jueves, 30 de julio de 2015

La X Vespaniada. 2016. Plasencia o la magia del reencuentro


Debo decir, antes de nada, que cada vez me cuesta más escribir. O me estoy volviendo un vago redomado, lo cual es muy posible, o temo no ser capaz de contar con la intensidad necesaria aquellas cosas que se merecen una atención y un cariño especiales. Y esta Xª Vespaniada se merece esa atención y cariño.
Corría el año 2003 cuando regresé a las dos ruedas. La historia la puedes leer en este mismo blog: http://10pulgadas.blogspot.com.es/2014_02_15_archive.html
En plena época dorada del nacimiento de las redes sociales y después de probar durante un tiempo en un par de sitios similares, me acerqué por el Foro de Vespania allá por los comienzos del año 2005. Eufórico después de mi primer Eurovespa el año anterior y en pleno "subidón" preparando el de ese mismo año, abrí la ventana virtual a un panorama nuevo y emocionante. El encontrarme con todo aquel grupo de personas con un punto de interés común, supuso el elemento de cierre con el que encajaba todas las piezas de mi "reconstrucción personal", después de la tormenta que había sacudido a mi entorno más cercano. Es un tema personal y familiar y no creo que este sea el lugar adecuado para hablar de ello.
El caso es que en Vespania aprendí a dejar de ser YO, para ser yo. ¿Entiendes la diferencia entre ese pronombre personal en mayúscula y en minúscula?. Sí, seguro que sí. Cómo dicen los italianos del Piamonte "ma gavte la nata", algo así como "quítate el tapón", referido a aquellos tan henchidos de sí mismos que están a punto de explotar. Me quité el tapón y pasé de YO a yo. Me recibieron muy bien, entablé contacto con gentes de todos los rincones de nuestra España, aprendí mucho, muchísimo sobre Vespas y sobre todo, sobre amistad. Bien es cierto que no todo fue un camino de rosas, ¡jajaja!. Recuerdo discusiones muy subidas de tono por diferencias de criterio con algunos miembros del foro que fueron tan sonadas que, a día de hoy, ¡todavía alguno me las recuerda!: "¿y la bronca que tuviste con fulano por el tema del Vespa Club de España?". ¡Cómo no lo voy a recordar si era parte de la "gasolina" que me tenía en constante actividad hace años!. ¡Qué bueno recordarlo ahora!.
Aquel foro todavía sigue activo, aunque ahora otras redes han quitado protagonismo a estos medios que nos sirvieron muy eficazmente en su día. Fue, es y será un lugar que recordaremos con el mismo cariño con el que podemos recordar aquellos "escondites de la pandilla", las "cabañas", de cuando éramos niños: lugares en los que estar "con los nuestros" hablando de lo "nuestro".
En su momento, pienso que a finales de 2005, se comenzó a hablar en firme de organizar una reunión de los miembros del foro para conocernos en persona. 
No quiero alargar demasiado el asunto así que no voy a entrar en fechas, quien organizó, cómo, etc. El tema es que se consigue organizar la 1ª Vespaniada que se celebraría en la "capital del Imperio", en Toledo, del 20 al 23 de Abril de 2006. Un detalle, ya que coincidió con el 60º aniversario del nacimiento de la Vespa.
Nunca escribí nada sobre aquella Vespaniada, ¡me acabo de dar cuenta ahora!. Asistí en coche con la familia. Aprovechamos la circunstancia de la Vespaniada para volver a Toledo y hacer algo de turismo. Me encontré algo extraño al ir sobre cuatro ruedas, pero el objetivo de aquella reunión era conocernos, daba igual si ibas sobre dos o sobre cuatro ruedas. Para mí el objetivo se cumplió sobradamente. Nos pusimos cara unos a otros, hablamos, compartimos experiencias y, sobre todo, pusimos los cimientos de amistades que, a día de hoy, se mantienen fuertes. A mis hermanos extremeños Rubén y Sonia ya los habíamos conocido el verano anterior en el que tuvieron la deferencia de visitarnos en Vigo. A los demás tuve el placer de estrechar sus manos y saludarlos cara a cara: Alberto Segovia (el "boss"), Ponte, 109, Duranium, Nando, Celso T5 ( ¡siempre que nos reencontramos tardamos un buen rato en reconocernos!, jajajajaja!!!!!), Rugonto, Luis Quaresma (¡el portugués incombustible!)... ¡No debería haber hecho esto!. Se me han quedado decenas de nombres en el tintero y no encuentro ninguna lista de asistentes. ¡Todos los que habéis asistido, daos por nombrados!.
Aquella primera fue especial. Estaba en un momento personal y profesional fantástico, llevaba dos Eurovespas a la espalda y en menos de dos meses, arrancaría de nuevo hacia Europa, al Eurovespa de Turín, acompañado por Rubén y Sonia. ¿Podía pedir más?. No.
A partir de ahí me dediqué más al tema "europeo" que al "nacional", no asistiendo a más Vespaniadas ( ahora me pesa...) hasta el año 2012 en Hellín. Otras circunstancias, otro trabajo, otra montura. La historia sobre la de Hellín también la tenéis en este mismo blog: http://10pulgadas.blogspot.com.es/2015_07_25_archive.html
He de reconocer, en mi descargo, que la situación económica se torció algo a partir de 2009 lo que me obligó a ser más selectivo con los eventos a los que asistir.
A la de Gijón, en 2014, estuve a punto de asistir. Tanto es así que tenía hecha la preinscripción. Motivos económicos y el inminente viaje de vacaciones a aquellas tierras en agosto de ese mismo año, me hicieron reconsiderar mi asistencia en favor del Iberovespa de Pampilhosa da Serra. Siento si a alguien aquello le sentó mal. Me disculpo, pero las circunstancias eran las que eran.
¡Vamos llegando al presente!.
A esta había que asistir, salvo causa de fuerza mayor. Dicen que ha sido la última, que no habrá más. No tengo ni idea de los motivos...¡ni quiero tenerla! ( cada día me preocupa menos lo banal...). Yo no me lo creo.
VIERNES 27 DE MAYO
¡Pistoletazo de salida!. 
Salgo del trabajo a las 14:30. Tengo el tiempo justo de llegar a casa, ducharme, comer, revisar el equipaje, cargar la Vespa, echar un vistazo al aceite y al refrigerante (todavía colea el temita de la culata y reviso estas dos cosas obsesivamente...), despedirme de la familia y salir escopetado hacia la gasolinera. Quiero mirar la presión de las ruedas y el aparatejo de la gasolinera se estropea en mitad de la operación con la rueda trasera. Empezamos bien. Lleno el depósito. Son las 15:30 y las peores previsiones climatológicas se hacen realidad. Empieza a llover. Traje de agua y arreando que me espera Miguel en la salida de Ponteareas a las 16:00.
Miguel y yo felices al reencontrarnos para emprender camino hacia Plasencia

He llegado a este momento con muchas dudas sobre si podría hacer el viaje o no. A mediados del mes de abril comencé a sufrir una serie de molestias musculares en la parte derecha de la espalda que me afectan, ahora mucho menos, al hombro y al brazo, hasta tal punto que me impedían permanecer agarrado al manillar más de diez minutos seguidos. 
Arranco con algo de miedo sobre si podré aguantar todo el camino o, por el contrario, tendré que abortar el viaje a las primeras de cambio. 
Creo que es la primera vez que inicio un viaje de este tipo con miedo. Siempre los había empezado con ilusión- los que más- algo de inquietud, nerviosismo, incluso algo de apatía- puede sonar raro pero es cierto- pero con miedo nunca. Siempre hay una primera vez.
Comienzo a rodar bajo la lluvia con una cierta resignación por si me tengo que volver. A la Vespa la noto bien: fina, redonda y transmitiéndome confianza. Poco a poco voy alejándome de la ciudad y la confianza en mi sistema musculo-esquelético va aumentando. Casi sin darme cuenta llego al punto de reunión con Miguel y, por una vez, ¡creo que soy casi puntual!. Abrazos, saludos, ahora sí, ¡emoción y nervios!. Tenemos por delante quinientos kilómetros, un cielo cargado de nubarrones y la ilusión de un fin de semana previsiblemente memorable.
Vamos sin más novedad que algo de lluvia de vez en cuando, poco tráfico y un firme cada año más desastroso en la A-52. ¿De verdad han robado tanto que no queda ni para mantener las carreteras?. Paramos a repostar pasado Verín aunque seguramente podríamos haber avanzado algo más. Culpa mía ya que no llené el depósito completamente en Vigo.
Primera parada para repostar. ¡Así de bonitas lucen!

