba después de la II Guerra Mundial o la hubiese diseñado hoy en día, sería muy parecida a estas GTS. A D'Ascanio no le gustaban las "motos" (eso lo sabe cualquiera que leyese algo sobre la historia de la Vespa), por eso diseñó un escúter. Y no lo hizo con cambio automático porque era más caro de fabricar y mantener. Y no lo hizo con motor de 4T porque era más caro de fabricar y de mantener. Y no la diseñó con neumáticos sin cámara, sencillamente porque no los había...¿sigo?. Una GTS, "puristas"-muchos de "salón y terraza"- es una Vespa.
El problema es que hoy, Piaggio-Vespa, ha olvidado dos de las premisas fundamentales que Enrico Piaggio impuso a, entre otros, D'Ascanio: una máquina fiable y económica (de adquisición y de mantenimiento).
Hoy, no solamente Piaggio-Vespa, se ha olvidado de esa cualidad en sus productos. Me es difícil y a la gran mayoría también, encontrar una marca con un índice de fiabilidad- sea el producto que sea- alto, que satisfaga completamente a su propietario y que la fiabilidad de su, en este caso, vehículo, pase a ser la última de sus preocupaciones. Sí, ya sé que habrá muchos que piensen que su Honda, que su Kawasaki, su BMW, su Vespa, nunca les ha dado problemas. Seguro que sí. Ahora bien, tarde o temprano sucederá. Esto ha sido siempre así, no es nada nuevo. Hace 20 años las motos también se averiaban, faltaría más. Pero lo de ahora es, siempre bajo mi humilde opinión, algo entre sangrante y preocupante.
Sangrante por el desembolso económico ya no solamente de una reparación ( pagar, por ejemplo, 700,00 € por cambiar una culata de una Vespa GTS, me parece una auténtica barbaridad) sino, simplemente, de una operación de mantenimiento programado. Se piden y se pagan auténticas "mini-fortunas" (dependiendo de la marca) por operaciones que no llevan más de 1,5 / 2 horas de taller. Si estuviésemos hablando de piezas manufacturadas en carísimas e hipertecnológicas fábricas europeas, con personal europeo altamente especializado, con costes de producción muy altos, podría llegar a comprenderlo. Pero me temo que no es así. Estamos pagando piezas, me vais a perdonar la expresión, de mierda, fabricadas en cualquier país del tercer mundo, con una calidad más que dudosa, a precios de manufactura europea "de los buenos tiempos". Trasteando por las tripas de la GTS, cuando la compré, me encontré más piezas y elementos con una pegatina o una impresión de "Made in India" que otra cosa. No tengo nada en contra de la India, ni de los hindúes, me son totalmente indiferentes, pero sospecho que no cobran la hora de trabajo ni tienen la "motivación" que tenían aquellos europeos que fabricaban "cosas" hace un par de decenas de años y el resultado es el que es. Creo que los que saben leer entre líneas están comprendiendo lo que quiero decir. ¿Cuesta 5479,00 € más impuesto de matriculación, a día de hoy ( 23 de enero de 2017) una Vespa GTS 300 Súper?. Sí, según la web oficial de Vespa. ¿Lo vale realmente?. Pienso que no. No lo vale, para mi, por varias razones:
1) No es una 300. Es, simplemente, una 250 "rectificada" porque les pilló el toro del aumento de cilindrada de los escúteres coreanos y, simplemente, sobredimensionaron el 250. Así de simple.
2) Consecuencia de lo anterior, sus prestaciones, salvo el ligero aumento de par motor y por ende de un poco más de aceleración y recuperación, no están a la altura de lo que se esperaba de ella. Incluso "corre" un poco menos que la 250 al mantener- si no me equivoco- la misma relación de la transmisión secundaria y girar a 1000 r.p.m. menos...¡Haced cuentas!.
3) Con el pretexto del clasicismo, nos colaron (en 2008) un cuadro de instrumentos que suponía un paso atrás con respecto a la 250. Es decir, liquidaron los stocks que tenían de los cuadros de las GT. Eso sí, le añadieron unas ranuras muy bonitas en el cófano derecho.
