domingo, 31 de diciembre de 2017

ADIÓS 2017...BIENVENIDO 2018

VETE YA!!!. Parece una forma poco elegante o educada de comenzar esta última entrada del blog de este año, pero es que ha sido un año de esos que hay que intentar olvidar o, por lo menos, intentar no recordar demasiado. Aunque es una estupidez y el pobre año no tiene la culpa- no es más que un mero número- parece que cambiar el último dígito nos permitirá borrar lo malo pasado y comenzar desde cero. ¡Craso error!.
En lo personal ha sido más amargo que dulce. Al triste fallecimiento de mi suegro y a la recaída de la larga enfermedad de mi hermana, tengo que añadir los todavía no asimilados fallecimientos de dos amigos de muchos de nosotros: "nuestro" Sergio Durán "Duranium", del que todo está dicho y, desde aquí, aprovecho para enviar un cariñoso saludo a su esposa e hijas y D. Luís Quaresma, excelente persona con la que tuve el privilegio de compartir un par de Eurovespas y enriquecerme con sus conocimientos, experiencias y grata compañía. Os habéis ido junto con el gran Maestro Nieto y otro grande: Hayden. ¡Menudo año de mierda!. Mi salud continúa en caída libre...sin visos de mejorar a corto o medio plazo, más bien al contrario. Del trabajo mejor no hablar...eso, mejor no hablar.
La venta, totalmente necesaria, de mi querida Vespa 200, supuso otro duro golpe del que todavía no me he recuperado.
Este año no ha habido ocasión de desconectar. En casa solamente hemos coincidido una semana de vacaciones en verano, no hemos podido hacer una pequeña escapada para desintoxicarnos del día a día y eso se nota con una tremenda acumulación de cansancio físico y psicológico que perdura.
La parte positiva de lo personal corresponde, ¡cómo siempre!, a mi esposa y a mi hijo, que son los dos pilares sobre los que me sostengo y, por ende, se sostiene 10 Pulgadas. Ellos me equilibran y compensan mis "desastres" con su presencia y apoyo. Reconozco que soy absolutamente insoportable a veces...muchas veces. Me mantienen en pie.¡Gracias infinitas a los dos!.
En lo relativo a lo que nos ocupa el blog- ya sabéis aquello de las Vespas, viajes, etc.- ha sido realmente pobre. De seis entradas del blog anteriores a esta, solamente una trata de la sustancia, de la esencia, de la naturaleza de estas páginas: la relativa al desafío de los 1000 km. Una pena. La que iba a ser mi segunda Travespera, tuve que cancelarla por motivos personales. ¡Otro año será!.
Lo mejor de todo, con respecto a "todo esto de las Vespas", es el renacimiento del Vespa Club de España, del que soy el ¡orgulloso socio número 40!.
No me extiendo más y solamente quiero, con un poco de retardo, que espero sepáis disculpar, desearos unas felices Navidades y un- sí, es casi vulgarmente tópico- magnífico año 2018. 

¡SALUD Y MUCHOS KILÓMETROS AMIGOS DE 10 PULGADAS!

viernes, 4 de agosto de 2017

D.E.P. ÁNGEL NIETO


Te has ido físicamente, pero tu legado permanecerá para siempre. D.E.P. Ángel Nieto

miércoles, 19 de julio de 2017

¡CONSEGUIDO!...


Ya ha pasado algo más de un mes, se cumplió el día 14, desde que nuestras vidas sufrieron la inmensa conmoción de saber que nuestro querido amigo, compañero y hermano, Sergio Durán "Duranium", nos había dejado para esperarnos allá en donde nos encontraremos algún día y rodaremos juntos por toda la eternidad, como dije en su momento, por "sinuosas carreteras impecables". Eso sí, algún pistón gripará, pero ahí estarás tú, hermano Sergio, para cambiarlo y darnos consejos para un buen rodaje. Te quisimos, te extrañamos y te recordaremos siempre. Tenlo por seguro. Y a ti, Lisa y a vuestras hijas, recordaros que tenéis todo el apoyo que seamos capaces de brindaros muchos, muchísimos, de los que, desde que os conocemos, nos consideramos parte "añadida" de vuestra familia.
Ha pasado algo más de un mes, decía y, hasta ahora, no había tenido ánimo, ganas ni tiempo de escribir o de hacer casi nada que no fuese rutinario: dormir, comer, trabajar...La noticia fue un mazazo y todavía hoy cuesta asimilarla.
Tenía pendiente desde hace un largo tiempo, aquel desafío de recorrer 1000 km en una sola jornada, haciendo las paradas imprescindibles para repostar, comer...o lo que fuese menester. Vamos, que tampoco se trataba de pegarse con cianocrilato al asiento, pero tampoco de ir haciendo visitas turísticas. No hay más fotografías que las del cuadro indicando la hora y los kilómetros. Repito, no era turismo. Sí hay trozos de vídeo (bastantes) que, cuando tenga tiempo, montaré y subiré a un conocido canal de vídeos.
Estaba la tarde del viernes día 7 de Julio de este año de N.S., tranquilamente (...y aburridamente) sentado delante del ordenador viendo la última entrada del blog y se me dio por empezar a repasar lo que ya estaba publicado, hasta que di con la entrada del "Desafío 1000 km". De repente, lo vi todo nítido y cristalino: mañana sábado salgo por la mañana a hacer los 1000 km en memoria de Sergio.
A partir de ese momento, fue como si me hubiesen pinchado en la nalga derecha -la que tengo más sensible por su "tramo" de nervio ciático- con una aguja de calcetar.
No tenía nada preparado. Lo primero que hice fue ver la previsión meteorológica para el día siguiente correspondiente a los distintos lugares y horas por los que tenía previsto pasar. Climatología regular: niebla en la zona de Ribadavia, algún chubasco aislado a media tarde entre Palencia y Valladolid y el resto, nubes y claros con predominio de cielos despejados. Las temperaturas, frescas hasta pasado Monforte de Lemos y rondando los 30ºC a partir de ahí y casi hasta el final del día.
Bajé rápido a revisar la Vespa ( la GTS, ya sabéis que, desgraciadamente, es la única que me queda): relleno de aceite, comprobación de refrigerante, vistazo general a la tornillería y a la gasolinera a repostar y a comprobar la presión de los neumáticos. No le hice más. 
Al regresar a casa, le eché un vistazo a la chaqueta de verano (por si tenía algún roto o descosido), a los guantes (unos cortos y ligeros, también de verano), revisé el pequeño botiquín con lo básico que llevo a diario (¡uf, no sabes de las "tonterías" de las que te salva el llevarlo!). Marqué los puntos de paso en el GPS (al final, para no variar, hizo lo que le dio la gana, ¡cómo siempre!), cargué las dos baterías de la cámara, limpié las pantallas del casco y le dije a mi señora: mañana no como en casa.
                                      El recorrido