Desde aquí nos toca afrontar el sube y baja de siempre hasta llegar a la Meseta. A Gudiña, Canda y Padornelo pasan casi sin darnos cuenta...sí, ¡ya estoy tardando mucho en decir lo bien que van las GTS por carretera!. Y es que es verdad, vale no son Vespas de las de "toda la vida", ¡pero es lo que hay!. El GPS me indica que voy subiendo el Padornelo a 110 km/h sin esfuerzo...¡sin comentarios!. A partir de aquí la climatología mejora ostensiblemente. Ya hay más sol que nubes y comenzamos a bajar hacia el "llano". La temperatura es buena, no hay prácticamente viento y, pasado Mombuey, tomamos el desvío hacia la N-631 que nos llevará, de una forma algo más amena que la autovía, hasta Zamora. 
Pasamos Zamora y paramos a repostar en Morales del Vino. ¡Hemos hecho una media de 95,07 km/h reales y un consumo de 3,44 litros / 100 km!. ¡Repaso las cifras al regreso a casa y son absolutamente correctas!. ¡Espectaculares GTS!
La parada para este repostaje la aprovechamos para llamar a casa, tomarnos algo y estirar un poco los músculos. Voy bien, mejor que bien. A estas alturas, no habría dado un céntimo por mí y aquí estoy, ¡más feliz que una perdiz!. No tenemos demasiada prisa. Nos quedan algo menos de 200 km y son cerca de las 20:00. Volvemos a encontrarnos con la circulación por autovía, en este caso la Ruta de la Plata, la A-66. Pasamos Salamanca y la entrada en Extremadura coincide con el ocaso. El tráfico es muy escaso y, ya he pasado por aquí unas cuantas veces, sigo sin explicarme por qué está limitada esta autovía a 100 km/h... Los restos de mosquitos muertos por impacto dejan las pantallas de los cascos y los frontales de motos y parabrisas en un estado lamentable. Es de noche y poquito antes de entrar en Plasencia paramos a repostar, buena idea de Miguel, para dejar las Vespas listas para el día siguiente. Llegamos, sin más novedad que los glúteos algo dormidos y unas ciertas ganas de poner pie a tierra, a las 22:30 al hostal La Muralla, en pleno centro histórico de Plasencia. ¡Casi a las puertas del hostal nos encontramos con Vicente y con Fátima!. Esto empieza bien.
El hostal, según definición nítida de Miguel, "muy digno".
Dejamos los bártulos, guardamos las Vespas en un garaje próximo y nos vamos al centro del meollo. No recorremos más de 300 metros caminando y nos encontramos en el centro neurálgico de la Xª Vespaniada a aquella hora. A partir de aquí va a ser difícil que no caiga en la cursilería en algún momento. Lo siento. Si a alguien no le gusta puede ir a leer otras historias más aguerridas y de calidad. 
Llegamos, por lo menos yo, con hambre. Un hambre leonina, de esas que no recordaba, de las de cuando regresaba de una semana de maniobras allá por finales de los '80. Pero el hambre se esfumó. Buscando un sitio en el que poder echarnos algo al coleto nos topamos con una mesa en la que estaban sentados...¡atención!: Manuel Muñoz Rubio (Mamu) y su señora, Alberto Segovia, Goro y su señora, Carlos Calvo y Sole y Sergio Durán y Lisa. De lo mejorcito de Vespania y muy buenos amigos. El hambre pasó a un segundo plano. He de reconocer que últimamente estoy algo sensiblero. En aquel momento me puse muy, pero que muy sensiblero. A algun@s hacía la friolera de 10 años que no los veía (a Alberto por ejemplo). Se dice pronto, pero 10 años es mucho tiempo, créeme, sobre todo si estás leyendo esto y tienes menos de 40 años de edad. Sergio Durán, nuestro "Duranium", ese "boquerón" (malagueño), pesado como una vaca en brazos, que no para de hablar ni aunque le cierren la boca, con un enorme corazón, por el que tengo, tenemos muchos, un cariño especial, ha pasado, a finales del último año, por una etapa muy complicada, en la que su salud se vio comprometida. No es un secreto, lo sabe muchísima gente y por eso lo digo. Sé que hemos estado, repartidos por España y fuera de ella también, pendientes y preocupados por él. Por suerte, parece que las cosas se van enderezando. Por eso mi reencuentro con él fue muy especial. Ese abrazo largo, larguísimo, intenso, ese mirarnos cara a cara sin decir nada pero diciéndolo todo...aún ahora escribiendo esto me emociono.
Sergio y Lisa

Hacemos las presentaciones pertinentes. Me alegra muchísimo volver a ver a Goro y a su mujer, a Antonio Carrero, a Carlitos "Vespaciano" y a Sole (no los veía desde el Eurovespa de Fátima hace seis años). El "boss"...10 años y está igual que siempre. ¡Qué alegría!. Mamu, he recorrido con él un par de miles de kilómetros por Italia y Austria. Seguramente no siempre hemos estado de acuerdo en todo, pero él y yo sabemos, por suerte, que los que han vivido determinadas cosas adquieren una camaradería especial. ¡Necesitaba veros a todos!. Más, muchos más, fuimos viendo poco a poco. Sergio se va a la carpa de la organización a por nuestras acreditaciones y Miguel y yo conseguimos, a las 23:00, algo para cenar: un par de pinchos por aquí, unas cañas, unos bocadillos. Eso es lo de menos ahora. Vemos pasar a un grupo de Vigo (Mundo y compañía) y nos vamos en busca de Rubén y de Sonia. Los encontramos y estamos unos momentos con ellos hasta que, agotados por el viaje y las emociones, Miguel y yo nos retiramos al hostal. ¡Lo hemos conseguido!. Hemos sido capaces de estar aquí. Nos ha costado mucho a los dos, por diferentes razones, hacer este viaje. Creo que nos lo merecíamos, ¿verdad compañero?.
Caigo rendido en la cama pero las molestias y el dolor en el omóplato, hombro y brazo, no me dejan pegar ojo. Lógicamente estoy pagando el esfuerzo de las horas de conducción. Me tomo un analgésico y procuro encontrar una postura cómoda. Una hora después me quedo profundamente dormido. 
SÁBADO 28 DE MAYO
Me despierto descansado y con menos molestias de las que me esperaba. ¡Bien!, esa es una buena señal. Desayunamos en el hostal, retiramos las Vespas del garaje y nos vamos al espacio de la Torre Lucía desde el que saldremos para la ruta que hoy nos tienen preparada.
En el recinto de Torre Lucía con Alberto Segovia (izqda.) y Sergio Durán (dcha.). ¡Un honor!