4) Un hueco bajo el asiento en el que no cabía (2008) un casco mínimamente "decente".
5) Un coste, si haces más de 10000 km anuales, digno de una "moto" de media cilindrada...sin las prestaciones de esta, ¡claro!.
6) Aunque pueda parecer una tontería, no tiene ni un sencillo "warning" ( ya sabéis, que los cuatro intermitentes funcionen a la vez para poder indicar una avería o una detención por causas circunstanciales). Algunos se lo hemos añadido "a posteriori"...y no es de fabricación Piaggio-Vespa.
7) El aumento de cilindrada supuso un aumento en la temperatura general de funcionamiento del motor. Pero no han aumentado ni el flujo de la bomba de agua ni el volumen del radiador ( realmente son dos radiadores conectados).
8) Retiraron como opción el ABS que si podías elegir en la 250.
9) Aún con todo esto, subieron el precio con respecto a la 250 que dejaron de fabricar.
Podría seguir así un buen rato pero llega a cansarme incluso a mi.
Evidentemente no todo es malo. Es cómoda, "resultona" y, si tienes la suerte de que te toca una unidad "buena", no tendrás que ir solucionando muchos problemas a lo largo de su vida. Si además encuentras un taller que la entienda correctamente, hasta puede que estés tremendamente satisfecho de lo que has comprado.
A mi no me ha sucedido, desgraciadamente, eso.
A día de hoy, después de todo lo que se la ha cambiado, es prácticamente una GTS nueva. Ahora está en el taller esperando la llegada del inyector de combustible que se "murió" el pasado jueves día 19 (eso ha dicho el ordenador al que la han conectado. Espero que no tenga nada que ver con la famosa avería de la culata...sigo con esa obsesión). Aprovechando la circunstancia, he pedido que le hagan una revisión a fondo y, cómo ya se estaba acercando el momento, cambio de aceite y líquido refrigerante. Una vez que me la entreguen, la limpiaré a conciencia, la volveré a revisar yo y la PONDRÉ A LA VENTA.
Sí, la vendo. Puede que me equivocase y vendiese la Vespa que no debía vender, la DN. Igual tenía que haber vendido la GTS. No lo sé. Ahora ya está hecho y no hay marcha atrás.
El caso es que ahora tiene casi todo nuevo excepto la instalación eléctrica y la "carrocería": medio motor (culata-árbol de levas- válvulas, muelles y balancines todavía con casi un año de garantía), embrague nuevo, correa nueva, rodillos del variador nuevos, bomba de agua completa con más de una año de garantía, igual que la pinza de freno trasera. Amortiguador delantero nuevo, Neumáticos al 85% de uso (Pirelli Diablo), desarrollo secundario Malossi largo (menos revoluciones para la misma velocidad y entrego el original prácticamente sin uso), filtro de aire Malossi, escape Turbokit homologado (tengo también el original) parabrisas original con deflector regulable Puig, dos tomas de corriente USB resistentes al agua, portabultos trasero (tengo el asa cromada original en perfecto estado), "warning", cromados impecables, estriberas del pasajero nuevas, dos bolsas Givi impecables y perfectas para viajar, líquidos cambiados e ITV hasta 2018. Jaajaja!!!, no parece que la esté vendiendo, ¿verdad?. Sí, tristemente, aún con todos los defectillos que ha tenido, la estoy vendiendo. Ahora va a quedar perfecta y puede ser tuya por 2300,00€.
Sé que es romper el último hilo que me une al Vespismo: he vendido la DN, he dejado de ser el socio fundador nº 001 del Vespa Club de Galicia que fundé (junto con otras cinco personas) y del que fui primer Presidente y ahora pongo en venta la GTS.