Al día siguiente me levante a las 07:00, me duché, desayuné, le dije hasta luego a los dos que quedaban en casa y, con lo puesto (¡olvidé hasta la espaldera y la faja!), más el "traje de agua" y la petaca de 2 litros de gasolina...por si las moscas, metidos en la bolsa de asiento habitual, me dirigí al garaje dispuesto a emprender viaje.
Monté la bolsa, coloqué la cámara y el GPS, me subí, encendí el motor, dejé que calentase unos minutos y, lentamente, en el casi desolador vacío urbano de un sábado a las 08:39, enfilé hacia la Plaza de España y la Avenida de Madrid. Marcaba el odómetro de la Vespa 71596 km (que son, en realidad, 86409 ya que el primer tablero se le cambió a los 13813 y, unos años después, hice 1000 km exactos- lo sé porque fueron los correspondientes al Iberovespa 2014 en Pampilhosa da Serra y el GPS lo dejó registrado- con el cable del cuentakilómetros roto). ¡Comienza el desafío!. Mirada al cielo y ¡va por ti hermano!.
¡Preparada!
                                                                     
¡Vamos allá!
                                                                     
No tenía demasiada prisa...ni demasiada fe, ni en mi, ni en la Vespa, lo digo con toda la sinceridad de la que soy capaz. Lo bueno de hoy en día es que si esa falta de fe se convierte en una molesta incidencia, siempre te queda el recurso de la asistencia en viaje de tu seguro.
No estoy pasando un buen momento laboral, mi familia y mis más íntimos lo saben y eso se nota en mi cierta apatía y falta de  ilusión y ánimo a la hora de hacer cosas, por lo que los primeros kilómetros fueron algo tediosos. ¡Llegar hasta Ourense por la A-52 se me hizo eterno!. A partir de ahí la situación cambió algo. Desapareció la molesta y fría niebla que me acompañó desde Ribadavía hasta Ourense y, ya en la N-120, que no abandonaría hasta Osorno (Palencia), cerca de 400 km después, camino de Monforte de Lemos, comencé a animarme algo. Es una carretera que hago a menudo con mi hijo- un par de veces al año- por cuestión de su afición y tiene un trazado bonito, buen asfalto y un entorno muy atractivo con el río Miño acompañándote durante unos buenos 25 km por el lado de babor. La Vespa va bien, todo lo bien que puede ir con el uso continuado que le doy desde hace más de 8 años y ahora con más de 86000 km. Ya no va "fina" cómo el primer día, ¡evidentemente!, pero no va mal de todo. Responde bien en velocidad de crucero (llaneando va suelta entre 120-130 km/h de reloj), en recuperaciones...es una Vespa y en comodidad es casi perfecta (estoy pensando en un cambio de parabrisas...). Llego a Monforte de Lemos y decido parar a repostar, aunque todavía no marcaba reserva y, además llevaba 1,5 litros en la petaca ( ya sabéis que nunca hay que llenarlas de todo...). Voy guardando los recibos de pago de la gasolina y haciendo una foto del kilometraje y de la hora para tener una especie de registro que me permita hacer un resumen de consumos, horarios, medias, etc. al final. Repito que esto no era un viaje de turismo, era un "desafío", un intentar hacer algo que muchos ya habían hecho, pero yo no.
Repostaje en Monforte de Lemos