El cielo amenaza lluvia y, antes de nada, nos vamos a ¡repetir desayuno!. La cafetería en la que se servía el desayuno era un hervidero de vespistas. Voy añadiendo más caras conocidas y otras solamente de nombre: Jesús Pineda, Adolfo, Raúl, Alfonso "Xixón", Victor (Ximbauet) y el matrimonio asturiano con la LX que estuvieron en Santiago el año pasado. Conseguimos sentarnos para desayunar y regresamos al punto de encuentro (solo había que cruzar la calle...). Me acerco a saludar a Roberto Naranjo al que no conozco en persona, solamente de Facebook. Si lees esto te ruego presentes mis disculpas a tu mujer por no haberla saludado estando a tu lado. ¡Los nervios y las prisas son lo que tienen!.
El recinto de Torre Lucía invadido de Vespas

Estamos un buen rato hablando con unos y con otros. En estas situaciones no se da abasto. no puedes abarcar todo ni puedes estar con cada uno el tiempo que te gustaría. Rubén me regala uno de los libros de Miquel Silvestre. ¡Qué detallazo fratello Rubén!. ¡Qué buena gente habéis sido siempre con nosotros!. Amenaza lluvia. Arranca la caravana con destino a, si no me equivoco, Jaraiz de la Vera para ver una envasadora de pimentón, uno de los muchos tesoros de Extremadura.
La envasadora de pimentón

Estando allí se desata el diluvio universal. ¡Empieza a caer agua cómo hacía tiempo que no recordaba!. Nos tomamos unos pinchos y sabiendo que hoy nos vamos a mojar mucho, arrancamos con destino Piornal, el pueblo más alto de Extremadura. ¡Madre mía la subida a Piornal!. Carretera estrecha, con el asfalto totalmente destrozado, bacheada, llena de gravilla, curvas y más curvas, una gran pendiente y, para aderezarlo, ¡lloviendo a mares!. Fueron 23 kilómetros de auténtica pesadilla en la que no hubo más desgracias porque Dios no quiso. En la subida se llevan un buen susto Carlos "Vespaciano" y Sole que ven cómo su Vespa con sidecar los saca de la carretera. Son evacuados a Plasencia aunque, por suerte, no hay nada grave que lamentar. Un par de percances más hubo en aquella subida. Lo intuyo porque vi unas cuantas Vespas subidas en el camión grúa. Paramos en Piornal bastante destrozados anímicamente. ¡Esa subida ha sido demoledora!. ¡Ahora nos queda la bajada!. La organización nos ofrece un refrigerio que consigue templarnos un poco.
Ya con mejor tiempo, ha dejado de llover y empieza a salir el sol, comenzamos la bajada, ahora sí, de forma bastante más relajada y placentera. ¡Vamos rodeados de cerezos!. enlazamos con la N-110 discurriendo paralelos al río Jerte hasta el hotel en el que haríamos la comida principal de esta Vespaniada. ¡Aquello fue una boda!...bueno casi literalmente y si no ¡que se lo pregunten a la pareja de novios que celebraban su boda en el salón contiguo al nuestro!. Creo que no ha habido por aquellos lares una novia que tuviese un recibimiento tal al llegar al restaurante cómo el que le dimos nosotros a aquella!. La verdad es que había muchas ganas de juerga después de la tensión del recorrido matinal, la lluvia, la carretera de Piornal, etc. Llegan noticias de Carlos y de Sole: están en observación en un hospital de Plasencia pero no es nada de gravedad. ¡Mejor así!. La comida...¡un espectáculo!. Más de 300 personas, comida hasta reventar, bebida, fiesta, ambientazo, buena compañía...Hubo sorteos, reparto de recuerdos y honores ( todos muy merecidos), música, foto de grupo de la "vieja guardia" de Vespania, etc. Perfecto, simplemente, perfecto.
Momento de la comida del sábado

Sergio me dedica su libro sobre la Aventura Transahariana, yo le regalo, con todo el cariño del mundo, la faja del Vespa Club de Galicia perteneciente al primer Presidente-fundador del Club y socio número 1...o sea, la mía, jajaja!!!. Aquí puedes leer lo bueno que me ha parecido su libro: http://10pulgadas.blogspot.com.es/2016/06/la-ruta-transahariana-de-sergio-duran.html?spref=fb
Sergio dedicándome su libro

He de reconocer que no he estado especialmente atento a la labor organizativa en sí misma. Que me disculpen los miembros de la organización que sé que han trabajado de lo lindo. Yo no iba a una concentración, iba a ver a mis amigos y me daba igual que me diesen de comer un bocadillo o aquel despliegue que nos pusieron sobre la mesa. De todas formas, agradecer a Elvis Micot y al resto de los componentes del equipo organizador el trabajo realizado. A las 18:30 ya no podemos más y nos vamos a descansar al hostal. Todavía queda Vespaniada por delante y hay que darle algo de descanso al cuerpo y a la mente. Al recoger la Vespa veo un par de gotas de refrigerante en el suelo..., comentándolo con el fenomenal sevillano Antonio Carrero, me dice que puede ser que la bomba de agua esté pidiendo un cambio. 
En el hostal caigo rendido en la cama. Se agradecen especialmente estos descansos. Veo la televisión un rato, me comunico con la familia y me quedo traspuesto algo menos de una hora. Me levanto despejado, me doy una ducha, me visto y me reúno con Miguel para irnos a cenar con el resto de la "tropa" por el entorno de la Plaza Mayor. Fue un modo diferente de desarrollar la cena a base de vales para bebida y pincho. No me disgustó. Empezamos a recorrer la plaza en el sentido de las agujas del reloj y, poco a poco, nos íbamos reuniendo más amigos y conocidos. Empezó el concierto previsto por los organizadores pero entre la lluvia que volvió a hacer acto de presencia y el estómago lleno de pinchos y cañitas de rica cerveza, el sopor se hizo dueño de nuestras psiques y comenzamos a despedirnos de todos aquellos que pudimos encontrar y/o localizar. Me quedó lástima de no haber podido despedirme de muchos y quisiera, desde estas líneas, decirles que me ha encantado volver a verlos y que me han dado un fin de semana maravilloso.
Al llegar al hostal dejo preparado casi todo el equipaje. Siempre cuesta un montón volver a colocar todo en el sitio. ¿Cómo demonios metí esto en las bolsas antes de salir de Vigo?. Un misterio. 
A dormir que mañana hay una buena panzada de kilómetros.
DOMINGO 29 DE MAYO
Nos levantamos sin prisa. He tenido algunas molestias al principio del sueño pero no he dormido nada mal. No tenemos pensado asistir a los actos de la mañana (bendición de las Vespas, ¡aunque a la mía no le vendría nada mal! y una ruta con visita).
Desayunamos con calma acompañados por un amable portugués que también se alojaba en el hostal. Teníamos pensado hacer el regreso por Portugal, por carreteras generales y secundarias pero, después de ver la previsión del tiempo y de hablar con nuestro colega portugués, decidimos que la mejor opción es regresar por donde hemos venido. 
Pagamos ( la buena de la señora se equivocó y solamente nos cobró una noche de alojamiento, aunque al cabo de unos días quedó subsanada esa anomalía), vamos a comprar unas tortas del Casar para llevar a casa, recogemos (previa inspección rápida de lo básico) a las "chicas", las cargamos, nos despedimos del simpático José Mota ( nuestro vecino portugués, que nos aseguraba que no tenía nada que ver con el "comediante espanhol") y enfilamos la carretera no sin, yo por lo menos, algo de pena. Eso, para mi, siempre es señal de haberlo pasado bien. Nos queda por delante una buena jornada de carretera y, nada más salir de Plasencia, tenemos que parar a enfundarnos en los trajes de agua. Empieza a llover. Para a nuestro lado un coche de la Benemérita para interesarse por nuestra fortuna. Todo en orden. Gracias por el interés, no solamente están para multar cómo muchos piensan. Arrancamos de nuevo y al poco tenemos que refugiarnos en una gasolinera, concretamente en el túnel de lavado, para escapar del aguacero brutal que estaba cayendo.
Refugiados del aguacero en un túnel de lavado

