miércoles, 19 de julio de 2017

¡CONSEGUIDO!...


Ya ha pasado algo más de un mes, se cumplió el día 14, desde que nuestras vidas sufrieron la inmensa conmoción de saber que nuestro querido amigo, compañero y hermano, Sergio Durán "Duranium", nos había dejado para esperarnos allá en donde nos encontraremos algún día y rodaremos juntos por toda la eternidad, como dije en su momento, por "sinuosas carreteras impecables". Eso sí, algún pistón gripará, pero ahí estarás tú, hermano Sergio, para cambiarlo y darnos consejos para un buen rodaje. Te quisimos, te extrañamos y te recordaremos siempre. Tenlo por seguro. Y a ti, Lisa y a vuestras hijas, recordaros que tenéis todo el apoyo que seamos capaces de brindaros muchos, muchísimos, de los que, desde que os conocemos, nos consideramos parte "añadida" de vuestra familia.
Ha pasado algo más de un mes, decía y, hasta ahora, no había tenido ánimo, ganas ni tiempo de escribir o de hacer casi nada que no fuese rutinario: dormir, comer, trabajar...La noticia fue un mazazo y todavía hoy cuesta asimilarla.
Tenía pendiente desde hace un largo tiempo, aquel desafío de recorrer 1000 km en una sola jornada, haciendo las paradas imprescindibles para repostar, comer...o lo que fuese menester. Vamos, que tampoco se trataba de pegarse con cianocrilato al asiento, pero tampoco de ir haciendo visitas turísticas. No hay más fotografías que las del cuadro indicando la hora y los kilómetros. Repito, no era turismo. Sí hay trozos de vídeo (bastantes) que, cuando tenga tiempo, montaré y subiré a un conocido canal de vídeos.
Estaba la tarde del viernes día 7 de Julio de este año de N.S., tranquilamente (...y aburridamente) sentado delante del ordenador viendo la última entrada del blog y se me dio por empezar a repasar lo que ya estaba publicado, hasta que di con la entrada del "Desafío 1000 km". De repente, lo vi todo nítido y cristalino: mañana sábado salgo por la mañana a hacer los 1000 km en memoria de Sergio.
A partir de ese momento, fue como si me hubiesen pinchado en la nalga derecha -la que tengo más sensible por su "tramo" de nervio ciático- con una aguja de calcetar.
No tenía nada preparado. Lo primero que hice fue ver la previsión meteorológica para el día siguiente correspondiente a los distintos lugares y horas por los que tenía previsto pasar. Climatología regular: niebla en la zona de Ribadavia, algún chubasco aislado a media tarde entre Palencia y Valladolid y el resto, nubes y claros con predominio de cielos despejados. Las temperaturas, frescas hasta pasado Monforte de Lemos y rondando los 30ºC a partir de ahí y casi hasta el final del día.
Bajé rápido a revisar la Vespa ( la GTS, ya sabéis que, desgraciadamente, es la única que me queda): relleno de aceite, comprobación de refrigerante, vistazo general a la tornillería y a la gasolinera a repostar y a comprobar la presión de los neumáticos. No le hice más. 
Al regresar a casa, le eché un vistazo a la chaqueta de verano (por si tenía algún roto o descosido), a los guantes (unos cortos y ligeros, también de verano), revisé el pequeño botiquín con lo básico que llevo a diario (¡uf, no sabes de las "tonterías" de las que te salva el llevarlo!). Marqué los puntos de paso en el GPS (al final, para no variar, hizo lo que le dio la gana, ¡cómo siempre!), cargué las dos baterías de la cámara, limpié las pantallas del casco y le dije a mi señora: mañana no como en casa.
                                      El recorrido