Este tramo, 138 km según la GTS, 141km según Google Maps, es una "montaña rusa", es un continuo sube-baja que hice, he de reconocerlo, con el acelerador bien enroscado ( aunque siempre respetando los límites de velocidad). Digo esto porque se notó, a lo largo de casi toda la jornada en el consumo algo elevado.
138 km recorridos, 6,03 litros repostados dan una media de 4,37 litros / 100 km y una velocidad media de 86,25 km/h. No está mal para ser una Vespa con estos kilómetros, pero intuyo que va necesitando un buen repaso mecánico.
Arranco desde Monforte de Lemos con una temperatura magnífica, cruzándome con muchísimas motos...que curiosamente devuelven, el 99%, el saludo (lamentablemente algo poco habitual hoy en día) y continúo por la N-120 hacia mi próximo destino que era León, pasando por Montefurado (ese túnel, la "Boca do Monte" que perforaron los romanos en el s. II para desviar el río Sil y poder recoger el oro depositado en el fondo del antiguo cauce), Ponferrada, Astorga y me paro en Hospital de Órbigo a repostar. 
                     Repostaje de Hospital de Órbigo

 Fueron, ¡ahora sí coinciden la Vespa y Google!, 191 km en los que consumí 6,56 litros de gasolina, lo que arroja una media de unos asombrosos ¡3,32 litros / 100 km! a una velocidad media de ¡84,44 km/h!. ¡Realmente espectacular!.
Hasta aquí todo va cómo la seda. La mayor parte de este tramo, desde Ponferrada, nunca lo había hecho. No me disgustó para nada. 
Llego a León con un poco de retraso sobre el horario inicialmente previsto y decido parar a comer en un local de comida rápida de un centro comercial de las afueras de León, ya en dirección a Palencia. Fue eso, una comida rápida, sosa (¡ah!, ¡cuánto echo de menos a mi compañero de fatigas Miguel y la charla durante la comida y las paradas de la ruta!) y frugal.
Al salir...empiezan, ¡cómo no!, los problemas. Al principio no le di importancia. Al llegar a la primera rotonda después de salir de comer, la Vespa hace el amago de apagarse...no llega a detenerse, pero el motor se apaga durante unos 3 ó 4 segundos y por sí mismo, arranca de nuevo. Bueno, no pasa nada, tranquilo, algo de suciedad en la gasolina...
El problema "serio" es que noté una bajada de rendimiento importante, un ir "agarrotado" el motor, no ir "suelto". La velocidad media baja ¡escandalosamente! a ¡48 km/h! en ese tramo y el consumo vuelve a subir más allá de los 4 litros cada 100 km. Algo está pasando...Bueno, lo de la velocidad media tan baja tiene su explicación: ¡hay que contar el tiempo que estuve buscando un sitio para comer y el propio tiempo de la comida!. Pero, ahora en serio, sí me empezó a preocupar el tema de pararse el motor ya que me sucedió, hasta la siguiente parada para repostar en Santillana de Campos, otras dos veces más. De repente el ánimo bastante templado que llevaba comenzó a esfumarse, pasando a primer plano la posibilidad de una avería mecánica, preocupante no por la distancia a mi casa, sino por el posible coste económico de la misma que mi magra cuenta corriente difícilmente podría soportar. Abandono la N-120 en Osorno y por la N-611 voy cruzando la Tierra de Campos, pasando por Santillana de Campos (parada para repostar), Frómista (famosa entre otras muchas cosas por su singular "milagro", de ahí que se la conozca como la "Villa del milagro", buscad en Internet). Se pone a llover de lo lindo antes de Palencia (¡menudo susto en una curva entrando en esta ciudad!. Cuando monte el vídeo lo podréis ver, aunque algunos ya lo han visto en FB).
                  Repostaje de Santillana de Campos

A partir de Palencia, con el susto aún en el cuerpo por la famosa "colada" en la curva con el asfalto mojado y la desconfianza en la mecánica, tomo la A-62, la verdad es que desde León ¡poco o ningún caso le voy haciendo al GPS!, que me deja en las afueras de Valladolid y, de aquí a La Mudarra y Medina de Rioseco por la N-601, para alcanzar Benavente y enfilar el último tramo, ya muy conocido, hasta Vigo. Entre Valladolid y Benavente volvió a pararse el motor y esta vez fue la primera en la que tuve que detenerme de todo en el arcén y arrancar el motor nuevamente. Daba la sensación de que la batería no podía con el motor de arranque aunque no lo achaco a ésta ya que, hoy en día arranca perfectamente...

Repostaje de La Mudarra

A partir de Benavente, no sé si por la proximidad, relativa, a casa, me relajo algo aunque el rodar a velocidades legales reales de 120 km/h, de nuevo por la A-52, me provoca cierta ansiedad por si, en un adelantamiento, por ejemplo a un camión, se me apaga el motor de nuevo. ¡Y sucedió!, aunque no fue adelantando. Volví a parar en el arcén, esperé un par de segundos, pulse el botón de arranque y volvió a funcionar perfectamente. 
Cerca de Puebla de Sanabria empiezo a encontrarme con montones de motos en ambos sentidos. Hay una concentración en el Lago de Sanabria y ¡esto está plagado de motos de todo tipo!. ¡Cómo se nota el motero de verdad que saluda hasta a una humilde Vespa!. Continúo avanzando, la verdad a un ritmo elevado, manteniendo siempre el límite real de 120km/h o aproximándome mucho a él, hacia Mombuey, en donde me detengo a repostar. Hago un rápido cálculo del consumo medio y, veo asombrado, que ha subido a 5 litros / 100 km. ¡No recuerdo que consumiese esa cantidad nunca!. Algo, evidentemente, va fuera de punto.
                          Repostaje de Mombuey