A veces las conversaciones más agradables tienen lugar en los sitios más insospechados. ¡De todas formas viajar con Miguel siempre es muy satisfactorio!. Aprovechamos para repostar y viendo que mejora algo el tiempo, arrancamos. Ahora sí. Pasamos Salamanca sin más novedad que el tedio de la autovía, alcanzamos Zamora y decidimos parar a comer. ¡Otro aguacero memorable!, ¡menos mal que este nos pilla a buen recaudo!. Comimos bien, con buenas viandas y buena conversación. Retomamos la carretera, nos liamos algo en las afueras de Zamora para volver a tomar la N-631. Nos cae encima una granizada tal, de una duración e intensidad tan brutal, que nos obliga a detenernos debajo de un puente. Las piedras de granizo eran tan grandes y caían con tal fuerza que el dolor al impactar en las piernas era insoportable, al igual que el ruido en el casco y la nula visibilidad. Pasada esta tromba de granizo retomamos la búsqueda de la N-631. Esta es una carretera, para mí, estupenda. Tiene un firme magnífico, un tráfico casi inexistente, discurre por algunos enclaves francamente bonitos ( el paso sobre el embalse de Ricobayo y su entorno es espectacular, igual que la zona del paso sobre el río Tera) y te permite, haciendo una velocidad media alta, escapar de la monotonía de la autovía ( además de ahorrarnos unos cuantos kilómetros). A la altura de Otero de Bodas mi amiga, la alergia primaveral, hace acto de presencia. Creí que me había librado de ella. No me molesta demasiado pero me deja los ojos muy irritados. Al cabo de media hora van remitiendo los síntomas (aunque los ojos los he tenido rojos hasta pasados dos días). Enlazamos nuevamente con nuestra más que conocida A-52 un poco antes de Mombuey. De nuevo "piloto automático" y a quemar kilómetros. ¡Estas GTS las pones a 120 de marcador y te llevan al fin del mundo!. Vamos notando el cansancio acumulado desde el viernes, las tensiones de las semanas previas al viaje y las ganas de llegar se hace muy evidentes.
Paramos a repostar, creo recordar, en A Gudiña y comentamos, no sin cierto asombro, la diferencia con el "paisanaje" de otros lugares de nuestro país... dejemos el tema ahí.
A partir de ahí es casi un sprint hasta casa. El tiempo ha mejorado mucho desde la salida de Zamora, luciendo el sol y con una temperatura muy agradable aunque con un viento que, por momentos, se hace algo pesado. El siguiente repostaje lo hacemos antes de llegar a Ponteareas en donde aprovechamos para despedirnos, siempre con algo de nostalgia.
La despedida. ¡Hasta la próxima!

Poco a poco nos vamos acercando a casa y ¡siempre me pasa lo mismo!. Sentimientos encontrados de "quiero llegar ya" o "esto podía durar un poco más". ¡Qué bueno!. Creo que si siempre pienso así es que la cosa ha ido muy bien, ¿verdad?. Al llegar al alto de Puxeiros, Miguel se desvía con dirección Baiona y yo continúo hacia Vigo Centro. Esa sensación de estar parado en el primer semáforo de la ciudad, sucio, cansado, encorvado sobre el manillar por los cientos de kilómetros que llevas hechos, la Vespa sucia de polvo, salpicaduras y restos de insectos, rodeado de coches impolutos cargados con familias "vestidas de domingo", no tiene precio. Bueno sí lo tiene, ¡es el precio de la libertad!..., o de algo muy próximo a ella.
Ya, para terminar, solamente me queda repetir mi agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible que pudiese asistir a esta ¿última? Vespaniada: a mi querido camarada y hermano de carretera Miguel, a mi familia por animarme y, por supuesto, a todos aquellos y aquellas que habéis hecho de esta y de todas las Vespaniadas, algo que permanecerá en nuestros corazones por siempre. Un recuerdo, desde aquí, muy especial para todos aquellos amigos de años que no pudieron asistir: Goyo, Pere, Javier Herrera, Jaime, etc...
¡Hasta la próxima!



martes, 28 de julio de 2015

Preparación para la Xª Vespaniada!!!

MARTES 26 DE ABRIL
Quedan 30 días para la Xª que se celebrará en Plasencia (Cáceres) y el estado es el siguiente:

La Vespa:

Necesita un cambio de aceite de motor y cubo de la transmisión, así como del filtro de aceite.
Hay que limpiarle el filtro del aire y el filtro del aire de la transmisión.
Hay que cambiarle la pinza de freno trasera ( "averiada" desde hace unos... ¡30000 km!)
Aprovechando el cambio de la pinza de freno trasero, revisar el estado de las pastillas, incluso las delanteras, aunque creo que están bien.
Nada del otro mundo.Un buen lavado y a rodar!!!

El que pilotará la Vespa:

Esto ya es más complicado. Hace un par de semanas me ha aparecido un problema en el músculo infraespinoso derecho lo que me provoca un dolor sordo y continuo que me impide, prácticamente, conducir cualquier tipo de vehículo al afectarme seriamente al omóplato y al brazo de ese lado. Llevo un par de sesiones de fisioterapia y parece que empieza a mejorar. Este próximo jueves, día 28, tengo la tercera sesión. en función de esta y de la siguiente, tendré que tomar la decisión de asistir a la Vespaniada o no....aunque yo creo que sí podré ir.

Del resto, está todo preparado. La ruta planificada y metida en el GPS, alojamiento reservado e inscripción hecha.

...empiezo a notar un cierto nerviosismo...qué bueno!!!

JUEVES 28 DE ABRIL


Hoy nueva visita al "fisio" a primera hora de la mañana. Sesión de "machaque" a la que me ha sometido. El problema persiste, aunque va mejorando lentamente ( ya soy capaz de hacer unos 10 minutos agarrado al manillar sin retorcerme de dolor). Me duele pero a niveles soportables.
Ha llegado la pinza del freno trasero nueva. Mañana viernes se instalará y se hará el resto del mantenimiento que falta: aceites, filtros y pastillas (esto último si fuese necesario).
Está visto que por la GTS pasan mejor los años que por mí!!!, jajaja!!! 

VIERNES 29 DE ABRIL
¡Al final esto se empieza a parecer a un diario!. Son las 20:30 y hace una hora he recogido la GTS en el taller. Han cambiado la pinza de freno trasera (...desde el 14-12-2012 se había probado con otra bomba, otro disco, otro soporte de disco...a nadie se le ocurrió cambiar la pinza. ¡En fin!) y ahora parece que va bien. He hecho un recorrido urbano de un cuarto de hora utilizando, casi exclusivamente, el freno trasero y, por ahora no hay ni un sólo síntoma de bloqueo o endurecimiento de la maneta. El tiempo dirá si ha sido la solución o no. Además he aprovechado ya para cambiar el aceite del motor y su filtro y el aceite de la transmisión, con lo que, a falta de limpiar los filtros de aire que haré yo, ¡la Vespa queda lista!. 
Con respecto al "piloto", las molestias del omóplato-hombro-brazo parece que evolucionan bastante bien ( hoy he estado prácticamente todo el día sin molestias) aunque han aparecido unas molestias estomacales-abdominales seguramente fruto de mi elevado grado de hipocondría sumado al estrés de las últimas semanas. Ahora estoy más relajado y muy animado. ¡Quedan 27 días!

DOMINGO 1 DE MAYO
Hoy no tenía previsto salir con la GTS. Tenía otras obligaciones matinales ( ponerle comida al gato para unos cuantos días...¡no es coña!, ¡lo que ocurre es que el gato está a 17 km de ida y otros tantos de vuelta!). No tenía previsto, decía, salir con la GTS, pero me he dado una vueltecita por autovía para probar que tal funciona todo de cara al viaje. Las sensaciones han sido positivas: un poco ruidosa la transmisión, o eso me ha parecido y el freno trasero que está un poco esponjoso, aunque sin el menor signo de agarrotamiento, bloqueo o endurecimiento. Minucias. Tengo un tramo de "control" del corte de inyección y esta mañana lo ha superado por mucho con respecto al máximo que tenía registrado. Quienes sepan a qué velocidad corta la inyección una GTS 300 "normal", ¡ya se pueden hacer una idea de por dónde van los tiros...!. En cuanto al "piloto" poco hay que comentar. Las molestias gastro-intestinales-abdominales parece que remiten, al igual que las del omóplato-hombro-brazo. Solamente esta primera mitad de la tarde me ha dado algo la lata el brazo aunque ha ido mejorando conforme han pasado las horas. Ayer sábado muy bien todo el día, prácticamente sin notar ningún tipo de molestia. ¡Todavía hay esperanza!. ¡25 días! (¡el fisioterapeuta ya puede espabilar!).