Me he quemado con muchas cosas relacionadas con el Vespismo. Igual lo entendí, o lo entiendo, de una forma un poco peculiar, que no tiene que coincidir, necesariamente, con la idea que tienen otros. La Vespa me ha dado mucho, muchísimo, a lo largo de unas cuantas décadas. Le debo tanto, aunque parezca mentira, en lo personal que a veces ni yo mismo creo que sea cierto el paso que estoy dando. Lo lamentable es que me ha dado más fuera de mi entorno ( no me refiero a mi familia ni a mis dos o tres amigos) que en él. Y eso me ha quemado mucho. A muchos amigos, pienso especialmente en mis grandes hermanos sardos Filippo y Marcello (los dos primeros "extranjeros" que conocí en mi primer Eurovespa en Lisboa en 2004) y en Miguel, mi gran compañero de viajes y aventuras, en Rubén y Sonia, en Jerónimo y en muchos más que no puedo citar por espacio en el blog, les va a costar entenderlo. He llegado a tomar esta decisión meditadamente y después de entender que esto no es lo que yo esperaba del Vespismo.  A las Vespas las he, las sigo y las seguiré amando, pero toca cambio.
No sé que compraré o si podré comprar ( depende evidentemente de si consigo vender la GTS...), pero no será ningún escúter.
Es una serie de sentimientos encontrados: quiero quedarme pero necesito irme.
Si la operación de venta de la GTS y la compra de la nueva montura culminan con éxito, esta será la penúltima entrada de este blog. 10 Pulgadas ya no tendrá sentido. Si no soy capaz de venderla, me quedaré con ella hasta que ella o yo aguantemos. Ya veremos el desenlace de todo esto.
Saludos y un fuerte abrazo a vosotros, mis pocos y fieles lectores.
10 Pulgadas
P.D. He modificado el precio de venta ( de 2200,00 € a 2400,00 porque faltaba por saber el coste de la sustitución del inyector de combustible. Perdón por no haber avisado de esa "incidencia").
P.D. 2. ¡He rebajado 100,00 € a ver si la gente se anima!
P.D. 3. ¡Nada!, ni con rebajas se anima la gente. Quedan 9 días para que se cumpla el tiempo que me dado para venderla: 1 mes.
P.D. 4. No ha habido manera. Un montón de visitas pero ninguna oferta en serio. Por ahora se queda en casa...Próximo destino, si Dios o la Justicia no lo impiden, el Iberovespa en el mes de Junio en S. Pedro de Nos (Portugal).
Salud!!!


lunes, 2 de enero de 2017

SE HA IDO...POR SU BIEN

Cuando en el año 1985 yo era un "chaval" de 21 años que llevaba las motos en la sangre desde que era capaz de recordar y que ganaba 43.000 pesetas al mes- hoy al cambio, para los más jóvenes, algo menos de 260,00 €...- decidí que era hora de tener un vehículo propio que me permitiese no depender de nadie para mis desplazamientos. Había tenido (de una forma un tanto, digamos...poco legal) una Lambretta 150 Li, (pero ¡chssst!, no se lo digáis a nadie). Era muy "simpático" circular con ella por calles adoquinadas y/o bacheadas y tener que ir deteniéndote cada 100 metros a recoger uno, o los dos, "cófanos". ¡Qué recuerdos!. La compré por 25.000 pesetas de la época y gasté en ella lo justo: un nuevo carburador Amal y unos aerosoles de pintura para "decorarla". No guardo ni una sola fotografía de aquella "Lamy". Una pena. Se la vendí a un conocido y ahí le perdí la pista.
Yo necesitaba "algo" en lo que moverme con una cierta comodidad, fiabilidad, economía y con unas prestaciones- para aquellos tiempos- digamos que dignas.
Con lo que ganaba al mes mis opciones eran bastante reducidas. Un día, en una de aquellas fantásticas revistas Motociclismo, me detuve en una de las últimas páginas en las que había un listado de las motos nuevas con sus precios. Empecé a hacer cálculos de lo que podría pagar al mes y me di cuenta de que lo único de más de 80 c.c. (salvo una MZ 250 de 250.000 pesetas o una Jawa 350 de 220.000 pesetas, creo recordar...¡y que no estaba dispuesto a comprar!), a lo que podía llegar era una Vespa 200 DN (o P-200-E, o PX en Italia, etc...) de 190.000 pesetas. Lo siguiente, pero que ya se alejaba bastante, era una magnífica Yamaha SR 250. Pero no había para tanto. Se iba a unas 358.000 pesetas. Una barbaridad para mi. Realmente la que yo quería- que nadie se me escandalice- era la preciosa Yamaha. Pero empecé a sopesar, dejando aparte la diferencia de precio, las ventajas de la Vespa: rueda de repuesto, "limpia", por carretera mantenías un buen ritmo, cómoda, tenía "guantera", le podías poner un montón de accesorios, etc. Poco a poco fui sucumbiendo al "espíritu original" de la Vespa: un vehículo económico, limpio, al alcance de una gran mayoría, etc...Enrico Piaggio y la idea de D'Ascanio encontraron, sin yo saberlo, otro adepto. 