 Desde Mombuey me lanzo hacia los altos de Padornelo y A Canda, dándome paso, este último a la entrada en Galicia.
La bajada hacia A Gudiña y Verín, la hago algo más "alegre", más "ligera". No voy cansado en exceso. Las dos únicas molestias son, por un lado, la preocupación de una parada total del motor y, por otro lo sucias que van las dos pantallas del casco (la exterior y la solar...¡en las paradas para repostar no tuve ni tiempo de limpiarlas!, ¡solamente de hacer pis! jajajajaja!!!). 
La verdad es que la climatología, después del aguacero en Palencia, ha mejorado mucho y hace muy agradable el viaje. Buena temperatura y poco viento.
Hago la última parada para repostar en Trasmirás. Aquí me detengo un poco más, me da tiempo a hacer "un pis", beber un botellín de agua y llamar a casa para comunicar la hora aproximada, si la Vespa no se paraba, ¡claro!, de llegada a casa.

                         Último repostaje. Trasmirás

¡Salgo de Trasmirás cómo una exhalación!( he dejado de poner velocidades medias y consumos porque me parecía un poco cargante, ¿no?...al final os pongo un resumen general), con la idea de que este depósito me tiene que llegar hasta Vigo de sobra (¡hay 141km!). Pues llegué "por los pelos". Sospecho que algo electrónico no anda bien ya que el consumo medio de este tramo, con datos sobre el papel es el normal...
Ahora, conforme me aproximo a Ourense, Ribadavia, A Cañiza, Ponteareas, O Porriño...el cansancio ya puede conmigo. Se me hace muy, pero que muy difícil la conducción a partir de Ribadavía. Son, hasta mi casa, poco más de 65 km ¡que se me antojan 300!. La densidad del tráfico a partir de O Porriño con las estúpidas limitaciones de velocidad en la subida/ bajada de Puxeiros, acentúan la sensación de no avanzar... Ahora sí que voy completamente agotado. Solamente el ideal que me mueve a hacer esto, lo hace soportable. ¡Por fin la Avenida de Madrid y la Plaza de España!. Bajo la Gran Vía y a las 22:03 (10:03 del reloj de la Vespa) apago el motor en el garaje. ¡Lo he conseguido!. 1041 km realizados en una jornada, en poco más de 13 horas. 1041 recuerdos a mi camarada y hermano Sergio Durán "Duranium" ¡Presente!

                     Llegada a casa.¡Desafio conseguido!




Para los amantes de las estadísiticas:
Km totales: 1041 km
Litros de gasolina consumidos: 45,47 litros
Consumo medio total: 4,36 litros / 100 km
Horas de conducción (sin paradas): 11,5 horas
Velocidad media real de conducción (sin paradas): 90,52 km/h
Velocidad media parcial máxima: 94 km/h
Velocidad media parcial mínima ( incluyendo búsqueda y parada para comer): 48 km/h
Consumo de aceite motor: 90 c.c.



Perfil del recorrido

P.D. Por un lado, la Vespa no ha vuelto a fallar aunque, en cuanto pueda cogerme unos días de vacaciones la llevaré al taller a que la "enchufen" al ordenador a ver qué le sucede. Por otro lado, me han comentado, intuyo que de broma o con un cierto y eterno / cansino sarcasmo, o eso quiero creer, varios conocidos ( no va por ti Mamu), que con un "plástico", como vulgar y erróneamente se conoce a esta serie de Vespas "modernas", es muy fácil hacer esto. Sí, puede que sea cierto, pero los kilómetros son los que son y hay que hacerlos. Con una de estas Vespas "modernas" puedes hacerlos más rápidamente, sí, pero siguen siendo 1041 km. Hay muchos que solamente saben hablar sentados cómodamente delante de la pantalla del ordenador. Os agradezco a todos y a todas los que os pasáis por aquí para leer esta humilde "aventurilla". ¡Un millón de gracias! y, me olvidaba, los grandes héroes de esta jornada, considero que son los cientos de peregrinos con los que me crucé que iban haciendo el Camino de Santiago. ¡Bravo por ellos!.

jueves, 22 de junio de 2017

HASTA LA VISTA HERMANO SERGIO

Algún día volveremos a reunirnos para disfrutar por toda la eternidad de nuestra pasión por las dos ruedas, los viajes, la aventura y la vida. Gracias por haber existido amigo, hermano. Siempre estarás en mi pensamiento y en este humilde espacio de 10 Pulgadas.
Ahora descansa en paz, Sergio Durán