LUNES 2 DE MAYO
¡Esto parece que mejora!. Hoy por la tarde he tenido que hacer 90 km, por obligaciones familiares y las sensaciones han sido muy buenas. Del total del recorrido, el 90% ha sido por autovía y el resto por una comarcal de muy buen asfalto y trazado más o menos conocido. ¡La GTS se ha portado mejor que bien!, tanto es así que, para no tentar a la suerte, ni a la DGT, he tenido que ir "cortando gas" en muchos momentos...
Lo que comentaba de la transmisión ruidosa el domingo no lo he notado ayer. Posiblemente fuese ruido aerodinámico ya que el domingo iba con un casco "jet" y ayer llevaba uno cerrado. El freno trasero bien, algo esponjoso pero bien. Lo que sí está pidiendo a gritos desde hace tiempo es un nuevo amortiguador delantero. ¡Por ahora hay que conformarse con este!.
En cuanto al "piloto" las sensaciones también han sido buenas. Mejor dicho, muy buenas. Olvidé llevar la faja y, aún así, no he tenido molestias que reseñar (el recorrido de ida y vuelta fue de una hora y diez minutos). Solamente a partir de los cuarenta / cuarenta y cinco minutos de recorrido pude notar, en algún momento, una ligera molestia en el brazo derecho. Reseñar que llevo puesto un brazalete de los que se usan para tratar la epicondilitis (el "codo de tenista") en el antebrazo derecho desde hace un par de días y, no sé si tendrá algo que ver, voy bastante mejor. En cuanto al estómago, me sigue molestando algo, está un poco revuelto. No sé si será algo de tipo vírico o, simplemente, nervios de todo el conjunto de "historias" de las últimas semanas. ¡Sigo viendo la luz al final del túnel! ( soy un poco exagerado, ¿verdad?, jajaja!!!). ¡Quedan 24 días!

JUEVES 5 DE MAYO
Hoy he tenido una sesión realmente "dolorosa" con el fisioterapeuta. La recuperación va bien aunque lenta. La mejora con respecto a la semana pasada es muy clara pero, supongo que fruto de "manipular" músculos, tendones y similares, a veces parece que hay un retroceso ( es una falsa sensación pero ahí está). Con respecto a las molestias gastrointestinales, esta mañana he ido a visitar a nuestra doctora de cabecera y me ha dicho que todo apunta a una gastroenteritis vírica... ¡es que no acabamos!. Una semana a dieta blanda.
En cuanto a la GTS no hay nada que reseñar. ¡Va bien y espero que siga así por mucho tiempo!.
Esta mañana me han visitado mi camarada Miguel y su esposa Susana. Hemos estado tomando un "algo" y charlando, entre otras cosas, del viaje. Si no fuese por las molestias en general que tengo, estaría saltando de impaciencia a la espera de que llegue el día 27...
¡Salud!. ¡Quedan 21 días!

VIERNES 6 DE MAYO
Estoy empezando a preocuparme seriamente. Este malestar general, de estómago y febrícula se mantiene. Me desespero fácilmente cuando me encuentro enfermo por más de dos o tres días y ya llevo ocho...
Además, la sesión de fisioterapia de ayer me ha dejado peor de lo que estaba. Llevaba toda la semana muy bien y ayer algo sucedió que tengo la sensación de haber retrocedido casi al principio...
Estoy bastante desanimado. Esperaré a ver como paso el fin de semana, en general, para ver si vuelvo al médico la semana que viene.
La GTS, evidentemente, mucho mejor que yo...
Quedan 20 días y lo veo muy en el aire...

MARTES 10 DE MAYO
Hola de nuevo. No, no me ha pasado nada grave ni he desaparecido del mapa!. Simplemente he estado intentando recuperarme, en general, durante el fin de semana y, sinceramente, tampoco tenía muchas ganas de escribir. Vamos por partes:
La GTS: sigue todo correcto. Ayer y hoy por la mañana, no se ponía en marcha manteniendo agarrada la maneta derecha del freno y pulsando el botón de arranque. Tranquilidad. Estoy aprendiendo a tomarme las cosas con tranquilidad!, jajaja!!!. Esta mañana he estado echando un vistazo al esquema eléctrico general y he intuido que el interruptor de la luz de freno en la maneta hace las veces de interruptor para permitir poner en marcha el motor cuando esta está presionada. Si eso es así, pensé y está fallando ese interruptor, tampoco debería encenderse la luz de freno al apretar la maneta derecha. Bingo!. Después de un buen rato apretando y soltando la maneta ( unos 5 minutos) ha empezado a funcionar de nuevo. Lo achaco a que desde que me arreglaron el freno trasero no estoy utilizando, o muy poco, el delantero, con lo que supongo que se habrá ensuciado algún contacto. Se me presenta un pequeño dilema a estas alturas de cara al viaje. Tengo montado, ahora, el escape de serie, esa especie de bandurria de hierro fea a rabiar... Tengo reparado el escape Turbokit que me gusta, estéticamente, infinitamente más que ningún otro. Su sonido también es muchísimo más "rotundo" y "redondo" que el de serie. No sé si volver a montar el TK o dejarle puesta la "bandurria"...Ya veré y contaré!. Me faltan por limpiar los filtros de aire, cosa que espero hacer allá por el día 21.
El "piloto": ahí andamos, unos días mejor, otros "menos mejor". El fin de semana lo he pasado algo tocado con la maldita gastroenteritis vírica. Tanto es así que esta mañana he vuelto a la consulta de nuestra médico de cabecera. Me ha recetado unos polvos probióticos y a esperar unos días a ver que efecto hacen. Con esta historia de la gastroenteritis se me está quedando "tipo fino"!. ¡He adelgazado más de 2,5 kg en 12 días!. Por el lado de las molestias de omóplato-hombro-brazo, decir que va algo mejor, ¡aunque sin que sea para lanzar cohetes!. Fundamentalmente, las molestias se están reduciendo y concentrando en el antebrazo ( a diferencia de hace unas semanas en que estaban extendidas por toda la zona) y se manifiestan en forma de punzada continuada aunque soportable. Nada que ver con el dolor que sufría hace un mes. Este jueves volveré al "fisio" y espero que sea la última sesión. Por lo demás nada que reseñar. ¡Faltan 16 días!
¡Rutómetro preparado y cargado en su soporte!