Comprarla fue una odisea. Yo tenía un contrato estable...¡con el Estado!- aunque el sueldo era bastante bajo- y en el banco en el que yo tenía la cuenta me ponían un montón de trabas ( si hubiesen hecho lo mismo hace 10 o 12 años igual no habría estallado lo que estalló en 2009...). Pasé del banco y mis esperanzas de libertad motorizada las veía esfumarse. Un día haciendo una compra en un comercio muy conocido en toda España, vi una, creo recordar, Derbi Variant expuesta en una peana. Por simple curiosidad le pregunté a un dependiente si allí también vendían motos. Su respuesta fue: "...sí, ¿qué moto quieres comprar?, ¿de qué marca?, ¿qué modelo?. Me dejó perplejo... Le dije que quería comprar una Vespa 200 y, acto seguido, sacó del mostrador un grueso catálogo y se puso a buscar. Cuando la localizó me dijo: "cuesta 190.499 pesetas, si tienes nuestra tarjeta la puedes comprar ahora mismo y recogerla en un par de días en el concesionario X". ¡No me lo podía creer!, ¡había ido a comprar una camiseta y salía con los papeles de compra de una Vespa 200!.
De repente me di cuenta de que no tenía cascos (ya éramos dos), ni guantes, ni nada de nada para "andar en moto". ¡Ni carnet! ( estaba terminando las prácticas de coche). Fui rápidamente a la autoescuela a que me anotasen para el próximo examen práctico de moto. Me lo pusieron el mismo día que el práctico de coche, ¡a diferentes horas, claro!.
Efectivamente, al cabo de tres o cuatro días, me llamaron del concesionario para decirme que ya podía retirar la Vespa. ¡Glups! y yo sin carnet...Bueno, la Vespa estaba en mi casa aquella misma tarde...no voy a dar más detalles. Su estreno no pudo ser más desastroso. Aparcada en la acera, con bastante pendiente y con el motor en marcha, las vibraciones hicieron que el caballete se recogiese y la pobre terminó con una buena abolladura en el cófano derecho producto de su encuentro con la bajante de pluviales del edificio. Se tapó "discretamente" con una pegatina de Castrol ( y otra en el otro cófano para equilibrar). Llegó el día del examen práctico. Me examiné primero en Bouzas de coche y, una vez aprobado, salí disparado (no voy a decir en qué... ¡eran otros tiempos!) hacia la Avenida de Madrid para hacer el práctico de moto...¡que no había ensayado ni una sola vez!. Solamente recuerdo que me llamaron, me pusieron al manillar de una Vespa Primavera y en unos pocos minutos me encontraba al final del circuito habiendo tirado el primer palo horizontal de la prueba de frenada y escuchando la sentencia: "Apto". ¡La felicidad absoluta!. Salí disparado con mi resguardo del carnet en el bolsillo y, ahora sí con todo mi derecho, sobre mi flamante Vespa P-200-E con sus pegatinas de Castrol. 

Empecé, realmente empezamos la que era mi novia y hoy es mi mujer, a descubrir nuestro entorno más próximo los fines de semana. Cada vez alejándonos un poco más. ¡Las ganas de viajar habían aflorado!. Le cambié el color. Del blanco original, pasó a un bonito azul medianoche, carenado corto Puig, puños de espuma, manetas regulables, porta bultos trasero con maleta, pata de cabra, escape Polini, etc.. Hicimos unas cuantas decenas de miles de kilómetros antes de casarnos e, incluso, decidimos hacer el viaje de novios en ella. 