lunes, 23 de enero de 2017

SOPLAN VIENTOS DE CAMBIO

Queridos y estimados lectores de 10 Pulgadas, os saludo.
Esta entrada no tendrá fotografías, no será estéticamente "resultona", incluso sospecho que será hasta triste o poco agradable. Polémica para alguno de mis amigos.
Bien sabéis, los que tenéis la amabilidad de pasaros por aquí de vez en cuando a leer, que acabo de vender una de las dos Vespas que poseía. La "vieja" DN. No voy a contar nada más sobre ella que no hubiese contado ya. Hace unos días estuve con su nuevo propietario para firmar el contrato de compra-venta y darle el último repuesto nuevo que encontré por casa- un flotador del carburador SI 24- y me comentó que la tenía en un taller, el del buen Gerardo Celaya (Dimaxe Brico), para una puesta a punto general. Él sabe lo que compró y el estado en que la compró. Primero, porque en el anuncio que publiqué especificaba muy claramente su estado y, segundo, porque pudo probarla libremente y la estuvo examinando detenidamente. Por ese lado no ha habido ninguna queja. Si hay algún problema oculto ni él ni yo somos ni hemos sido conscientes de ello. Pero no van por ahí los tiros de esta entrada.
Me he quedado solamente con la GTS 300. A priori, una "máquina" moderna, más segura, con una tecnología muy superior, más económica- de consumo de combustible- con más prestaciones...pero también con más problemas. Por lo menos la mía.
Antes de nada y en contra de lo que piensan los más "puristas", es una Vespa. Es tan Vespa cómo una "de las de toda la vida". Ya he dicho muchísimas veces y no me cansaré de repetirlo, que si D'Ascanio- el genial diseñador de la Vespa- hubiese dispuesto de más medios, Italia no se encontrase en la calamitosa situación en que se encontraba después de la II Guerra Mundial o la hubiese diseñado hoy en día, sería muy parecida a estas GTS. A D'Ascanio no le gustaban las "motos" (eso lo sabe cualquiera que leyese algo sobre la historia de la Vespa), por eso diseñó un escúter. Y no lo hizo con cambio automático porque era más caro de fabricar y mantener. Y no lo hizo con motor de 4T porque era más caro de fabricar y de mantener. Y no la diseñó con neumáticos sin cámara, sencillamente porque no los había...¿sigo?. Una GTS, "puristas"-muchos de "salón y terraza"- es una Vespa.
El problema es que hoy, Piaggio-Vespa, ha olvidado dos de las premisas fundamentales que Enrico Piaggio impuso a, entre otros, D'Ascanio: una máquina fiable y económica (de adquisición y de mantenimiento).
Hoy, no solamente Piaggio-Vespa, se ha olvidado de esa cualidad en sus productos. Me es difícil y a la gran mayoría también, encontrar una marca con un índice de fiabilidad- sea el producto que sea- alto, que satisfaga completamente a su propietario y que la fiabilidad de su, en este caso, vehículo, pase a ser la última de sus preocupaciones. Sí, ya sé que habrá muchos que piensen que su Honda, que su Kawasaki, su BMW, su Vespa, nunca les ha dado problemas. Seguro que sí. Ahora bien, tarde o temprano sucederá. Esto ha sido siempre así, no es nada nuevo. Hace 20 años las motos también se averiaban, faltaría más. Pero lo de ahora es, siempre bajo mi humilde opinión, algo entre sangrante y preocupante.
Sangrante por el desembolso económico ya no solamente de una reparación ( pagar, por ejemplo, 700,00 € por cambiar una culata de una Vespa GTS, me parece una auténtica barbaridad) sino, simplemente, de una operación de mantenimiento programado. Se piden y se pagan auténticas "mini-fortunas" (dependiendo de la marca) por operaciones que no llevan más de 1,5 / 2 horas de taller. Si estuviésemos hablando de piezas manufacturadas en carísimas e hipertecnológicas fábricas europeas, con personal europeo altamente especializado, con costes de producción muy altos, podría llegar a comprenderlo. Pero me temo que no es así. Estamos pagando piezas, me vais a perdonar la expresión, de mierda, fabricadas en cualquier país del tercer mundo, con una calidad más que dudosa, a precios de manufactura europea "de los buenos tiempos". Trasteando por las tripas de la GTS, cuando la compré, me encontré más piezas y elementos con una pegatina o una impresión de "Made in India" que otra cosa. No tengo nada en contra de la India, ni de los hindúes, me son totalmente indiferentes, pero sospecho que no cobran la hora de trabajo ni tienen la "motivación" que tenían aquellos europeos que fabricaban "cosas" hace un par de decenas de años y el resultado es el que es. Creo que los que saben leer entre líneas están comprendiendo lo que quiero decir. ¿Cuesta 5479,00 € más impuesto de matriculación, a día de hoy ( 23 de enero de 2017) una Vespa GTS 300 Súper?. Sí, según la web oficial de Vespa. ¿Lo vale realmente?. Pienso que no. No lo vale, para mi, por varias razones:
1) No es una 300. Es, simplemente, una 250 "rectificada" porque les pilló el toro del aumento de cilindrada de los escúteres coreanos y, simplemente, sobredimensionaron el 250. Así de simple.
2) Consecuencia de lo anterior, sus prestaciones, salvo el ligero aumento de par motor y por ende de un poco más de aceleración y recuperación, no están a la altura de lo que se esperaba de ella. Incluso "corre" un poco menos que la 250 al mantener- si no me equivoco- la misma relación de la transmisión secundaria y girar a 1000 r.p.m. menos...¡Haced cuentas!.
3) Con el pretexto del clasicismo, nos colaron (en 2008) un cuadro de instrumentos que suponía un paso atrás con respecto a la 250. Es decir, liquidaron los stocks que tenían de los cuadros de las GT. Eso sí, le añadieron unas ranuras muy bonitas en el cófano derecho.
4) Un hueco bajo el asiento en el que no cabía (2008) un casco mínimamente "decente".