Al día siguiente me levante a las 07:00, me duché, desayuné, le dije hasta luego a los dos que quedaban en casa y, con lo puesto (¡olvidé hasta la espaldera y la faja!), más el "traje de agua" y la petaca de 2 litros de gasolina...por si las moscas, metidos en la bolsa de asiento habitual, me dirigí al garaje dispuesto a emprender viaje.
Monté la bolsa, coloqué la cámara y el GPS, me subí, encendí el motor, dejé que calentase unos minutos y, lentamente, en el casi desolador vacío urbano de un sábado a las 08:39, enfilé hacia la Plaza de España y la Avenida de Madrid. Marcaba el odómetro de la Vespa 71596 km (que son, en realidad, 86409 ya que el primer tablero se le cambió a los 13813 y, unos años después, hice 1000 km exactos- lo sé porque fueron los correspondientes al Iberovespa 2014 en Pampilhosa da Serra y el GPS lo dejó registrado- con el cable del cuentakilómetros roto). ¡Comienza el desafío!. Mirada al cielo y ¡va por ti hermano!.
¡Preparada!
                                                                     
¡Vamos allá!
                                                                     
No tenía demasiada prisa...ni demasiada fe, ni en mi, ni en la Vespa, lo digo con toda la sinceridad de la que soy capaz. Lo bueno de hoy en día es que si esa falta de fe se convierte en una molesta incidencia, siempre te queda el recurso de la asistencia en viaje de tu seguro.
No estoy pasando un buen momento laboral, mi familia y mis más íntimos lo saben y eso se nota en mi cierta apatía y falta de  ilusión y ánimo a la hora de hacer cosas, por lo que los primeros kilómetros fueron algo tediosos. ¡Llegar hasta Ourense por la A-52 se me hizo eterno!. A partir de ahí la situación cambió algo. Desapareció la molesta y fría niebla que me acompañó desde Ribadavía hasta Ourense y, ya en la N-120, que no abandonaría hasta Osorno (Palencia), cerca de 400 km después, camino de Monforte de Lemos, comencé a animarme algo. Es una carretera que hago a menudo con mi hijo- un par de veces al año- por cuestión de su afición y tiene un trazado bonito, buen asfalto y un entorno muy atractivo con el río Miño acompañándote durante unos buenos 25 km por el lado de babor. La Vespa va bien, todo lo bien que puede ir con el uso continuado que le doy desde hace más de 8 años y ahora con más de 86000 km. Ya no va "fina" cómo el primer día, ¡evidentemente!, pero no va mal de todo. Responde bien en velocidad de crucero (llaneando va suelta entre 120-130 km/h de reloj), en recuperaciones...es una Vespa y en comodidad es casi perfecta (estoy pensando en un cambio de parabrisas...). Llego a Monforte de Lemos y decido parar a repostar, aunque todavía no marcaba reserva y, además llevaba 1,5 litros en la petaca ( ya sabéis que nunca hay que llenarlas de todo...). Voy guardando los recibos de pago de la gasolina y haciendo una foto del kilometraje y de la hora para tener una especie de registro que me permita hacer un resumen de consumos, horarios, medias, etc. al final. Repito que esto no era un viaje de turismo, era un "desafío", un intentar hacer algo que muchos ya habían hecho, pero yo no.
Repostaje en Monforte de Lemos


Este tramo, 138 km según la GTS, 141km según Google Maps, es una "montaña rusa", es un continuo sube-baja que hice, he de reconocerlo, con el acelerador bien enroscado ( aunque siempre respetando los límites de velocidad). Digo esto porque se notó, a lo largo de casi toda la jornada en el consumo algo elevado.
138 km recorridos, 6,03 litros repostados dan una media de 4,37 litros / 100 km y una velocidad media de 86,25 km/h. No está mal para ser una Vespa con estos kilómetros, pero intuyo que va necesitando un buen repaso mecánico.
Arranco desde Monforte de Lemos con una temperatura magnífica, cruzándome con muchísimas motos...que curiosamente devuelven, el 99%, el saludo (lamentablemente algo poco habitual hoy en día) y continúo por la N-120 hacia mi próximo destino que era León, pasando por Montefurado (ese túnel, la "Boca do Monte" que perforaron los romanos en el s. II para desviar el río Sil y poder recoger el oro depositado en el fondo del antiguo cauce), Ponferrada, Astorga y me paro en Hospital de Órbigo a repostar. 
                     Repostaje de Hospital de Órbigo