En el año 1989, se cruzó en mi vida una Moto Guzzi 850 T reconvertida en Le Mans II, con megáfonos Lafranconi, Carburadores Dell'Orto de 40 mm con trompetillas, etc...Pudo más que mi amor por aquella ya experimentada Vespa. La vendí a un hoy desaparecido taller que había en la calle Tranviarios, en Vigo.
La Guzzi me dio muchas alegrías, he de reconocerlo. Era otro mundo de prestaciones, de estabilidad, de seguridad, de frenada...de todo. Pero no era sencilla cómo una Vespa...
El tiempo fue pasando y, ante el primer aumento de familia- lamentablemente malogrado- hubo que vender la Guzzi y comprar un coche. No podía mantener los dos vehículos. Además la Guzzi tenía algo más de 200.000 kilómetros cuando la compré y empezó a hacer aguas por todos los lados. Me pedían más por arreglarla ( juego de pistones/cilindros/válvulas) de lo que me había costado. ¡Aquel maldito recubrimiento de Nicasil de los cilindros que no permita que fuesen rectificados...!, bueno eso decían.
Me dediqué a los estudios, pero las motos en general y la Vespa en particular, seguían ahí en mi cabeza. Recordaba día sí, día también, la de cosas que habíamos vivido, solos o con amigos, las aventuras, los sustos, las alegrías, alguna caída...
Pasaron los años, terminé de estudiar, "cambié" de trabajo y las circunstancias de la vida me pusieron de nuevo sobre la pista de una moto. Realmente me era muy útil para moverme por la ciudad por cuestiones laborales. Tampoco quería gastarme mucho dinero y encontré una, ¡fíjate!, Yamaha SR 250 de segunda mano por, ya estamos en 2003, menos de 900,00 €. Tenía ya casi cerrada la operación de la "japo" cuando cayó en mis manos- creo que ya lo he contado aquí- una revista que hablaba del Eurovespa de Barcelona que se había celebrado en 1986. ¡Aquello reavivó el espíritu Vespa!. ¡Me puse a buscar una Vespa cómo un loco!. Pero no buscaba una cualquiera. La buscaba a "ella", a la que había sido mía/ nuestra. Evidentemente no la encontré. Encontré a "Lily Marlene", mi querida PX 200 MY 98 de freno de disco delantero, faro halógeno, arranque eléctrico y engrase separado, que ya conocéis de algunos relatos del blog. 
Pasados un par de años y de una forma totalmente inesperada, ¡la encontré!, ¡encontré a mi vieja y querida DN!: en una taller, sucia, averiada, abandonada, descuidada...¡Cuándo vi aquella matrícula, PO-6000-V, el corazón me dio un vuelco!. No tardó más de un mes en estar en mi poder de nuevo y perfectamente operativa, con otro aspecto, algo rejuvenecida ( tampoco quería restaurarla, quería que algunas de sus cicatrices fuesen visibles...¡era una superviviente!). Mi idea inicial era que fuese la Vespa de mi hijo pero creo que él va por otros derroteros (¿de dónde me vendrá  la vena "motera" si en mi familia no ha habido nadie a quien le gustase, aunque fuese un mínimo, las motos?). Desde que compré la GTS, la pobre 200 ha sido poco utilizada. Mis problemas de espalda/ articulaciones no se llevaban muy bien con su ergonomía asiento-manillar. Hace un par de meses decidí que antes de que se echase a perder, prefería ponerla a la venta de nuevo...Y así ha sido. Ha sido una decisión muy dolorosa, necesaria, pero demasiado dolorosa. Esta mañana del 2 de Enero de 2017 he firmado los papeles del cambio de nombre del propietario y cerrado el proceso de venta. Sé, intuyo, que va a ser bien atendida y cuidada. Le queda mucha, muchísima cuerda todavía. Seguro que la veré pasar con su peculiar sonido y porte muchas veces, ya que se queda aquí en Vigo y, cada vez que la vea pensaré lo guapa que es y todos los buenos momentos de mi vida que me ha dado.
No te olvidaré nunca.

P.D. A todo esto, os deseo un muy Feliz y Venturoso 2017