JUEVES 12 DE MAYO
¡Saludos!. Aquí estamos un día más. No ha habido demasiados cambios desde el martes. He vuelto al "fisio" esta mañana y le he comentado que la sesión del jueves pasado supuso un retroceso en el proceso de recuperación. Ha estado trabajando durante una hora el músculo infraespinoso ( el que concentra casi todo el problema), las cervicales (aplicando corriente) y el antebrazo derecho. He salido mejor hoy de la sesión que el jueves pasado. En cuanto al sistema digestivo, creo que va mejorando. Poco a poco voy regularizando las comidas, ya no me siento con el estómago tan revuelto como la semana pasada y la diarrea parece que ha remitido. En cuanto a la GTS, nada que decir, ¡menos mal!.
¡El ánimo mejora un poquito!
¡Quedan 14 días!
P.D. Muchas de las cosas que me están sucediendo, en lo que se refiere a la salud, tengo la firme convicción de que provienen de las propias tensiones nerviosas que yo mismo me genero. Por lo tanto, he decidido no pensar más en el viaje, ni en la GTS, ni en nada que no sea realmente importante, hasta el día antes de partir hacia Plasencia. Si no hay algo muy importante que contar, lo próximo que podréis leer en el blog relativo a este viaje será el relato de cómo nos ha ido. ¡Hasta la vuelta!

sábado, 25 de julio de 2015

La VII Vespaniada. 2012 - Hellín (Albacete)



      Siento, tengo que confesarlo, una gran debilidad por los viajes en general y, por los hechos sobre 2 ruedas, en particular, aún siendo consciente de que hoy en día han perdido parte de su carga “heroica”, de su cierta dosis de “sufrimiento”, que se aúnan con decisión, afición y convencimiento, aderezado, eso sí, con una pizca de arrojo (por no llamarlo locura).
Reconozco que la sola idea de comenzar a planificar, aunque sea mínimamente, un viaje, me recompensa casi tanto como la realización del mismo.
Y este viaje no iba a ser menos. En principio no tenía pensado hacerlo.
El Eurovespa de Londres tenía que ocupar su lugar en la futura memoria viajera de éste que escribe pero diversos problemas, apuntillados por un poderoso motivo personal, que no viene al caso, me hicieron desechar la visita a la capital de la Pérfida Albión. 
No podía, ni quería, quedarme sin una buena ración de kilómetros y amigos este año, así que fue tomando fondo y forma la asistencia a la Vespaniada de Hellín.
El planteamiento mezclaba una cierta dosis de escapada de lo cotidiano (algo que debería ser obligatorio de necesidad cada cierto tiempo), con las ganas de ver, nuevamente, a muchos amigos a los que hacía tiempo que no les echaba el ojo, al tiempo que ponía voz y cara a muchos otros y otras asiduos de Vespania y una pizca de desafío. Me explico. 
La mayor distancia que, quien suscribe, había realizado, en una única jornada, sobre una Vespa, eran los 880 kilómetros que separan Candasnos, en Huesca, de mi casa en Vigo (vía Zaragoza, Tarazona, Soria, Aranda de Duero, Palencia, Benavente). Esta travesía la hice dos veces. Una primera vez en el año 2005, en solitario, al regreso del Eurovespa de Klagenfurt (Austria) y, una segunda vez, dos años después, al regreso del Eurovespa de San Marino, las dos veces sobre una PX 200. Trataba el desafío de averiguar hasta dónde llega, o puede llegar el binomio máquina/ piloto en una sola jornada, sin cometer excesos estúpidos, claro!. La conclusión, al final.

Lista, casi, para viajar

Con estos planteamientos sobre la mesa me planto en una semana antes de la partida. 
El primero de los preparativos, evidentemente, es la revisión de la Vespa y aquí no puedo más que fruncir el ceño al recordar el resultado de esta revisión que, en principio rutinaria, acabó por amargarme bastante el viaje. No voy a entrar en una estéril búsqueda de responsables del fallo, clamoroso, del conjunto del variador, fallo que se podía haber evitado... El caso es que el estado en el que funcionaba la transmisión no permitió, en ningún momento del viaje, superar los 120 km/h de marcador (aproximadamente 108 km/h reales). La causa se encontró días después de mi regreso al desmontar nuevamente el conjunto de la transmisión y encontrar el casquillo que va entre el eje del cigüeñal y el variador soldado a éste último. Bueno, eso ya pasó, no quiero removerlo más. El resto de la revisión tampoco fue totalmente correcta pero dejó, además de mi bolsillo limpio, a Toscanina, según me aseguraron, lista para viajar. ¡Ni de broma!. 
Del resto de los preparativos nada que destacar especialmente. El atuendo habitual (con revisión de costuras, limpieza, estado de cremalleras y poco más), los contenedores de equipaje habituales, etc.
El clima tampoco acompañaría, así que con la Vespa medio tocada de transmisión y el equipaje colocado, me encuentro a las 9:30 de la mañana del viernes 20 de abril enfilando la Avenida de Madrid y con 911 kilómetros por delante. Para más inri , el día anterior, se había quemado (literalmente) el cable de alimentación del GPS, por lo que viajaría con él apagado, encendiéndolo solamente, al aproximarme a Madrid y a Hellín. ¿La causa de que se "quemase" el cable?. En el taller habitual, en aquel momento, montaron los cables con la polaridad invertida-sin comprobarlo- lo cual provocaba que todos y cada uno de los cables que probaba se achicharrasen ( me cargué unos cuantos de compañeros de trabajo...¡os pido perdón!).
La cansina y pertinaz lluvia, que tan bien conocemos los del norte, me acompañó, sin demasiado entusiasmo todo hay que decirlo, hasta pasado Orense, siendo sustituida desde ahí y hasta el punto de destino, por un fuerte, obstinado y racheado viento, por suerte, ligeramente de cola. La lluvia no me gusta pero llego a soportarla, pero el viento consigue ponerme de mal humor.
Realmente no tengo demasiadas incidencias que contar del viaje en si. La GTS es cómoda, muy cómoda y, salvo la falta de rendimiento del conjunto de la transmisión, el viaje fue bastante rápido y placentero, con unos consumos bastante contenidos, teniendo el cuenta el viento y la transmisión, del orden de los 4/ 4,2 litros cada 100 kilómetros ( en buenas condiciones ronda los 3,7 / 3,9 litros cada 100 kilómetros).
Paré a comer en Villacastín, tuve que perseguir un ticket del peaje que salió volando por la explanada de acceso a la AP-36 (al final conseguí ponerle el pie encima, jejeje!), llamé a mi casa para decirles que me encontraba entre Pinto y Valdemoro (realmente es que me aburría y recordé el chiste) y a las 19:15 me encontraba aparcando en el recinto de la reunión. No está nada mal para esta Vespa!. Lo primero que se me pasó por la cabeza al aparcar en Hellín es que si tuviese que hacer 200 kilómetros más, los haría sin ningún problema (bueno, ese es el siguiente reto...).

De izqda. a dcha.: Pere, Goyo y un servidor

Al primero que vi fue a Pere..., después a Sergio, a Goyo, a Javier, a Carlos, a Mamu, a Jaime, etc, etc. Si no fuera por que tenía que dejar el equipaje en el hostal ya me hubiese quedado allí después de inscribirme. Al tener tan poquitas horas para reunirte con esta gente magnífica quieres, lógicamente, aprovecharlas al máximo.

Mítica foto: Sergio, Antonio, Alfonso, Yo y Raúl
 
Dejé el equipaje en el hostal, me duché con agua fría...(después me enteré de que los grifos funcionaban al revés...) y me reuní, nuevamente, con los de antes y algunos más. 
La compañía de buena gente es, infinitamente, más poderosa que el cansancio. Con esto quiero decir que el poquito de cansancio que tenía (¡qué cómoda es la GTS...!) desapareció al reencontrarme con unos y con otros en el picoteo que nos brindó la Organización.

¡La compañía de buena gente hace olvidar el cansancio!: Javi "Pontedera", Diana y Jaime "109". 

A una hora bastante decente me acosté.
El día siguiente, sábado, venía completito y cargado de cosas buenas. 
Después de la ducha, el desayuno de rigor y la comprobación de niveles (en ciudad gasta bastante aceite pero en carretera ni gota...!) repostaje y caminito del recinto para la salida en grupo.

En el parque cerrado de Hellín

 Esta fue una experiencia fantástica, tanto por el recorrido, la compañía, la organización y...ese almuerzo con que nos deleitaron a las 11 de la mañana!!!. Que grandes!!!.
¡Esto, entre pecho y espalda a las 11 de la mañana!

 Durante el almuerzo tuve el inmenso placer de conocer a Antonio Veciana. Si, iba preparado a la Vespaniada con “su” libro, ¡cómo no!.
¡Con Antonio Veciana!

 La ruta, repito, fue espectacular, sobre todo, el tramo del rio Mundo.
Siguiendo el recorrido del río Mundo. ¡Espectacular!

