domingo, 5 de junio de 2016

La "Ruta Transahariana" de Sergio Durán

Esto, ya lo dije en su día, es un blog que, humildemente, trata de Vespas y viajes o de viajes y Vespas...¡cómo prefieras!.
El caso es que tengo un buen amigo, boquerón por más señas, llamado Sergio Durán, que no se puede estar quieto. ¡Y hace bien!. Conforme van cayendo hojas del calendario, te vas dando cuenta de que lo que no vivas hoy no lo vivirás nunca más. Si además lo vives con la intensidad con la que lo vive él, miel sobre hojuelas.
Conocí a Sergio hace algo más de una década en el foro de Vespania. Hemos coincidido después unas cuantas veces en algunos eventos y, por supuesto, nos hemos escrito y hablado con una cierta asiduidad. Nos caemos bien, nos apreciamos, nos respetamos y lo admiro ( ¡su mujer, Lisa, me asegura que él también me admira!). Es un magnífico tipo que va de cara y es, para mi, honesto y sincero. Eso ha propiciado que a algunos les escueza su persona o sus comentarios y opiniones. A mí y a muchísimas, pero muchísimas, personas no.
Ha hecho, me consta, muchas cosas en su vida. Es Vespista convencido (...¡aunque sospecho que cualquier cosa que se mueva, sobre ruedas o no, le apasiona y la contempla cómo medio para llevar a cabo aventuras vitales!) y un vividor, entendiendo la expresión en su acepción de persona a la que le gusta la vida, su familia, sus amigos...vivir.
Me lo he encontrado en la Vespaniada de Plasencia el fin de semana pasado ( último fin de semana de mayo). Ha pasado por una dura experiencia vital de la que, pienso y me alegro infinitamente, se va recuperando gracias a su fuerza, a los médicos y, sobre todo, a su familia y, en menor grado, a los pequeños guiños de ánimo que le hemos podido transmitir los que lo apreciamos. ¡Evidentemente la alegría de reencontrarlo entre las muy nobles piedras de la histórica Plasencia ha sido inmensa!. Bueno, el resto sobre él y los demás amigos y amigas que he vuelto a ver lo podréis leer cuando la inspiración llame a mi puerta y escriba sobre la Xª Vespaniada. 
Al lío. Sergio ha escrito un libro y ha tenido el muy generoso gesto de regalármelo con una cariñosa aunque inmerecida dedicatoria y me ha pedido que le dé mi humilde opinión sobre el mismo. A eso voy.
Sergio dedicándome su libro. Un honor inmerecido.

Intentando ser objetivo en cuanto a mi más que evidente amistad y admiración por el autor y a mi pasión por los viajes, he de decir que el libro me ha gustado mucho. No soy crítico literario ni tengo aptitudes para la crítica, pero el libro me ha enganchado y lo he leído de tres tacadas ( ¡sé que no es correcto Sergio ya que una tacada es de "una sola vez", pero ya me entiendes, jajaja!).
El estilo es directo, llano, no esconde aquello que pueda haber perturbado, bajo su criterio, el viaje tal y como él lo planeó en su día. Es el cuaderno de bitácora de su viaje al Trópico de Cáncer sobre su Vespa, acompañado de dos amigos. He de reconocer que he tenido que consultar el diccionario de la RAE para conocer el significado de algunas palabras. Me gusta la gente que rescata del olvido y del desuso vocablos de nuestra lengua y que sé que no lo hace por esnobismo sino por convicción. La forma en la que cuenta y aborda hechos y situaciones de nuestra historia reciente relacionados con los lugares por los que discurre este vital y apasionante viaje, me hacen pensar, igual que a él, en lo ignorantes, desagradecidos, paletos y desmemoriados que somos los españoles. Lo hemos sido siempre y eso ha permitido y permite, que nos manipulen a gusto. Me viene a la memoria aquella dedicatoria de Camilo J. Cela en su "San Camilo 1936": " A los mozos del reemplazo de 1937, todos perdedores de algo: de la vida, de la ilusión, de la esperanza, de la decencia. Y no a los aventureros foráneos, fascistas y marxistas, que se hartaron de matar españoles como conejos y a quienes nadie les había dado vela en nuestro propio entierro." , igual que me vienen a la cabeza las imágenes plasmadas sobre nosotros por uno de nuestros grandes genios de la pintura: Goya. Nunca seremos nada mientras no seamos capaces de crear una sólida conciencia de unidad, comprendamos la necesidad de formar y educar a nuestros hijos, de trabajar duro y de honrar, respetar y poner en valor nuestro pasado y a los que lo forjaron, dejando de lado, colores, ideologías y, sobre todo, complejos.
Bueno, hablaba del magnífico libro de Sergio y me he ido por la tangente. Ruego me disculpéis.
Volviendo al libro, solamente me restan por decir dos cosas: una es que Sergio tiene, por nuestro bien, que seguir viajando y contando cosas, así de simple y sencillo. La otra es que el libro hay que leerlo, hay que tenerlo de libro de cabecera una buena temporada y exprimirlo hasta que entiendas lo que te quiere decir. A mi me ha dicho y me ha recordado cosas que ya sabía pero que últimamente tenía olvidadas. Me ha recordado que tengo que vivir, a ti también te lo va a decir o a recordar. Te va a decir que nada es imposible y que solamente tu ilusión, tu pasión y tu decisión, te llevarán allá donde tú quieras. Y te lo va a decir a la manera de Sergio Durán "Duranium": contundente, directa y sin tapujos. Lo malo del libro es que en un momento dado te das cuenta... ¡de que se termina!.
No he hablado con él de la forma en que se puede adquirir el libro (pienso que lo ha editado él mismo) pero si te interesa VIVIR, busca a Sergio Durán en Facebook y contacta con él.
El libro "Ruta Transahariana" de Sergio Durán te va a gustar mucho.
Un fuerte abrazo a todos y, en especial, a Sergio y a Lisa.


El libro en cuestión