5) Un coste, si haces más de 10000 km anuales, digno de una "moto" de media cilindrada...sin las prestaciones de esta, ¡claro!.
6) Aunque pueda parecer una tontería, no tiene ni un sencillo "warning" ( ya sabéis, que los cuatro intermitentes funcionen a la vez para poder indicar una avería o una detención por causas circunstanciales). Algunos se lo hemos añadido "a posteriori"...y no es de fabricación Piaggio-Vespa.
7) El aumento de cilindrada supuso un aumento en la temperatura general de funcionamiento del motor. Pero no han aumentado ni el flujo de la bomba de agua ni el volumen del radiador ( realmente son dos radiadores conectados).
8) Retiraron como opción el ABS que si podías elegir en la 250.
9) Aún con todo esto, subieron el precio con respecto a la 250 que dejaron de fabricar.
Podría seguir así un buen rato pero llega a cansarme incluso a mi.
Evidentemente no todo es malo. Es cómoda, "resultona" y, si tienes la suerte de que te toca una unidad "buena", no tendrás que ir solucionando muchos problemas a lo largo de su vida. Si además encuentras un taller que la entienda correctamente, hasta puede que estés tremendamente satisfecho de lo que has comprado.
A mi no me ha sucedido, desgraciadamente, eso.
A día de hoy, después de todo lo que se la ha cambiado, es prácticamente una GTS nueva. Ahora está en el taller esperando la llegada del inyector de combustible que se "murió" el pasado jueves día 19 (eso ha dicho el ordenador al que la han conectado. Espero que no tenga nada que ver con la famosa avería de la culata...sigo con esa obsesión). Aprovechando la circunstancia, he pedido que le hagan una revisión a fondo y, cómo ya se estaba acercando el momento, cambio de aceite y líquido refrigerante. Una vez que me la entreguen, la limpiaré a conciencia, la volveré a revisar yo y la PONDRÉ A LA VENTA.
Sí, la vendo. Puede que me equivocase y vendiese la Vespa que no debía vender, la DN. Igual tenía que haber vendido la GTS. No lo sé. Ahora ya está hecho y no hay marcha atrás.
El caso es que ahora tiene casi todo nuevo excepto la instalación eléctrica y la "carrocería": medio motor (culata-árbol de levas- válvulas, muelles y balancines todavía con casi un año de garantía), embrague nuevo, correa nueva, rodillos del variador nuevos, bomba de agua completa con más de una año de garantía, igual que la pinza de freno trasera. Amortiguador delantero nuevo, Neumáticos al 85% de uso (Pirelli Diablo), desarrollo secundario Malossi largo (menos revoluciones para la misma velocidad y entrego el original prácticamente sin uso), filtro de aire Malossi, escape Turbokit homologado (tengo también el original) parabrisas original con deflector regulable Puig, dos tomas de corriente USB resistentes al agua, portabultos trasero (tengo el asa cromada original en perfecto estado), "warning", cromados impecables, estriberas del pasajero nuevas, dos bolsas Givi impecables y perfectas para viajar, líquidos cambiados e ITV hasta 2018. Jaajaja!!!, no parece que la esté vendiendo, ¿verdad?. Sí, tristemente, aún con todos los defectillos que ha tenido, la estoy vendiendo. Ahora va a quedar perfecta y puede ser tuya por 2300,00€.
Sé que es romper el último hilo que me une al Vespismo: he vendido la DN, he dejado de ser el socio fundador nº 001 del Vespa Club de Galicia que fundé (junto con otras cinco personas) y del que fui primer Presidente y ahora pongo en venta la GTS.
Me he quemado con muchas cosas relacionadas con el Vespismo. Igual lo entendí, o lo entiendo, de una forma un poco peculiar, que no tiene que coincidir, necesariamente, con la idea que tienen otros. La Vespa me ha dado mucho, muchísimo, a lo largo de unas cuantas décadas. Le debo tanto, aunque parezca mentira, en lo personal que a veces ni yo mismo creo que sea cierto el paso que estoy dando. Lo lamentable es que me ha dado más fuera de mi entorno ( no me refiero a mi familia ni a mis dos o tres amigos) que en él. Y eso me ha quemado mucho. A muchos amigos, pienso especialmente en mis grandes hermanos sardos Filippo y Marcello (los dos primeros "extranjeros" que conocí en mi primer Eurovespa en Lisboa en 2004) y en Miguel, mi gran compañero de viajes y aventuras, en Rubén y Sonia, en Jerónimo y en muchos más que no puedo citar por espacio en el blog, les va a costar entenderlo. He llegado a tomar esta decisión meditadamente y después de entender que esto no es lo que yo esperaba del Vespismo.  A las Vespas las he, las sigo y las seguiré amando, pero toca cambio.
No sé que compraré o si podré comprar ( depende evidentemente de si consigo vender la GTS...), pero no será ningún escúter.
Es una serie de sentimientos encontrados: quiero quedarme pero necesito irme.
Si la operación de venta de la GTS y la compra de la nueva montura culminan con éxito, esta será la penúltima entrada de este blog. 10 Pulgadas ya no tendrá sentido. Si no soy capaz de venderla, me quedaré con ella hasta que ella o yo aguantemos. Ya veremos el desenlace de todo esto.
Saludos y un fuerte abrazo a vosotros, mis pocos y fieles lectores.
10 Pulgadas
P.D. He modificado el precio de venta ( de 2200,00 € a 2400,00 porque faltaba por saber el coste de la sustitución del inyector de combustible. Perdón por no haber avisado de esa "incidencia").
P.D. 2. ¡He rebajado 100,00 € a ver si la gente se anima!
P.D. 3. ¡Nada!, ni con rebajas se anima la gente. Quedan 9 días para que se cumpla el tiempo que me dado para venderla: 1 mes.
P.D. 4. No ha habido manera. Un montón de visitas pero ninguna oferta en serio. Por ahora se queda en casa...Próximo destino, si Dios o la Justicia no lo impiden, el Iberovespa en el mes de Junio en S. Pedro de Nos (Portugal).
Salud!!!