 Fueron, ¡ahora sí coinciden la Vespa y Google!, 191 km en los que consumí 6,56 litros de gasolina, lo que arroja una media de unos asombrosos ¡3,32 litros / 100 km! a una velocidad media de ¡84,44 km/h!. ¡Realmente espectacular!.
Hasta aquí todo va cómo la seda. La mayor parte de este tramo, desde Ponferrada, nunca lo había hecho. No me disgustó para nada. 
Llego a León con un poco de retraso sobre el horario inicialmente previsto y decido parar a comer en un local de comida rápida de un centro comercial de las afueras de León, ya en dirección a Palencia. Fue eso, una comida rápida, sosa (¡ah!, ¡cuánto echo de menos a mi compañero de fatigas Miguel y la charla durante la comida y las paradas de la ruta!) y frugal.
Al salir...empiezan, ¡cómo no!, los problemas. Al principio no le di importancia. Al llegar a la primera rotonda después de salir de comer, la Vespa hace el amago de apagarse...no llega a detenerse, pero el motor se apaga durante unos 3 ó 4 segundos y por sí mismo, arranca de nuevo. Bueno, no pasa nada, tranquilo, algo de suciedad en la gasolina...
El problema "serio" es que noté una bajada de rendimiento importante, un ir "agarrotado" el motor, no ir "suelto". La velocidad media baja ¡escandalosamente! a ¡48 km/h! en ese tramo y el consumo vuelve a subir más allá de los 4 litros cada 100 km. Algo está pasando...Bueno, lo de la velocidad media tan baja tiene su explicación: ¡hay que contar el tiempo que estuve buscando un sitio para comer y el propio tiempo de la comida!. Pero, ahora en serio, sí me empezó a preocupar el tema de pararse el motor ya que me sucedió, hasta la siguiente parada para repostar en Santillana de Campos, otras dos veces más. De repente el ánimo bastante templado que llevaba comenzó a esfumarse, pasando a primer plano la posibilidad de una avería mecánica, preocupante no por la distancia a mi casa, sino por el posible coste económico de la misma que mi magra cuenta corriente difícilmente podría soportar. Abandono la N-120 en Osorno y por la N-611 voy cruzando la Tierra de Campos, pasando por Santillana de Campos (parada para repostar), Frómista (famosa entre otras muchas cosas por su singular "milagro", de ahí que se la conozca como la "Villa del milagro", buscad en Internet). Se pone a llover de lo lindo antes de Palencia (¡menudo susto en una curva entrando en esta ciudad!. Cuando monte el vídeo lo podréis ver, aunque algunos ya lo han visto en FB).
                  Repostaje de Santillana de Campos

A partir de Palencia, con el susto aún en el cuerpo por la famosa "colada" en la curva con el asfalto mojado y la desconfianza en la mecánica, tomo la A-62, la verdad es que desde León ¡poco o ningún caso le voy haciendo al GPS!, que me deja en las afueras de Valladolid y, de aquí a La Mudarra y Medina de Rioseco por la N-601, para alcanzar Benavente y enfilar el último tramo, ya muy conocido, hasta Vigo. Entre Valladolid y Benavente volvió a pararse el motor y esta vez fue la primera en la que tuve que detenerme de todo en el arcén y arrancar el motor nuevamente. Daba la sensación de que la batería no podía con el motor de arranque aunque no lo achaco a ésta ya que, hoy en día arranca perfectamente...

Repostaje de La Mudarra

A partir de Benavente, no sé si por la proximidad, relativa, a casa, me relajo algo aunque el rodar a velocidades legales reales de 120 km/h, de nuevo por la A-52, me provoca cierta ansiedad por si, en un adelantamiento, por ejemplo a un camión, se me apaga el motor de nuevo. ¡Y sucedió!, aunque no fue adelantando. Volví a parar en el arcén, esperé un par de segundos, pulse el botón de arranque y volvió a funcionar perfectamente. 
Cerca de Puebla de Sanabria empiezo a encontrarme con montones de motos en ambos sentidos. Hay una concentración en el Lago de Sanabria y ¡esto está plagado de motos de todo tipo!. ¡Cómo se nota el motero de verdad que saluda hasta a una humilde Vespa!. Continúo avanzando, la verdad a un ritmo elevado, manteniendo siempre el límite real de 120km/h o aproximándome mucho a él, hacia Mombuey, en donde me detengo a repostar. Hago un rápido cálculo del consumo medio y, veo asombrado, que ha subido a 5 litros / 100 km. ¡No recuerdo que consumiese esa cantidad nunca!. Algo, evidentemente, va fuera de punto.
                          Repostaje de Mombuey