 La parada para comer a una hora absolutamente adecuada ( después del almuerzo de las 11...) y, no me canso de repetirlo, la compañía, la organización y la comida, perfectas. De regreso a Hellín aproveché para descansar un poco en el hotel, ducharme y prepararme para la cena.
Monumento a la Vespa con "side" de "Amanece que no es poco". En Ayna.

 Esta fue otra “bestialidad”, evidentemente en el buen sentido de la palabra!. Perfectamente organizado el aparcamiento, las viandas, el sitio... y como colofón las palabras emocionadas de Antonio Veciana, el recuerdo de Santiago Guillén...
La entrega de trofeos, a los postres, comenzó a marcar el final (para algunos el principio) de aquella velada magnífica. No voy a entrar en detalles sobre el premio al participante más lejano...ejem.

¡La de cosas que podría contar la PX de Pere!

Me despido de todos los que puedo ya que al día siguiente arreo carretera y manta de vuelta a casa.
Al llegar al hotel el problema de todos los regresos: ¿cómo guardo todo esto en las bolsas?. Allá cómo pude apañé todo el equipaje dejándolo dispuesto para el día siguiente.
Toca diana temprano, el ritual de siempre y, casi sin darme cuenta, a las 09:30 de la mañana, ya estoy rodando otra vez. Hasta Madrid se me hace un suspiro el viaje y, un suspiro, es lo que duró lo que quedaba de batería al GPS. Justo feneció entrando en uno de esos túneles de la capital que se hacen interminables. Lógicamente me perdí. Salí del túnel como pude, busqué algún sitio para preguntar, encontré una gasolinera y, al cabo de media hora, volvía a estar en marcha. Paré en el Guadarrama a comer y depósito a depósito me fui acercando a casa a la que llegué a las 19:30. ¡No está nada mal 925 km en 10 horas!.
El año próximo el Eurovespa es apetecible (¡cómo casi todos!) pero es que me ha quedado tan buen sabor de boca (igual que en la primera de Toledo) que me estoy planteando asistir a más Vespaniadas. ¡Ya veremos!.
¡A los organizadores y a los asistentes un 10!. 
Me he traído un gratísimo recuerdo de todos vosotros, a los que ya conocía y a los que he puesto voz y cara y eché mucho de menos a los que me faltaron...
P.D. la conclusión del desafío del principio: ¡si el año próximo viajo al Eurovespa os la contaré, jejeje!

Recorrido de ida y vuelta



Más fotos en el siguiente enlacehttps://picasaweb.google.com/112495234450006658073/VESPANIADA2012HELLINALBACETE

miércoles, 1 de julio de 2015

Así he vivido el 50º Aniversario de la Peregrinación a Santiago de Compostela en Vespa



Bueno...¡ya está!. Ya ha terminado. Esto del 50º Aniversario... ha estado bien, muy bien. Realmente yo tenía pensado destinar el tiempo y la ocasión que me brindaba esta historia en acompañar a algunos amigos a los que hace tiempo que no veía- Meca, Antonio Carrero, etc.- y en ponerle cara a algunas de esas personas que solamente conoces a través de redes sociales y similares, en particular a José Montero al que vengo siguiendo desde hace tiempo en sus andanzas sobre una Vespa. Con esa excusa amplié mi inscripción, inicialmente era para el domingo, para incluir el sábado con su interesante y apetecible excursión a Finisterre. Pero la vida te da a veces sorpresas agradables. Cruzando unos mensajes con mi amigo Filippo, que vive en esa maravillosa isla italiana del Mediterráneo llamada Cerdeña, me suelta a bocajarro ¡que se viene a celebrar este sarao con nosotros a Santiago!. La sorpresa, lógicamente, mayúscula. No voy a entrar ahora en detalles sobre las llamadas y gestiones que hubo que hacer para encajar su llegada y su inscripción pero ¡fueron bastantes...!. Total y para abreviar, el bueno del señor Pantaleo se nos presenta en Vigo el viernes por la mañana en el tren procedente de Barcelona. Calor, mucho calor ( pienso que se ha traído el sol desde su casa por que ¡fue marcharse y empeoró el tiempo! ¡jajaja!) el que nos da este viernes como anticipo de lo que tendríamos todo el fin de semana. Hay que proporcionarle una montura y allá que nos vamos a recoger a mi vieja DN (Filippo está más hecho a las "antiguas" que a las modernas...aunque yo le ofrecí la "moderna"...). Comemos junto a mi hijo Xacobe y a Miguel (Mikelotti) en una comida de esas que se recordarán por mucho tiempo por la grata compañía y por las viandas, ¡claro!. Por la tarde nos vamos a cerrar su inscripción, a recoger las bolsas y todas esas cosas y a tomarnos unas cervezas y cenar con la familia para ponernos al día. ¡Hacía seis años que no nos veíamos, desde la visita que nos hizo con su familia en el 2009!.
Filippo con nuestras dos compañeras de esta aventura