lunes, 2 de enero de 2017

SE HA IDO...POR SU BIEN

Cuando en el año 1985 yo era un "chaval" de 21 años que llevaba las motos en la sangre desde que era capaz de recordar y que ganaba 43.000 pesetas al mes- hoy al cambio, para los más jóvenes, algo menos de 260,00 €...- decidí que era hora de tener un vehículo propio que me permitiese no depender de nadie para mis desplazamientos. Había tenido (de una forma un tanto, digamos...poco legal) una Lambretta 150 Li, (pero ¡chssst!, no se lo digáis a nadie). Era muy "simpático" circular con ella por calles adoquinadas y/o bacheadas y tener que ir deteniéndote cada 100 metros a recoger uno, o los dos, "cófanos". ¡Qué recuerdos!. La compré por 25.000 pesetas de la época y gasté en ella lo justo: un nuevo carburador Amal y unos aerosoles de pintura para "decorarla". No guardo ni una sola fotografía de aquella "Lamy". Una pena. Se la vendí a un conocido y ahí le perdí la pista.
Yo necesitaba "algo" en lo que moverme con una cierta comodidad, fiabilidad, economía y con unas prestaciones- para aquellos tiempos- digamos que dignas.
Con lo que ganaba al mes mis opciones eran bastante reducidas. Un día, en una de aquellas fantásticas revistas Motociclismo, me detuve en una de las últimas páginas en las que había un listado de las motos nuevas con sus precios. Empecé a hacer cálculos de lo que podría pagar al mes y me di cuenta de que lo único de más de 80 c.c. (salvo una MZ 250 de 250.000 pesetas o una Jawa 350 de 220.000 pesetas, creo recordar...¡y que no estaba dispuesto a comprar!), a lo que podía llegar era una Vespa 200 DN (o P-200-E, o PX en Italia, etc...) de 190.000 pesetas. Lo siguiente, pero que ya se alejaba bastante, era una magnífica Yamaha SR 250. Pero no había para tanto. Se iba a unas 358.000 pesetas. Una barbaridad para mi. Realmente la que yo quería- que nadie se me escandalice- era la preciosa Yamaha. Pero empecé a sopesar, dejando aparte la diferencia de precio, las ventajas de la Vespa: rueda de repuesto, "limpia", por carretera mantenías un buen ritmo, cómoda, tenía "guantera", le podías poner un montón de accesorios, etc. Poco a poco fui sucumbiendo al "espíritu original" de la Vespa: un vehículo económico, limpio, al alcance de una gran mayoría, etc...Enrico Piaggio y la idea de D'Ascanio encontraron, sin yo saberlo, otro adepto. 
Comprarla fue una odisea. Yo tenía un contrato estable...¡con el Estado!- aunque el sueldo era bastante bajo- y en el banco en el que yo tenía la cuenta me ponían un montón de trabas ( si hubiesen hecho lo mismo hace 10 o 12 años igual no habría estallado lo que estalló en 2009...). Pasé del banco y mis esperanzas de libertad motorizada las veía esfumarse. Un día haciendo una compra en un comercio muy conocido en toda España, vi una, creo recordar, Derbi Variant expuesta en una peana. Por simple curiosidad le pregunté a un dependiente si allí también vendían motos. Su respuesta fue: "...sí, ¿qué moto quieres comprar?, ¿de qué marca?, ¿qué modelo?. Me dejó perplejo... Le dije que quería comprar una Vespa 200 y, acto seguido, sacó del mostrador un grueso catálogo y se puso a buscar. Cuando la localizó me dijo: "cuesta 190.499 pesetas, si tienes nuestra tarjeta la puedes comprar ahora mismo y recogerla en un par de días en el concesionario X". ¡No me lo podía creer!, ¡había ido a comprar una camiseta y salía con los papeles de compra de una Vespa 200!.
De repente me di cuenta de que no tenía cascos (ya éramos dos), ni guantes, ni nada de nada para "andar en moto". ¡Ni carnet! ( estaba terminando las prácticas de coche). Fui rápidamente a la autoescuela a que me anotasen para el próximo examen práctico de moto. Me lo pusieron el mismo día que el práctico de coche, ¡a diferentes horas, claro!.
Efectivamente, al cabo de tres o cuatro días, me llamaron del concesionario para decirme que ya podía retirar la Vespa. ¡Glups! y yo sin carnet...Bueno, la Vespa estaba en mi casa aquella misma tarde...no voy a dar más detalles. Su estreno no pudo ser más desastroso. Aparcada en la acera, con bastante pendiente y con el motor en marcha, las vibraciones hicieron que el caballete se recogiese y la pobre terminó con una buena abolladura en el cófano derecho producto de su encuentro con la bajante de pluviales del edificio. Se tapó "discretamente" con una pegatina de Castrol ( y otra en el otro cófano para equilibrar). Llegó el día del examen práctico. Me examiné primero en Bouzas de coche y, una vez aprobado, salí disparado (no voy a decir en qué... ¡eran otros tiempos!) hacia la Avenida de Madrid para hacer el práctico de moto...¡que no había ensayado ni una sola vez!. Solamente recuerdo que me llamaron, me pusieron al manillar de una Vespa Primavera y en unos pocos minutos me encontraba al final del circuito habiendo tirado el primer palo horizontal de la prueba de frenada y escuchando la sentencia: "Apto". ¡La felicidad absoluta!. Salí disparado con mi resguardo del carnet en el bolsillo y, ahora sí con todo mi derecho, sobre mi flamante Vespa P-200-E con sus pegatinas de Castrol. 