 Desde Mombuey me lanzo hacia los altos de Padornelo y A Canda, dándome paso, este último a la entrada en Galicia.
La bajada hacia A Gudiña y Verín, la hago algo más "alegre", más "ligera". No voy cansado en exceso. Las dos únicas molestias son, por un lado, la preocupación de una parada total del motor y, por otro lo sucias que van las dos pantallas del casco (la exterior y la solar...¡en las paradas para repostar no tuve ni tiempo de limpiarlas!, ¡solamente de hacer pis! jajajajaja!!!). 
La verdad es que la climatología, después del aguacero en Palencia, ha mejorado mucho y hace muy agradable el viaje. Buena temperatura y poco viento.
Hago la última parada para repostar en Trasmirás. Aquí me detengo un poco más, me da tiempo a hacer "un pis", beber un botellín de agua y llamar a casa para comunicar la hora aproximada, si la Vespa no se paraba, ¡claro!, de llegada a casa.

                         Último repostaje. Trasmirás

¡Salgo de Trasmirás cómo una exhalación!( he dejado de poner velocidades medias y consumos porque me parecía un poco cargante, ¿no?...al final os pongo un resumen general), con la idea de que este depósito me tiene que llegar hasta Vigo de sobra (¡hay 141km!). Pues llegué "por los pelos". Sospecho que algo electrónico no anda bien ya que el consumo medio de este tramo, con datos sobre el papel es el normal...
Ahora, conforme me aproximo a Ourense, Ribadavia, A Cañiza, Ponteareas, O Porriño...el cansancio ya puede conmigo. Se me hace muy, pero que muy difícil la conducción a partir de Ribadavía. Son, hasta mi casa, poco más de 65 km ¡que se me antojan 300!. La densidad del tráfico a partir de O Porriño con las estúpidas limitaciones de velocidad en la subida/ bajada de Puxeiros, acentúan la sensación de no avanzar... Ahora sí que voy completamente agotado. Solamente el ideal que me mueve a hacer esto, lo hace soportable. ¡Por fin la Avenida de Madrid y la Plaza de España!. Bajo la Gran Vía y a las 22:03 (10:03 del reloj de la Vespa) apago el motor en el garaje. ¡Lo he conseguido!. 1041 km realizados en una jornada, en poco más de 13 horas. 1041 recuerdos a mi camarada y hermano Sergio Durán "Duranium" ¡Presente!

                     Llegada a casa.¡Desafio conseguido!




Para los amantes de las estadísiticas:
Km totales: 1041 km
Litros de gasolina consumidos: 45,47 litros
Consumo medio total: 4,36 litros / 100 km
Horas de conducción (sin paradas): 11,5 horas
Velocidad media real de conducción (sin paradas): 90,52 km/h
Velocidad media parcial máxima: 94 km/h
Velocidad media parcial mínima ( incluyendo búsqueda y parada para comer): 48 km/h
Consumo de aceite motor: 90 c.c.



Perfil del recorrido

P.D. Por un lado, la Vespa no ha vuelto a fallar aunque, en cuanto pueda cogerme unos días de vacaciones la llevaré al taller a que la "enchufen" al ordenador a ver qué le sucede. Por otro lado, me han comentado, intuyo que de broma o con un cierto y eterno / cansino sarcasmo, o eso quiero creer, varios conocidos ( no va por ti Mamu), que con un "plástico", como vulgar y erróneamente se conoce a esta serie de Vespas "modernas", es muy fácil hacer esto. Sí, puede que sea cierto, pero los kilómetros son los que son y hay que hacerlos. Con una de estas Vespas "modernas" puedes hacerlos más rápidamente, sí, pero siguen siendo 1041 km. Hay muchos que solamente saben hablar sentados cómodamente delante de la pantalla del ordenador. Os agradezco a todos y a todas los que os pasáis por aquí para leer esta humilde "aventurilla". ¡Un millón de gracias! y, me olvidaba, los grandes héroes de esta jornada, considero que son los cientos de peregrinos con los que me crucé que iban haciendo el Camino de Santiago. ¡Bravo por ellos!.