El sábado por la mañana nos levantamos muy temprano y, a eso de las ocho y media de la mañana ya estamos saliendo hacia Santiago. Es muy emocionante rodar en compañía pero en casos como este más todavía ya que hacía la friolera de ¡diez años! ( desde el 2005 en el Eurovespa de Klagenfurt- Austria) que no rodábamos juntos.
...por el Camino de Santiago
En dos horas nos presentamos en el estadio de San Lázaro, sede del Motoclub Compostela, para reunirnos con el resto de participantes en el 50º Aniversario. Hoy no están todos aquí. Realmente el plato fuerte es el domingo pero la excursión a Finisterre no se la quiere perder casi nadie. Muchos compañeros de fuera de Galicia: murcianos, asturianos, valencianos, andaluces, navarros, bilbaínos, etc. ¡Creo que no ha quedado rincón de España sin representación!. De España y de fuera: portugueses e italianos también estuvieron representados, muy bien representados. Salimos a la hora prevista en tres grupos que, a los quince minutos, ya se habían convertido en uno solo...¡Es que somos muy disciplinados!. Cruzamos Santiago y, ya más relajados, por la carretera hacia Noia y Muros, nos damos cuenta de que ¡vamos a tener un día muy, pero que muy, duro de calor!. Los que no conocían Galicia- o los que conociéndola siguen atrapados por los tópicos- están asombrados de varias cosas: el calor, el color del mar, el buen estado de la carretera, el paisaje...
¡Algunos no se creían que esto también es Galicia!
La verdad es que hasta a nosotros nos asombra algo el magnífico clima que estamos teniendo. Quien conoce la zona sabe que es espectacular en cualquier época del año pero es que este fin de semana ¡se veía impresionante!. Filippo va con los ojos muy abiertos, ¡se le ve realmente feliz!.
¡Este hombre va, realmente, feliz!
Paramos a tomar un "pincho" después de Muros. Lo del "pincho" lo escribo así por que al entrar en el restaurante ¡aquello era una "boda"!. Es mediodía y no oigo más que repetir a los asistentes dos cosas: ¡qué pedazo de día nos ha salido! y ¡qué bien lo ha montado esta gente!. Y es verdad.
Paramos a tomar un "pincho" que ¡parecía una boda!
Salimos del "pincho" más bien tarde...muy tarde. Entramos en tropel en una gasolinera. Partimos hacia la cascada de Ézaro ( esa que técnicamente es la única de Europa que cae en el mar) a la que llegamos con más calor todavía y un retraso considerable.
La cascada de Ézaro
Fotos, caras de asombro ante el espectáculo, fotos y más fotos y, los más osados ¡jajaja!, subimos hasta el mirador. Realmente el espectáculo, salvo por la foresta totalmente quemada..., es impresionante. Bajamos y no se sabe muy bien por qué, nos demoramos demasiado en arrancar hacia el restaurante en Finisterre. Llegamos a comer pasadas las cuatro y media de la tarde... ( para mí el único punto negro de todo el fin de semana). La comida, como era de esperar, se convirtió en una especie de algarabía alegre en la que oías hablar de Vespas, de viajes, de personas conocidas de unos y de otros... Terminada la comida, tarde, ¡tardísimo!, nos vamos a la última visita del día: Finisterre y su Faro.
¡Lo has conseguido amigo!
Comprendo la emoción de muchos asistentes al llegar a ese lugar. Muchos de ellos ( había, además de Filippo, otros 3 italianos) habían hecho unas cuantas jornadas de viaje para llegar hasta Compostela y el Finis Terrae. Hubo, al igual que en la Plaza del Obradoiro, momentos de recogimiento, de abrazos, de emoción y hasta alguna lágrima que afloraba sin poder ser contenida. Perfectamente comprensible. Cada uno vivió aquel momento de una manera diferente e intensa, muchos, al igual que los peregrinos llegados a pie o en bicicleta, se despojaron de aquello que les sobraba o que les "pesaba" demasiado... esto ya pertenece al universo íntimo y personal de cada uno. Cerremos un momento la puerta para no molestar.
¡Hemos llegado al fin de la Tierra!
 Toca organizar el regreso. Después de las fotos de grupo se organiza la caravana que regresa a Santiago. Filippo y yo nos volvemos a Vigo. Realmente hicimos un retorno bueno, un poco largo y algo cansado- después del día que llevábamos- pero interesante. Cruzamos la Sierra de Outes, y llegamos a Padrón por carreteras secundarias de esas en las que las Vespas se encuentran tan a gusto. Llegamos a casa sobre las once y cuarto de la noche, después de más de cuatrocientos diez (410) kilómetros hechos ese día. Estamos agotados pero, aún así, nos sentamos a cenar con la familia para compartir las vivencias de ese día. ¡Esto, al final, me está sonando, casi, a relato de Eurovespa!. Al día siguiente, domingo, día grande. Entre el cansancio natural de los dos días anteriores y el apalancamiento que me está produciendo una fuerte faringitis y los antibióticos para tratarla que me ha recetado el médico, decido que no seremos capaces de salir a la misma hora que el resto de compañeros del Vespa Club de Galicia desde Vigo. Nos levantamos un poco más tarde de lo que teníamos previsto y partimos, Filippo, Xacobe, Miguel y un servidor, en una luminosa mañana de recién estrenado verano a "peregrinar" a Santiago de Compostela sobre nuestras queridas e inseparables monturas. En Pontevedra se nos une un trío de amigos ( Juan, Al y compañia) y con un rodar ligero y animado nos plantamos en San Lázaro en un "plis plas".
Con los amigos pontevedreses
Hoy si que ya estamos todos. Bueno, casi todos ya que hay alguno que, desgraciadamente, ha tenido alguna avería - nada grave- que lo ha retrasado. A la hora indicada por el programa del Vespa Club de Galicia, arrancamos hacia la Plaza del Obradoiro. Es un recorrido breve pero intenso cuyo momento más emocionante es la entrada de las doscientas y pico Vespas en la Plaza bajo la sorprendida mirada de los cientos de seres humanos que por allí pululan.
Llegando al Obradoiro
Aparcamos, nos hacemos cientos de fotos, se repiten las escenas emocionantes del día anterior en Finisterre.
Ambientazo Vespista en el Obradoiro
Repito que, para muchos, esto ha sido una auténtica peregrinación, de tanto valor como las que se hacen a pie o en bicicleta.
En la Plaza del Obradoiro, de izqda. a dcha.: Miguel, un servidor, Xacobe y Filippo
Estamos invitados a participar en la Misa del Peregrino de mediodía. La gran mayoría lo hacemos, seamos o no creyentes. No se trata de una cuestión meramente religiosa. Es un acto de camaradería el que hacen muchos compañeros que no son creyentes, al acompañar a sus amigos que sí lo son. Durante el acto religioso, el Presidente del Vespa Club de Galicia, Antonio, hizo la ofrenda al Apostol en nombre del Vespa Club y de todos los asistentes al 50º Aniversario. Esta ofrenda consistió en unas buenas cajas- ¡aunque siempre se desea que sea más cantidad!- de alimentos destinados a los más necesitados que se han entregado a la Cocina Económica de Santiago. Acciones prácticas y útiles. Terminado el acto religioso se procedió, por parte de un representante del Cabildo, a la bendición de las Vespas en la Plaza del Obradoiro. Fotos de familia, calor, mucho calor. Nos tomamos un refrigerio hasta la hora de la comida. Hoy sí que los horarios se están cumpliendo al minuto...se nota el buen trabajo de la Directiva del Vespa Club.
Nos llevan a comer a la hospedería de San Martín Pinario, al lado de la Catedral. Las Vespas se quedan en la Plaza.
Durante la comida en S. Martín Pinario
La comida...¡espectacular!, ¡un escenario perfecto, unos compañeros de mantel inmejorables!. Comida memorable. Se entregan trofeos y recuerdos a los Clubes y a los amigos asistentes.
Entrega de trofeos. José Montero a la izquierda con la Directiva del V.C. de Galicia (Gerardo, Juan y Antonio)
Se hace sobremesa y llega el momento de las despedidas. Ha sido un fin de semana intenso y emocionante. Es difícil despedirse de algunos compañeros pero no queda más remedio. Emprendemos la marcha bajo un sol de justicia hacia Vigo. Un par de amigos valencianos se nos unen ya que van a dormir a nuestra ciudad. Sé que Filippo va grabando en la memoria y en las retinas todo lo que puede. Está realmente satisfecho y contento de haber venido y vivido todo esto.Yo también. Llegamos a Vigo, acompañamos a los valencianos a su destino, Miguel se despide de nosotros. Llegamos a casa después de dejar a buen recaudo la DN para que descanse. Ya son treinta años con su motor original y la pobre, a veces, ¡se fatiga un poco!. ¡Qué bien ha cumplido todo el fin de semana!. Hoy han caído cerca de doscientos cuarenta (240) kilómetros. El fin de semana se alargó un poco más para nosotros, pero eso ya es parte de nuestra historia familiar. Me sentí muy a gusto todo el fin de semana ( ¡excepto por la dichosa faringitis y los antibióticos!). Muy a gusto con mis amigos, con mi familia, con todos los asistentes al 50º Aniversario. Orgulloso de mi Vespa Club y de mi tierra. Dichoso por haber podido vivir una experiencia como esta. Feliz por que a todos los que venían de fuera les gustó nuestra "esquina", nuestra gastronomía, nuestra gente, nuestro paisaje...Dar las gracias y hacerles llegar mi admiración a todos aquellos que con encomiable empeño, tenacidad, sacrificio y pasión por las Vespas y los viajes han llegado hasta Santiago: esos tres compañeros italianos y a mi ahora sí conocido amigo José Montero que se hizo con una 125 el viaje ¡desde Milán siguiendo el Camino de los Viejos Tercios españoles hasta Santiago vía Países Bajos! ¡y en general a todos con muchos o pocos kilómetros a cuestas!.  Cómo no, dejar para el final a todos aquellos que bregaron en la organización de este 50º Aniversario durante meses, con arduo esfuerzo y durante todo el fin de semana, para conseguir que todos los que asistimos nos sintiésemos a gusto y solamente lamentásemos no poder estar dentro de otros cincuenta años en Santiago sobre nuestras Vespas. Como mención especial quisiera nombrar a dos hombres allí presentes: al que lo organizó todo hace cincuenta años, D. Jorge Negreira y al que, también hace cincuenta años, introdujo en la Catedral una Vespa para su ofrenda/ bendición, D. Manuel Adán. ¡Hasta la próxima!
P.D. en el FB del Vespa Club de Galicia tenéis infinidad de fotografías de este 50º Aniversario.
En este enlace tenéis las pocas que he podido hacer. ¡Me he dedicado más a disfrutar que a fotografiar!:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=805281292919112&set=pcb.805282086252366&type=1&theater