Empecé, realmente empezamos la que era mi novia y hoy es mi mujer, a descubrir nuestro entorno más próximo los fines de semana. Cada vez alejándonos un poco más. ¡Las ganas de viajar habían aflorado!. Le cambié el color. Del blanco original, pasó a un bonito azul medianoche, carenado corto Puig, puños de espuma, manetas regulables, porta bultos trasero con maleta, pata de cabra, escape Polini, etc.. Hicimos unas cuantas decenas de miles de kilómetros antes de casarnos e, incluso, decidimos hacer el viaje de novios en ella. 
En el año 1989, se cruzó en mi vida una Moto Guzzi 850 T reconvertida en Le Mans II, con megáfonos Lafranconi, Carburadores Dell'Orto de 40 mm con trompetillas, etc...Pudo más que mi amor por aquella ya experimentada Vespa. La vendí a un hoy desaparecido taller que había en la calle Tranviarios, en Vigo.
La Guzzi me dio muchas alegrías, he de reconocerlo. Era otro mundo de prestaciones, de estabilidad, de seguridad, de frenada...de todo. Pero no era sencilla cómo una Vespa...
El tiempo fue pasando y, ante el primer aumento de familia- lamentablemente malogrado- hubo que vender la Guzzi y comprar un coche. No podía mantener los dos vehículos. Además la Guzzi tenía algo más de 200.000 kilómetros cuando la compré y empezó a hacer aguas por todos los lados. Me pedían más por arreglarla ( juego de pistones/cilindros/válvulas) de lo que me había costado. ¡Aquel maldito recubrimiento de Nicasil de los cilindros que no permita que fuesen rectificados...!, bueno eso decían.
Me dediqué a los estudios, pero las motos en general y la Vespa en particular, seguían ahí en mi cabeza. Recordaba día sí, día también, la de cosas que habíamos vivido, solos o con amigos, las aventuras, los sustos, las alegrías, alguna caída...
Pasaron los años, terminé de estudiar, "cambié" de trabajo y las circunstancias de la vida me pusieron de nuevo sobre la pista de una moto. Realmente me era muy útil para moverme por la ciudad por cuestiones laborales. Tampoco quería gastarme mucho dinero y encontré una, ¡fíjate!, Yamaha SR 250 de segunda mano por, ya estamos en 2003, menos de 900,00 €. Tenía ya casi cerrada la operación de la "japo" cuando cayó en mis manos- creo que ya lo he contado aquí- una revista que hablaba del Eurovespa de Barcelona que se había celebrado en 1986. ¡Aquello reavivó el espíritu Vespa!. ¡Me puse a buscar una Vespa cómo un loco!. Pero no buscaba una cualquiera. La buscaba a "ella", a la que había sido mía/ nuestra. Evidentemente no la encontré. Encontré a "Lily Marlene", mi querida PX 200 MY 98 de freno de disco delantero, faro halógeno, arranque eléctrico y engrase separado, que ya conocéis de algunos relatos del blog. 
Pasados un par de años y de una forma totalmente inesperada, ¡la encontré!, ¡encontré a mi vieja y querida DN!: en una taller, sucia, averiada, abandonada, descuidada...¡Cuándo vi aquella matrícula, PO-6000-V, el corazón me dio un vuelco!. No tardó más de un mes en estar en mi poder de nuevo y perfectamente operativa, con otro aspecto, algo rejuvenecida ( tampoco quería restaurarla, quería que algunas de sus cicatrices fuesen visibles...¡era una superviviente!). Mi idea inicial era que fuese la Vespa de mi hijo pero creo que él va por otros derroteros (¿de dónde me vendrá  la vena "motera" si en mi familia no ha habido nadie a quien le gustase, aunque fuese un mínimo, las motos?). Desde que compré la GTS, la pobre 200 ha sido poco utilizada. Mis problemas de espalda/ articulaciones no se llevaban muy bien con su ergonomía asiento-manillar. Hace un par de meses decidí que antes de que se echase a perder, prefería ponerla a la venta de nuevo...Y así ha sido. Ha sido una decisión muy dolorosa, necesaria, pero demasiado dolorosa. Esta mañana del 2 de Enero de 2017 he firmado los papeles del cambio de nombre del propietario y cerrado el proceso de venta. Sé, intuyo, que va a ser bien atendida y cuidada. Le queda mucha, muchísima cuerda todavía. Seguro que la veré pasar con su peculiar sonido y porte muchas veces, ya que se queda aquí en Vigo y, cada vez que la vea pensaré lo guapa que es y todos los buenos momentos de mi vida que me ha dado.
No te olvidaré nunca.

P.D. A todo esto, os deseo un muy Feliz y Venturoso 2017